Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Los maestros

 

(Segunda parte)

 

A la memoria de Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca. Compañero de intentos y comulgante en ideales.

 

Es ilógico y de contra sentido común presionar al congreso local para que apruebe adecuaciones a la ley estatal de educación, cuando es inminente que los diputados federales realizarán lo conducente con la legislación reglamentaria, ante las modificaciones ya aprobadas a la carta magna nacional. No olvidemos que estamos conformados como una república federada en donde las leyes federales tienen preeminencia sobre las locales. Lo sensato es esperar cómo quedan las modificaciones a las primeras, antes de meterle mano a las segundas. (Sí o no).

Es irrelevante, de poca efectividad y superfluo crear un instituto estatal de evaluación magisterial cuando el ordenamiento constitucional republicano mandata el establecimiento de uno de carácter nacional. Máxime si tendrá injerencia en la inmensa mayoría de las plazas, cuya financiación es federal. (Sí o no).

Es materialmente imposible dar plazas automáticamente, sin concurso de oposición, a todos los egresados de las normales públicas estatales de Guerrero, porque existe una sobreoferta real y un déficit presupuestal, en más de siete mil plazas otorgadas irresponsablemente por autoridades gubernamentales en tiempos idos. (Sí o no).

El sistema estatal de educación pública seguirá colapsado si se legisla en positivo para que los nombramientos en los puestos directivos y de supervisión educativa, tanto a nivel estatal, regional como local, sean emitidos (sin demostración verificable de aptitudes) a través de “las vías tradicionales y/o usos y costumbres” amañados, que en forma corrupta y a modo controlan las mafias sindicales en contubernio con los funcionarios del sector. (Sí o no).

En este evitable juego de “fuercitas” entre el gobierno y la Ceteg nadie hizo mayores reparos a “la conquista sindical del uso y costumbre” de vender, canjear o heredar plazas que se conciben vitalicias, ni de disminuir los miles de profesores comisionados en actividades extraescolares que son fuente de gran corrupción, sinecuras y por ende, de serios obstáculos para tener una mejor educación. De ahí lo endeble de este movimiento social que no concita simpatía popular del todo. (Sí o no).

Ante la vorágine de sinrazones, del todo o nada, y de engallamientos banales –que pueden derivar en descorrimientos de sangre– cuyas resultantes han sido triunfos y derrotas pírricas, mutantes hacia ambas partes, a causa de una reforma educativa inacabada y con preservación de privilegios vergonzantes para sindicatos y funcionarios del sector, seguiremos manteniendo la educación pública de Guerrero en el dominio de la mediocridad, con la hipocresía de los unos y el cinismo de los otros. (Sí o no).

El atentado hecho contra los posibles y necesitados ingresos económicos de cientos de miles de familias de Acapulco –por días turísticos de Semana Santa– cuando los maestros bloquearon la autopista fue, a todas luces, una injusticia social y un derecho al mal falsamente arrogado. El gobierno estatal no cayó en la provocación de la represión sangrienta. Y eso bien vale un engaño. (Sí o no).

PD 1. Se dice que el movimiento magisterial no está integrado por vándalos o bárbaros, pero algunos de ellos apedrearon y dañaron las instalaciones de la ¡biblioteca pública! del congreso local.

PD 2. Para realizar una verdadera reforma educativa popular que eleve la calidad de la educación en Guerrero, se requiere alta autoridad moral. Cosa que no veo en la soledad que me embarga este desierto ético en que nos desenvolvemos.

PD 3. Nos queda poco más de 2 años para disminuir el desprestigio nacional que como gobierno estatal nos hemos ganado con nuestros errores. Empecemos a limpiar la casa de simulaciones, incumplimientos, corrupciones e impunidades.

PD 4. Ante la profunda descoordinación interinstitucional, el desapego, clientelismo político y las corruptelas de técnicos y funcionarios públicos, junto con las kafkianas reglas de operación, el programa presidencial de la cruzada nacional contra el hambre nos agarrará como al “Tigre de Santa Julia”. Se los juro por ésta.

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