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Carlos Toledo Manzur

Un nuevo tipo de reserva de la
biosfera para La Montaña de Guerrero

Es bien sabido que el estado de Guerrero tiene una gran riqueza biológica; es el cuarto lugar nacional en biodiversidad. Sin embargo, estamos en el último lugar en superficie protegida con reservas ecológicas. En efecto, en todo el país, las áreas naturales protegidas ocupan poco más del 15 % del territorio, mientras que en Guerrero ¡apenas alcanzan el 0.1 %!
Por ello resulta muy significativo el proyecto de creación de una Reserva de la Biosfera en la parte alta de la región de La Montaña, que sería la primera área natural protegida de esta categoría en el estado. Esta iniciativa está siendo impulsada por la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) con el respaldo del gobierno del estado a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren). Asimismo, es el resultado de un largo proceso comunitario llevado a cabo por el proyecto Mejoramiento Integrado de Ecosistemas (MIE)  que fue desarrollado en esta región desde hace más de 10 años por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con recursos del Fondo Mundial para  el Medio Ambiente (GEF).
El proyecto de Reserva de la Biosfera de La Montaña está planteado para abarcar más de 157 mil hectáreas en la parte alta de esta región con alta diversidad biológica. Comprende territorios de seis municipios: Metlatónoc, Cochoapa el Grande, Malinaltepec, Iliatenco, Atlamajalcingo del Monte y San Luis Acatlán. Incluye 15 núcleos agrarios e involucra a más de 250 localidades indígenas de dos pueblos originarios: Tuun Savi (mixteco) y Me’phaa (tlapaneco). La reserva protegerá valiosos ecosistemas templados como bosque de pino, de encino, de pino-encino y bosque mesófilo de montaña, que incluyen numerosas especies de plantas y animales de gran importancia biológica. En la actualidad, se encuentra ya elaborado y aprobado por la Conanp el Estudio Previo Justificativo y el siguiente paso será la publicación del aviso que dé inicio al proceso de consulta formal.
Si bien el proyecto cubrirá todos los requisitos legales, está planteado para establecer un nuevo tipo de Reserva de la Biosfera. En primer lugar, será una reserva con un fuerte proceso de participación, información y consulta ciudadana que se establezca de abajo hacia arriba con un amplio consenso de las comunidades y las organizaciones indígenas involucradas. De hecho, la propuesta surge de un trabajo de gestión comunitaria muy intenso que llevó a cabo durante más de una década el MIE-PNUD. Éste consistió, entre otras acciones, en la elaboración de ordenamientos comunitarios en diversos núcleos agrarios que después de procesos de información, discusión y consenso tuvieron como resultado un conjunto de áreas de conservación voluntarias. Estas reservas comunitarias abarcan decenas de miles de hectáreas establecidas por las asambleas de los ejidos y comunidades que han sido certificadas por la Conanp  y que hoy son la base, como zonas núcleo, de la reserva de la biosfera propuesta.
Además de lo anterior, actualmente está iniciando un amplio esfuerzo de información y consulta con todas las localidades comprendidas y diversos representantes indígenas que pretende asegurar que todas las comunidades estén completamente informadas acerca del proyecto y la forma en la que estarán involucradas. Este trabajo de información y consulta se está llevando a cabo con la participación de la Universidad Intercultural del Estado de Guerrero, a través de un conjunto de jóvenes de la región hablantes de la lengua local, egresados de la carrera de Desarrollo Sustentable de esta casa de estudios.
En segundo lugar, el proyecto busca establecerse bajo un nuevo modelo que asegure que sea un instrumento en manos de las comunidades indígenas que les permita ejercer la defensa y el control de su territorio. Para ello, el compromiso es la formación de un Consejo Asesor de la reserva que sea ampliamente representativo de las comunidades y que funcione como el organismo encargado de tomar las decisiones fundamentales del área protegida, incluida la aprobación del Plan de Manejo. Debido a que el Plan de Manejo de una reserva de la biosfera establece con fuerza legal lo que se puede y lo que no se puede hacer en su interior, el hecho de que ese documento sea aprobado por las comunidades implica que ningún proyecto puede ser llevado a cabo dentro de la reserva sin su consentimiento. En otras palabras, se trata de que la reserva esté en manos de las comunidades y se convierta en una herramienta con fuerza legal para ejercer el control territorial.
En tercer término se persigue que la reserva de la biosfera sea también un instrumento de promoción de un nuevo modelo de desarrollo alternativo que genere mayores beneficios a la población, permita el mejoramiento de los niveles de vida de la región y atraiga mayores recursos presupuestales para tal efecto. En esta zona que presenta los más altos índices de marginación del país, la conservación ecológica no puede realizarse sin la atención a los problemas de bienestar social y reducción efectiva de la pobreza. Por ello, junto con la información y promoción de la reserva se está también trabajando en la identificación y discusión de propuestas para el desarrollo de las comunidades.
Es obvio que en una región con tantos conflictos y necesidades, la discusión de una propuesta de este tipo resulte complicada. Por ello, es importante que todos los actores involucrados estén completamente informados y el proceso sea llevado a cabo de la mejor manera posible para prevalezca el diálogo constructivo y el intercambio de argumentos y razones.

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