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Aumenta el desalojo de gente que vive en la calle en el DF, denuncian ONG

Itxaro Arteta / Agencia Reforma

Ciudad de México

Organizaciones sociales y contra la discriminación denunciaron que han aumentado las operaciones de “limpieza” social para desalojar a gente que vive en la calle, pero no les dan opciones, por lo que regresan, se esconden y se vuelven más vulnerables.
“Se trata de personas que están levantando de los lugares donde se encuentran, que a veces siguen un proceso o ciertos mecanismos de encierro, pero que son vueltos a liberar porque justamente la estructura de gobierno no les permite, por sus propias condiciones, darles una alternativa. Si se los estuvieran llevando a centros de rehabilitación, espacios alternativos, que los involucraran en procesos educativos, no tendríamos un asunto tan grave”, explicó Alicia Vargas, del Centro Interdisciplinario para el Desarrollo Social (Cides).
“El punto es que los recogen con violencia, les imponen un castigo, una sanción, y son vueltos a soltar. Entonces, cuando hablamos de números, puedo decir que tenemos chavos que se los han llevado entre tres y cinco veces en un periodo de un año”, expuso en conferencia de prensa.
Aseguró que en el caso de niños, sobre todo si son indígenas, los entregan a los papás a cambio de que firmen papeles que regularmente no saben leer, pero dejan antecedentes para el menor.
Los activistas señalaron que en este año han detectado más de 30 casos de muchachos que en operaciones hechas en la Glorieta de Insurgentes, en Paseo de la Reforma u otros lugares de la ciudad de México donde operan limpiaparabrisas, fueron detenidos presuntamente por robo, aunque nunca apareció quien los acusara de tal delito.
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal ha recibido en los últimos 3 años, 50 quejas por abusos de autoridad en operativos de limpieza.
Representantes de las organizaciones se pronunciaron por el reconocimiento de la diversidad de poblaciones callejeras en cuanto a edad, procedencia, ubicación, para a partir de ahí establecer políticas públicas que identifiquen sus necesidades y las atiendan en igualdad de condiciones.
Arturo Narváez, de Matraca AC, una organización de Xalapa, señaló que ni retirarlos de las calles ni emprender campañas para que la gente no les de dinero han resuelto el problema de fondo y, por el contrario, perpetúan la discriminación y exclusión, violentan sus derechos humanos, tienen un impacto psicológico y emocional en las condiciones de vida de estos grupos y tienden a criminalizar a las familias.
“Me parece que las políticas enfocadas a este sector tienen que retomar esta figura del educador de calle, que es un elemento fundamental de diálogo, y que esta estrategia socioeducativa pueda generar el retiro de las calles de manera gradual y voluntaria”, subrayó.

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