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Crece en el PRI la inconformidad de aspirantes contra las encuestas y la exigencia de pagos

Jesús Saavedra

Chilpancingo

Aspirantes del PRI que pagaron más de 30 mil pesos por una encuesta que se aplicaría este fin de semana manifestaron su desconfianza porque ninguna empresa les ha explicado la metodología y menos si se les pagó por hacer ese trabajo, por lo que pidieron a la dirigencia una “explicación lógica”.
Lo anterior sucede antes de que el jueves se inicie el proceso de registros de aspirantes a las diputaciones locales y las alcaldías, que se cerrará el 24 de marzo.
Pero una vez que se ha conocido que en cuando menos los distritos 01 de Tierra Caliente y 09 del Acapulco rural no se realizaron las encuestas, ahora esas dudas se han extendido a los municipios y los distritos locales.
Los aspirantes priistas sólo han hecho la denuncia pública, pero no han recurrido a presentar quejas de forma legal, pues las encuestas no son un método avalado en los estatutos del PRI, donde se marca que puede ser por convención de delegados y consulta abierta a la militancia.
Este martes se recabaron testimonios de priistas que dudan de la aplicación de las encuestas y que ven el cobro de las mismas como una “estafa”, y pidieron que el delegado del PRI, Víctor Valencia de los Santos, dé una explicación pública de en cuántos municipios y distritos habrá encuestas, qué empresas las levabtarán y qué metodología utilizarán.
La forma de operar el cobro de la encuesta es el mismo, se deposita a la cuenta de un particular, pero no a la razón social de la empresa supuestamente a contratar.
Un aspirante a un distrito local explicó ayer que pagó 30 mil pesos y los depositó a una cuenta personal, y dijo que seis aspirantes más pagaron la encuesta que según se iba a aplicar el fin de semana pasado.
Abundó que acordaron que la empresa que realizaría la encuesta sería Demotecnia, de María de las Heras, y que antes se iban a reunir con trabajadores de esa empresa para conocer la metodología y responder a sus dudas, lo cual no ha sucedido.
Apenas el 5 de marzo, Valencia declaró que un 40 por ciento de distritos y municipios serían encuestados, que las empresas que ofrecieron sus servicios son Consulta Mitofsky de Roy Campos; Demotecnia de María de las Heras; Gabinete Estratégico de Comunicación de Liebano Sáenz y Federico Berrueto, y Parametría de Francisco Abundis, y “de esas cuatro empresas serias ellos (los aspirantes) eligen cuál y se aplica la encuesta, cuyo costo es de entre 120 y 140 mil pesos, lo financian entre ellos y se firma un acuerdo ante notario público, para que no haya problemas”.
Ayer en la sede estatal del PRI varios precandidatos manifestaron su descontento con la “imposición” de esas encuestas, con el argumento de que está estipulado en los estatutos no son un instrumento válido de elección de candidatos.
El precio que tienen que pagar los aspirantes lo ven como el cobro de una cuota y desconocen a dónde va a parar. Tal es el caso del municipio de Atlixtac, donde esperan competir tres aspirantes a los que se les está pidiendo que paguen 30 mil pesos cada uno; uno de ellos de plano dijo que no contaba con ese dinero y lo eliminaron, y ahora los dos que continúan en la puja tendrán que pagar 45 mil pesos cada uno.
Otro caso es el de Tepecoacuilco, donde les pidieron el pago de 35 mil a 40 mil pesos a cada uno de los cuatro aspirantes y de plano estaban molestos ayer en la sede estatal del PRI.
Los aspirantes de ese municipio pedían al delegado que la encuesta no se aplicara y que se fueran a la convención de delegados, “si es indicativa no tiene caso que la paguemos, no sirve de nada, pero a fuerza quieren que uno desembolse dinero y eso no se vale, ya están cobrando para poder participar, ¿de qué se trata?”, cuestionó uno de ellos.
Pero el ejemplo más visible de cómo está operando la dirigencia del PRI lo protagonizó la dirigente priista Norma Yolanda Armenta, quien ayer estaba regañando y actuando de forma prepotente con tres mujeres indígenas del municipio de José Joaquín de Herrera (Hueycantenango).
“Miren, la cosa es así, si no hay encuesta no hay candidatos y entonces no tenemos nada de qué platicar”, les dijo de forma autoritaria la dirigente y delegada en ese municipio indígena de La Montaña baja.
Armenta continuó: “Ya saben que la encuesta es de a güevo, así lo marca la convocatoria, así de simple”, y cuando una joven que estaba a su lado le dijo que estaba mal, que esas no eran las formas de tratar un asunto político, la volteó a ver enojada y la sujetó del brazo y con la otra mano le dio unas palmadas fuertes en la espalda, “a mí no me hables así, a mí me respetas, tengo 25 años de trabajo en el partido, eh”.
La joven explicó que en ese municipio quieren participar en la contienda Gonzalo García Isidro, quien ha estado en Obras Públicas de ese municipio desde hace seis años, y también desea participar Fulgencio Bello Vivianero, “ya había un acuerdo político de que fuera Fulgencio y Gonzalo había aceptado, pero la delegada llegó y le reclamó a Gonzalo ‘y tú por qué declinaste si el acuerdo no era ese’, y pues ya hay dos aspirantes, pero ahora a fuerza quieren que paguen la encuesta, cuando se va a elegir al candidato en una asamblea, no entendemos, y por eso el partido está así”, añadió la joven indígena.

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