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Acapulco, lleno de indigentes, ambulantes y basura, se quejan canadienses

Salvador Serna

En un sondeo turistas franco e italocanadienses se quejaron del deterioro del Zócalo de Acapulco, así como del excesivo comercio ambulante, indigentes, malos olores y amontonamientos de basura en el centro de la ciudad.
“No se ve el trabajo de las autoridades del turismo en Acapulco. Hay demasiados malos olores cercanos a la iglesia principal (catedral). Y no hay guías de turistas para orientarnos y nos digan qué pasa en Acapulco. Mucha basura, no hay contenedores metálicos ni de plástico. Mucha gente fea esa de los vendedores ambulantes dentro del Zócalo. Ahí pusieron sus mesas y no dejan caminar bien. Está ruinoso y mal oloroso este centro de la ciudad”, se quejó el turista Alexander Dielf, originario de Québec, Canadá, quien está hospedado en un hotel de Caleta.
“Mucha gente comerciando en todas las calles. No se puede caminar con tranquilidad. Hay un señor que tiene una pierna muy enferma y nos pide ayuda monetaria, pero no sé si es para ir al doctor. Se ve muy feo eso, un enfermo en pleno centro de la calle. Creímos que Acapulco estaba mucho mejor y limpio, pero es todo un basurero y ese ruido de los autobuses. No hay respeto para las personas de Acapulco”, señaló Pierre Jacques, originario de Toronto.
Por su parte, Isabelle Bumel, que viajó desde Montreal para residir por 3 meses en el puerto de Acapulco, prefirió relatar las virtudes de la ciudad. “Me gusta mucho el Malecón y el clima es fabuloso. Mi esposo y yo decidimos viajar para aquí con ustedes. Nos agrada caminar y todo luce tranquilo. La comida, como siempre, de buen precio, algo bajo el precio, lo normal. Esperamos que siga así los próximos días. Sí, hay ruido y basura, pero es normal en los países de América. Espero que pronto llegue el camión de la limpieza pero hacen mucho ruido los camiones de alquiler de pasajeros, son hojalatas”.
En tanto Silvye Mancini se quejó de que fue a la tienda departamental Woolworth a realizar unas compras, pero que mejor no se animó a entrar porque afuera de la tienda había bastantes indigentes “tirados en el piso”.
“Me dio algo de miedo. Hay 2 guardias vigilando la entrada principal del autoservicio. Afuera vi. una mujer que está tirada en el piso vendiendo anillos y pulseras. Todo lo tiene tirado en el piso. Se ve muy mal y a un lado hay un señor ciego que vende dulces y enfrente otra señora que vende zapatillas. Todo eso es gente pobre ¿no tienen algún trabajo ? Dar limosna no es la solución, se les castiga más ¡¡ ¿Acaso no hay programas privados y del gobierno que auxilien a estas personas. Todo eso parece un hospital de indigentes y comerciantes muy pobres. Es muy triste ver que tantos ciudadanos no disfrutan de la riqueza de Acapulco”, finalizó.

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