Violencia y nuevos asentamientos ensombrecen las conversaciones de paz en Medio Oriente

DPA

Tel Aviv  / Gaza

Israelíes y palestinos se reúnen en la segunda ronda de las recién reanudadas conversaciones directas de paz, que se han visto ensombrecidas sin embargo por nuevos episodios de violencia en la Franja de Gaza y por una disputa en escalada en torno a la construcción de asentamientos israelíes.
El jefe negociador palestino, Saeb Erekat, y su homóloga israelí, Tzipi Livni, se reunían esta tarde a puerta cerrada en Jerusalén en un lugar que ha sido mantenido en estricto secreto, para negociar sobre la agenda del día y el orden de los temas durante las conversaciones, informó la emisora del Ejército israelí.
Se espera que en el encuentro, la segunda ronda de negociaciones desde su reanudación tras un estancamiento de tres años, esté también presente el enviado estadunidense Matin Indyk.
Las conversaciones, acordadas por mediación de Estados Unidos, se han visto ensombrecidas por una disputa sobre nuevos proyectos de construcción en asentamientos israelíes. El portavoz palestino del proceso de negociaciones, Yassir Abed Rabbo, advirtió ayer de nuevo que el diálogo podría fracasar si Israel continúa ampliando sus asentamientos.
Sin embargo, el ministro israelí de Vivienda, Uri Ariel, aseguró en declaraciones a la emisora militar que la ampliación de los asentamientos continuará y que los últimos anuncios sobre la edificación de 2 mil viviendas en Cisjordania y Jerusalén Este son sólo “el aperitivo”. Ariel forma parte del partido colono la Casa Judía.
El viceministro de Defensa, Danny Danon, dijo ayer que no permitirá que Livni llegue a un acuerdo que requiera la retirada de la mayor parte de Cisjordania. “Ese tratado no tendrá apoyo, ni por mi parte ni del partido Likud, y creo que la mayoría del pueblo israelí lo rechazaría”, dijo a la radio israelí.
Livni, que dirige las negociaciones, incluso había considerado un “error moral” la liberación de 26 presos palestinos que llevaban mucho tiempo encerrados en las cárceles israelíes y que fueron recibidos por cientos de personas tras su traslado a la Franja de Gaza y Cisjordania.