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Filma Luis Estrada cinta de un gobernador corrupto que llega a la Presidencia con apoyo de la TV

Hugo Lazcano / Agencia Reforma

 

Ciudad de México

 

Un general del Ejército entra a la oficina de un productor de noticias de un canal de TV y le deja un maletín con dinero y una carta que le mandan de “allá arriba”.

El cineasta Luis Estrada revisa en el monitor la escena de minuto y medio, y después grita: “¡Coorteee!”.

Son los primeros minutos del viernes y Poncho Herrera y Tony Dalton lucen frescos en trajes sastre a la medida, al igual que Salvador Sánchez, vestido de militar.

En la locación del rodaje de La verdad sospechosa, filme que cuenta la historia de un gobernador corrupto (Damián Alcázar) que llega a la Presidencia gracias a la campaña de la televisora TV Mex, el ambiente es relajado.

“Lo único que puedo decir es que soy un secuestrador malvado que mata a medio mundo”, comenta Salvador Sánchez, quien interpreta al Señor X.

“Mi papel es misterioso, no necesariamente hace cosas malas vestido de militar, y aunque no sé si hay muchos personajes de este tipo en México, sí creo que existen”.

Poncho Herrera se siente atrapado por su personaje del productor de noticias Carlos Rojo, un joven interesado en el poder, pero aún más por la historia escrita por Jaime Sampietro y Estrada.

“Esta película es una radiografía del momento que se está viviendo en el país y creo que Luis es especialista en plasmarlo de una manera muy particular”, sostiene.

La UNAM, coproductora de la cinta, que costará 50 millones de pesos, ha prestado el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) para el rodaje.

El director de producción Salvador Parra acondicionó espacios para mostrarlos como parte del monopolio de TV Mex. En la entrada lucen displays con algunas de sus figuras, interpretadas por Saúl Lizaso y Livia Brito.

“Este lugar es maravilloso para filmar, hemos podido planear una propuesta visual interesante”, cuenta Javier Aguirresarobe, director de fotografía de las últimas dos películas de la saga Crepúsculo.

Estrada trabaja meticulosamente en la misma escena que comenzó a dirigir desde las 21:00 horas. Bebe de un termo sorbos de un café cargado.

Confiesa que ha bajado nueve kilos en las siete semanas de filmación que lleva (faltan dos) y que en los días que ha estado en el MUAC no ha fumado como quisiera por las estrictas regulaciones del lugar.

Pero su ánimo es alto. Ante errores de los actores frente a la cámara expresa en un tono  paternal: “No pasa nada, no te preocupes”.

A las 2 de la tarde llega Joaquín Cosío, quien interpreta al congresista Agustín Morales, rival político del gobernador Vargas (Alcázar).

Realiza sólo una escena con el personaje de Tony Dalton (un ejecutivo de TV Mex) en un camerino en el que es maquillado porque hablará en entrevista sobre las corruptelas de su adversario.

“Soy el líder de la oposición en el Congreso, de esos de los que no hay, con convicciones. Es un personaje muy bonito con el que espero dar otro registro como actor”, comparte Cosío.

La verdad sospechosa toma su título de la obra capital de Juan Ruiz de Alarcón que critica a la mentira como panorama dominante: “Porque en boca del mentiroso hasta la verdad es sospechosa”.

“Finalmente, no sé si va a terminar llamándose así la película, porque en mis anteriores trabajos sus títulos fueron otros, muy distintos a los que les pusimos cuando ya las vimos terminadas”, dice Estrada.

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