Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

Carta a Carlos Marín

Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Ryszard Kapuscinski.LogoJorgeCamachoPenaloza

 

Nuestro sistema político atraviesa una crisis de credibilidad que nos perjudica a todos, y de la que somos responsables también todos, pero de la que sólo para algunos es redituable. Según las encuestas de cultura cívica y comportamiento ciudadano que hace la Secretaría de Gobernación los partidos políticos, los medios de comunicación y las legislaturas tienen de las más bajas calificaciones en cuanto a credibilidad se refiere por parte de la ciudadanía.

De por sí la conformación y consolidación del poder político mexicano no ha sido ajena a situaciones que por origen le han restado credibilidad al constituirse a base de traiciones, mentiras, agandalles y asesinatos, y luego con el paso de los años y décadas, periodos y sexenios, su ejercicio también se ha destacado por prácticas carentes de sustento en la Constitución, dictatoriales y autoritarias, y ya de plano en el último tercio del siglo pasado por caer en el escándalo y tragicomedia de la corrupción, demagogia, nepotismo y simulación.

A esa pérdida de credibilidad, que se han ganado a pulso los políticos de todos los colores con prácticas nefastas, ha contribuido también el irresponsable ejercicio de la libertad de expresión por parte de algunos medios de comunicación y específicamente algunos comunicadores, quienes en un total extravío de ética y con una total irresponsabilidad social han venido ridiculizando y burlándose de los políticos con el fin de sustituir la corrupta moral política, por la democrática moral de la libertad de expresión, sin importarles el daño que le han hecho y le hacen a las instituciones políticas y poderes públicos, pero sobre todo a quienes representan.

Y ha sido este extravío de la ética en el ejercicio de la libertad de expresión y del respeto a la soberanía que dimana de la sociedad, lo que precisamente ha dado pie a una contracultura política y democrática que promueve que socialmente se deteste a la política, las instituciones, el poder político y todo lo que huela a gobierno.

El pasado miércoles 8 de mayo del año en curso durante su intervención en el programa televisivo Tercer Grado se refirió de manera desafortunada a la voluntad representada de las y los guerrerenses, al Congreso del estado, calificándolo de letrina y a sus integrantes como diputadetes de quinta vividores del presupuesto, así de fácil.

El tema no es si nos queda el saco o no, ni de lo que los integrantes de la legislatura guerrerense representemos como individuos, no dudo de que haya diputadetes de quinta y uno que otro vividor, el asunto es que ha insultado a la institución del Congreso y lo que éste representa, que es ni más ni menos que la voluntad soberana de los guerrerenses.

El Poder Legislativo guerrerense, representado por la Sexagésima Legislatura al Congreso del Estado de Guerrero, es la representación y voz de más de tres millones de voluntades de guerrerenses, hacia quienes de ninguna manera racional o ética caben los calificativos que usted emitió en ese programa.

Como diputadas y diputados podemos recibir los señalamientos y críticas que se quiera desde el ejercicio de la libertad de expresión y los derechos políticos que todos tenemos, lo que no podemos permitir es que al Poder Legislativo soberano de los guerrerenses sea denominado con calificativos propios de quienes quieren ver arrodilladas a las instituciones públicas de la nación ante los intereses aviesos de los poderes privados.

México y Guerrero necesitan que sus instituciones sean apuntaladas para que lleven a cabo las acciones públicas que remedien los graves problemas públicos que están ya afectando el disfrute de las vidas privadas, y no abonar al embate que se lleva a cabo en contra del Estado de derecho desde los intereses privados y antisociales, que lo mismo atacan las vías de comunicación y las instituciones públicas, como desde el ejercicio poco ético de la libertad de expresión, insultan y faltan respeto a la soberanía política de los pueblos.

Coincidiremos en que lo que hace falta en México y en nuestros estados es que la ley se aplique parejo, a todos, gobernantes y gobernados, sobre todo para que las instituciones recobren la credibilidad y el respeto de los ciudadanos, que es la postura que como diputado he sostenido una y otra vez en el pleno de la asamblea y en los medios de comunicación, por lo que generalizar y calificar de un modo a todos los integrantes de este poder, exhibe falta de objetividad.

Coincidiremos en que ya basta de que se estén doblando las leyes a modo sólo por no enfrentar los costos de su aplicación, en que doblarlas es una traición a la soberanía a la que los diputados les juramos cumplir precisamente con las leyes.

En lo que no coincido con usted es que desde su bien ganado prestigio de periodista bien informado haga tabla rasa de sus juicios hacia los integrantes de esta legislatura y en que se insulte a una institución de los guerrerenses, por lo que a nombre de los y las guerrerenses lo conmino a que no contribuya desde su trinchera con aquellos interesados en promover la contracultura antidemocrática que pretende el debilitamiento de las instituciones mexicanas y de nuestros estados.

Vuela vuela palomita ve y dile: A aquellos que dicen que no les quedo el saco que entiendan que en el Congreso no estamos por nuestras personas, sino por lo que representamos, por eso no es de sacos, sino de la camiseta, aquella que al frente trae un Caballero Jaguar sosteniendo un escudo y un mazo, con un penacho de once colores.

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