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Exigen creadores e intelectuales lugar para la cultura en el PND 2013-2018

Staff / Agencia Reforma

Ciudad de México

Para apoyar la cultura en México, en medio de un clima de violencia y desigualdad como el actual, hay que armar un buen plan…
Y, cuestionados por Reforma, creadores e intelectuales plantean aquí las prioridades que debería atender el gobierno en materia cultural dentro del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018.
La cultura es una compañera indispensable del desarrollo, por ello la planeación cultural debe tomar todo el espectro del desarrollo humano y diseñar programas que combatan la desigualdad por motivos de ingreso y educación como también aquella derivada del prejuicio y la condición social, explica el investigador Eduardo Nivón.
“En especial, el sector cultural debe asumir en su planeación que la equidad de género es una condición indispensable para la superación de la pobreza”, agrega Nivón. “La cultura debe ponerse a la cabeza en la promoción de un desarrollo incluyente”. Cualquier debate actual sobre la cultura no puede prescindir del doloroso espectáculo de la violencia que ha vivido el país desde hace varios años, señala.
“La vida como derecho fundamental de los seres humanos debe estar presente en todos los programas culturales e incluso fomentar programas específicos de cultura de paz”, afirma.
El músico y escritor Juan Carlos Reyna también destaca el actual clima de violencia en el país.
“Creo que las prioridades en el área de música y literatura son las mismas que las del resto de los rubros de la vida social en México: legalizar el Estado”, expresa, “en especial, respecto al horrendo nivel de violencia y corrupción que pudre al país”.
No se pueden generar espacios y experiencias para la música sin garantizar la seguridad pública en los estados, agrega.
“El país está al borde del colapso”, dice Reyna, “y, como humanista, creo que la cultura puede salvar algo de la humanidad que nos queda”.
Sin embargo, para Itari Marta, directora del Foro Shakespeare, el desprecio por la actividad artística en este país es doloroso.
El Pacto México y sus Cinco Acuerdos para la Vida Nacional, entre otros puntos, contempla la cultura como elemento de cohesión social y ha prometido la protección del patrimonio cultural, el impulso de la infraestructura en los estados, el fomento a la educación artística, el incremento al estímulo a creadores y utilizar la cultura como proyección de México en el mundo.
Al cuestionarla sobre sus propuestas para alcanzar esas metas, Itari Marta muestra su desconfianza al respecto.
“No les creo nada. Mientras sigan asignando más presupuesto a la ‘seguridad nacional’, invirtiendo en armas, en soldados, policías, balas de goma y un largo etcétera, nunca habrá presupuesto que alcance para pagar dignamente el trabajo de los artistas y hacer trabajos de calidad y continuidad a nivel social”.
Benjamín Mayer Foulkes, director de 17, Instituto de Estudios Críticos, propone para el PND el intercambio con iniciativas y organizaciones independientes, la sincronización con diversos sectores.
“En los últimos 20 años, ha florecido por todo el país una amplia franja de iniciativas y organizaciones independientes, cuyo trabajo puntea en los terrenos más diversos. Bien haría el Estado cultural en establecer intercambios formales con dicha franja: así enriquecería sus programas a la vez que reforzaría lo más innovador de la creación y el pensamiento contemporáneo nacionales”, señala Mayer Foulkes.
Para Reyna, la opción también está en las iniciativas independientes.
“Las trincheras no están en la política cultural emprendida por el Estado”, explica. “Más bien el futuro está en iniciativas independientes: editoriales, disqueras, gestores. Es decir, desde la sociedad civil, desde nosotros”.
Nivón señala que lo primero que desearía del programa nacional de cultura es que las acciones que proponga redunden en el fortalecimiento del sector cultural necesitado de mayor presencia pública y de una cada vez mayor profesionalización de su personal administrativo y técnico.
De acuerdo con Nivón, existen otros elementos que debe tomar en cuenta el ejercicio de planeación que actualmente está en proceso.
“La primera es la participación de la sociedad civil en la planeación y en la ejecución de los programas. La cultura es tal vez el rubro en el que los ciudadanos se sienten más capaces de intervenir expresando opiniones, críticas y demandando programas que ellos mismos gestionen.
“No basta el Fonca ni el Pacmyc para decir que la cultura se ha aproximado a los creadores y a los ciudadanos”, dice. “Es indispensable fomentar la agencia social y el desarrollo de la ciudadanía inventando, promoviendo, aprovechando todos los resquicios de participación ciudadana. Para ello es necesario emprender una reforma del Conaculta que rompa con el verticalismo y promueva mayores espacios de participación”.

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