Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

Todos queremos justicia
Hágase la ley en los bueyes de mi compadre
Refrán mexicano.

La ley y la justicia siempre han sido temas escabrosos en los países de desarrollo tardío como el nuestro en los que el ejercicio discrecional del poder político por parte de los grupos gobernantes ha tenido orientaciones más caciquiles, caudillescas y autoritarias que democráticas, liberales y sujetas al Estado de derecho.
Por esta misma razón la aplicación de la ley y la justicia siempre ha tenido un carácter parcial dependiendo de las influencias y necesidades políticas, lo que las ha convertido más en un recurso que en un fin, como debiera de ser, pero no sólo para el gobierno y los grupos políticos, sino para la sociedad en su conjunto, porque la justicia y la ley no se hicieron para unos cuantos o para unos grupos, o para aplicarse en ciertos momentos o circunstancias, sino que se han hecho para todos y para todo momento o circunstancia en los que esté en riesgo la seguridad, el patrimonio, la integridad física, la vida o los derechos de las personas o de la misma sociedad en general.
Curioso pero las circunstancias y los afectados cambian, ayer unos pedían justicia y reclamaban protección a sus derechos ante los hechos violentos de los maestros de la CETEG cuando violaron la libertad y los derechos de las personas que querían transitar por las calles de Chilpancingo y la Autopista del Sol, o cuando se encontraban en su trabajo en alguna sede partidista, ahora éstos, los maestros de la CETEG, reclaman que les han sido violados sus derechos luego de que les fueron retenidos sus salarios por no asistir a educar a los niños y niñas de Guerrero y cuando fueron detenidos y trasladados a reclusorios de alta seguridad en Nayarit y Veracruz, por eso yo pregunto ¿quién ha violado derechos y quien tiene derecho a reclamar justicia?
Los muchachos de Ayotzinapa siempre han amedrentado a la sociedad, retenido propiedad ajena como son los autobuses y choferes que retienen en contra de su voluntad, extraen gasolina de automóviles que circulan por la carretera, solicitan cooperaciones voluntariamente a fuerzas en las casetas de la Autopista y crucero de Casa Verde allá donde se le sube a Amojileca, lo que constituye violación de los derechos de terceros, pero cuando son detenidos por estos ilícitos la situación se transforma y ellos son los que se dicen violados en sus derechos humanos, pregúntome yo ¿qué nos pasa?
Las policías comunitarias de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias que han hecho tan buen papel en el reforzamiento de las instituciones desde la misma sociedad, luego de haber sido detenidos algunos de sus dirigentes por salir de su área territorial de operación con armas en la mano, responden enfrentándose con las instituciones al retener a servidores públicos del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo del estado, una vez más pregunto ¿quién aplica aquí la justicia?
Y en medio de este cambio de papeles, de negar derechos a los demás pero sí exigirlos para uno mismo, hay quienes han optado por retirar las demandas en contra de quienes han estado violando la ley, y otra vez pregunto yo ¿dónde va a quedar la justicia? ¡si todos queremos justicia!
Ni modo voy a seguir insistiendo, si en este país, si en este estado, no se aplica la ley no sólo no vamos a poder avanzar  en seguridad, bienestar, democracia y justicia, sino que se nos puede estar saliendo de las manos, la ley tiene que aplicarse aunque suene a fundamentalista.
La ley y la justicia debe de ser pareja o no mirar a quién o en qué momento se debe de aplicar, quien esté cometiendo actos ilícitos debe ser castigado, sea que cometa atentado a las vías de comunicación, afecte la libertad de tránsito de terceros, aterrorice a la sociedad, por sedición y motín o por corrupción y saqueo del erario público, deben de ser castigados.
Si a un ciudadano, sea cetegista, estudiante de Ayoztinapa, ciudadano de Chilpancingo, turista en la Autopista del Sol, partido político o servidor público, les han sido violados sus derechos y garantías, que el Estado los defienda.
Lo que no se vale es que en un momento violes los derechos de los demás y en otro exijas que se respeten los tuyos o que exijas que se aplique la ley y después te desdigas y retires las acusaciones, estas actitudes más que revolucionarias o demócratas y republicanas lo que exhiben es un comportamiento reaccionario, conservador, sectario, que sustituye la ley por la negociación y la justicia por intereses, así de sencillo.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A quienes no respetan pero piden respeto y a quienes piden justicia y luego no, que se ven mal ante la comarca de tanto hablar en un sentido y luego en otro, actitud que ya de plano raya en lo bipolar.

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