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Deja 278 muertos el desalojo de islamistas de campamentos de protesta en todo Egipto

*Se habla de 2 mil heridos. Condena internacional al gobierno. Renuncia el vicepresidente Baradei en protesta por la represión. El régimen militar establece el toque de queda en 12 provincias

DPA / EFE

El Cairo / Estambul / Brasilia

El violento desalojo de los campamentos de protesta para exigir la restitución del depuesto presidente islamista Mohamed Mursi y los disturbios posteriores dejaron ayer 278 muertos en Egipto, en una acción que generó condena internacional y la renuncia del vicepresidente Mohamed El Baradei.
De esos 278 muertos en todo el país, 43 son miembros de las fuerzas de seguridad. Además, fueron heridas 2.001 personas.
El presidente de transición egipcio, Adli Mansur, decretó el estado de emergencia en todo el país por un mes a partir de esta tarde. La medida permite que se realicen redadas y detenciones sin una orden judicial.
Además, tras las violentas batallas callejeras desatadas entre islamistas y la policía, el gobierno estableció el toque de queda en 12 provincias, en las que regirá entre las 21:00 horas (19:00 GMT) y las 6:00 horas (4:00 GMT) del jueves, en las que nadie podrá salir a la calle. El portal de noticias Al Ahram informó que el toque de queda podría estar vigente durante un mes.
La violencia se desató la mañana de ayer con el desalojo a la fuerza por parte de la policía de los campamentos de protesta en El Cairo. La violencia se extendió a otras partes del país, donde fuerzas islamistas llevaron a cabo ataques contra edificios estatales.
El ministro del Interior Mohamed Ibrahim aseguró que las autoridades no permitirán nuevas protestas contra el derrocamiento de Mursi. “Hay una coordinación total con las fuerzas armadas y no se permitirán más sentadas en ninguna plaza de Egipto”, dijo Ibrahim en una rueda de prensa transmitida en vivo por la televisión estatal.
Testigos informaron que la policía lanzó al principio sólo granadas de gas lacrimógeno contra los manifestantes en los barrios de Ciudad Naser y Giza, que respondieron con piedras y botellas. Más tarde hubo disparos por parte de ambos bandos.
El vicepresidente de transición, Mohamed El Baradei, premio Nobel de la Paz, anunció su dimisión y aseguró no estar de acuerdo con el accionar de las fuerzas de seguridad. “He presentado mi dimisión porque no puedo asumir la responsabilidad de decisiones con las que no estoy de acuerdo”, lo citó la televisión Al Arabiya.
Tras el inicio de la operación policial, los seguidores de los Hermanos Musulmanes se manifestaron en varias provincias. En la península del Sinaí, islamistas armados atacaron varios edificios públicos y en el Alto Egipto, en Minia y Sohag, hubo ataques contra al menos tres iglesias.
El campamento de los seguidores de Mursi en la plaza Al Nahdha, en Giza, fue desalojado por la policía en la mañana de ayer tras tres horas.
En tanto, un cámara del canal de televisión Sky News murió ayer al recibir un disparo en El Cairo, informó el medio. Mick Deane fue alcanzado cuando grababa los disturbios en la capital de Egipto entre seguidores del depuesto presidente y la policía.
El desalojo por la fuerza de las protestas provocó la condena internacional. Varios países europeos y Estados Unidos condenaron la violencia aplicada contra los manifestantes.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, consideró la violencia un “grave golpe a la reconciliación” del país, pese a lo cual afirmó que todavía hay una posibilidad de lograr una “solución política”.
Asimismo, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, condenó “los ataques contra iglesias y oficinas que tuvieron lugar a lo largo de un día lleno de violencia, que deja al país en estado de emergencia y en el camino hacia un futuro incierto”.
También el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, tuvo fuertes palabras de condena y recordó que recientemente había llamado a la moderación de las partes, por lo que lamentó que, en lugar de ello, “las autoridades egipcias emplearan la violencia como reacción a las manifestaciones”.
Por su parte, Irán condenó duramente el “baño de sangre” en Egipto y advirtió del peligro de una guerra civil en el país.
Así también, el gobierno de Brasil condenó ayer “la brutalidad de la represión” a opositores en Egipto.
Por otra parte, varios miles de personas se manifestaron ayer en la ciudad turca de Estambul para protestar por el duro accionar de las fuerzas de seguridad en Egipto contra manifestantes islamistas.
Los manifestantes, que marcharon por la calle comercial Istiklal con banderas egipcias y carteles con la imagen del derrocado presidente egipcio Mohamed Mursi, gritaban consignas contra el jefe del Ejército Abdel Fattah al Sisi, así como “Dios es grande”.

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