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Arturo Solís Heredia

CANAL PRIVADO

* Encuestas y prioridades

Sería lindo que los políticos, los periodistas y los ciudadanos, aprendiéramos a usar las encuestas de opinión pública para propósitos mucho más útiles y trascendentes que la simple selección de candidatos competitivos y la frívola medición de posiciones electorales.
Antes, es conveniente y necesario aclarar –para mí, por protegerme de maledicencias sobre mis preferencias privadas; y por los ya once lectores certificados de esta columna, para explicarles mejor lo que quiero decir.
Cuando digo que sería lindo, lo digo escribiendo con acento argentino. “Seríaa liiiindo”, así, como diciendo “¿a poco no?”, pero con la cabeza ladeada, cara de ternura y resignación al mismo tiempo, y con voz duulce y cantadiiita; igual a la que los chés usan para comenzar todas sus frases, con ese “y… bueeeno”, o al que usan para terminarlas, con ese “¿no-es-ciertoo?”.
Si un mexicano varón dice “sería lindo”, suena gay, irremediable e inevitablemente gay, por más que lo diga con voz y apostura de machín, machín, machín. Sonará siempre gay.
Pero si lo dice un argentino, suena aceptablemente varonil. Medio melancólico y romántico, pero machín. Porque cuando los argentinos dicen “sería lindo”, suenan como que ilusionando sin esperanza que algo será mejor mañana.
Con esa intención lo digo, porque así me suenan los 7.5 de cada 10 mexicanos que piensan que dentro de seis meses, la economía del país será peor o igual de mala que hoy.
Según la encuesta telefónica de la semana (pasada) de la empresa Demotecnia, dirigida por María de las Heras, 75 por ciento de los mexicanos piensa que la situación económica empeorará en seis meses, y 73 por ciento piensa lo mismo sobre la inseguridad.
O sea, desesperanza mayoritaria en sectores de mexicanos por encima de los niveles medios de desarrollo, ingreso, educación, bienestar y cultura. Imagínense como andará el ánimo entre los mexicanos más jodidos, entre los que la desesperanza cala desde hace mucho.
Una encuesta, la de De las Heras, que dice mucho más que todas las que han encargado los partidos para sus procesos internos de selección de candidatos, que todas las que se han hecho para medir las posiciones de la carrera presidencial.
Entonces, ¿por qué no la pelaron los políticos, los periodistas y los ciudadanos? ¿Por qué pelan mucho más las encuestas de candidatos y partidos?
Entonces, ¿por qué las encuestas que más encargan los políticos, por qué a las que más tiempo y espacio dedican los periodistas, por qué las que más interesan y entretienen a los ciudadanos, son las encuestas que menos investigan el pulso de la opinión pública?
Entonces, ¿por qué preocupan y ocupan a más las encuestas que sirven a los menos? ¿Por qué no nos preocupan y ocupan más las encuestas que investigan tendencias partidistas, que las que descubren tendencias sociales?
¿Por qué nos preocupa y ocupa más saber quiénes serán candidatos y quiénes encabezan la carrera electoral, que saber lo que piensan, necesitan, esperan y demandan los mexicanos?
¿Por qué nadie parece preocuparse y menos ocuparse en datos tan relevantes y trascendentes, como los de la encuesta de María de las Heras?
Sí, ya los oigo: idealista y mamilón, me dirán de menos varios. Sé que muchas de esas preguntas tienen respuestas obvias y mis pretensiones desbordadas.
Porque a la mayoría de nuestros políticos sólo les interesa lo que les sirve para conquistar y mantener el poder. Son prácticos y encargan encuestas sólo para saber lo que la gente piensa de ellos, no para saber lo que la gente piensa de sus problemas reales.
Porque la mayoría de los periodistas sólo buscan las noticias que venden. Son prácticos y encargan, cubren y difunden sólo las encuestas sobre las aspiraciones de los candidatos, no sobre las aspiraciones de los electores.
Porque a la mayoría de los ciudadanos les da güeva comprometerse más con los asuntos públicos. Son prácticos, y se interesan más en las encuestas sobre los asuntos particulares.
Lo sé, lo entiendo, coincido. Por eso digo que sería lindo con acento argentino, con mucha ilusión pero poca esperanza de que fuera posible. Lindo sería, porque todos estaríamos más atentos y activos con lo que dicen encuestas como la de De las Heras.
De acuerdo con ese sondeo, la desesperanza de tres cuartas partes de muchos mexicanos existe independientemente de los resultados de las próximas elecciones. Para ellos, gane quien gane, gobierne quien gobierne, la situación del país dentro de seis meses será más o menos peor, o más o menos igual de mala que la de hoy.
“Esta desesperanza”, concluye la encuesta de Demotecnia, “da como resultado que el 74 por ciento de los entrevistados nos dijera que en México se necesita un cambio de rumbo”.
Sería liiindo, ¿no-es-ciertoo?

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