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Comparten el Nobel de Fisiología y Medicina 2012 un británico y un japonés

Diana Saavedra / Agencia Reforma

Ciudad de México

Hacia 1950 se pensaba que sólo el óvulo y el espermatozoide tenían la información necesaria para dar origen a un organismo vivo. Sin embargo, el británico John B. Gurdon (Reino Unido, 1933) demostró en 1962 que todas las células del cuerpo tenían la información necesaria para el surgimiento de un organismo completo, ya sea una rana, una oveja, un ratón, una vaca o un humano.
“Ha pasado mucho tiempo de que hice mis experimentos, cuando estaba recién graduado, y recibir ahora este premio es un gran honor. El trabajo fue realizado en 1958, pero lo publicamos hasta 1962”, comentó el investigador de la Universidad de Cambridge a la Fundación Nobel.
El mismo año que Gurdon presentó su trabajo nació Shinya Yamanaka (Japón, 1962), hoy investigador de la Universidad de Kioto, con quien comparte el Nobel de Fisiología y Medicina 2012.
Gurdon calificó el trabajo de Yamanaka como magnífico, pues el japonés fue más allá, al demostrar que no sólo la información de un ser completo estaba en una célula madura, sino que mediante el proceso adecuado podrían ser reprogramadas y las llamó células pluripotentes inducidas (iPS, por sus siglas en inglés).
“Es un placer recibir este honor con una persona tan creativa y honorable como él. Aún es necesario que le demos un poco de tiempo a la investigación para comprender detalles que aún faltan, pero esperamos que en algún momento este trabajo tenga una aplicación clínica”, añadió Gurdon.
“Obviamente primero es necesario comprender cabalmente el funcionamiento de las células y cómo interactúan exactamente con los genes que se están empleando. Esa es investigación básica para la que se necesita tiempo”.
A su vez, Yamanaka se manifestó honrado por recibir el galardón pues su trabajo no tendría sentido, sin el de Gurdon.
“Quiero que esta tecnología llegue a la clínica y que pueda llegar a las personas. No soy un doctor, soy un ciudadano, y quiero hacer algo por los otros. Si con mi cerebro puedo crear algo que sea benéfico para muchos, espero que realmente sea de ayuda”, comentó el investigador japonés.
Debido a su potencial y alcances, aún faltan detalles por revisar en esta línea de investigación, como es que no se sabe a ciencia cierta qué pasa en el organismo cuando las iPS entran en él. Tampoco la dosis que se debería emplear y no se ha indagado sobre sus efectos a largo plazo, pero todas son líneas de estudio que varios grupos en el mundo exploran, señaló el mexicano Federico Castro Muñoz Ledo, especialista del Centro de Investigación y Estudios Avanzados.

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