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Ofrendan en Acatlán oraciones, flores, comida y los tecuanis su sangre para pedir la lluvia

Luis Daniel Nava

Acatlán, Chilapa

La comunidad de Acatlán comenzó su tradicional ritual de petición de lluvias y cosechas con una procesión hacia el Cruzco donde cientos de pobladores veneraron a las cruces y los tecuanis ofrecieron golpes.
Desde la madrugada de ayer, los fervientes de todas las edades salieron a pie hacia la cima de un cerro que está a una distancia de alrededor de 10 kilometros para realizar como cada año la petición de buen temporal de lluvias y cosechas.
Con flores, velas, veladoras, huevos, tamales, gallinas para matar y preparar, los pobladores de Acatlán peregrinaron y visitaron las cruces que hay en el camino.
En el Cruzco, cientos de familias, autoridades comunitarias, mayordomos, visitantes y peleadores se reunieron para ser parte del acto ancestral.
Las cruces fueron adornadas por montones de flores de todo tipo, veladoras y ahí los creyentes realizaron sus plegarias en náhuatl, español y latín.
También las señoras prepararon ahí tamales de frijol y de garbanzo con caldo de gallinas, que antes fueron sacrificadas, para ofrecer a toda la gente.
En la explanada del cerro los niños, jóvenes y adultos ataviados con máscaras de cuero de res en forma de tigre y con sus trajes amarillos, verdes, naranjas y blancos, ofrecieron sus peleas a las tres cruces.
En el ritual también hicieron su aparición los Corredores del Viento, un grupo de danzantes que corren con un peculiar vestuario de un cerro vecino al Cruzco donde realizan aullidos, bailan sincronizados y realizan acrobacias para pedir por la lluvia a su comunidad.
En esta edición, los organizadores prohibieron la venta de comida, garnachas y cervezas alrededor del ritual y prohibieron a los visitantes filmar y tomar fotografías con el argumento de que se tergiversa la tradición y en otros casos es utilizada para comercializar el ritual en videos.

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