Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Fuentes en Acapulco*

Silvia Lemus

Como la inmensa mayoría de los mexicanos, Carlos Fuentes y yo conservamos durante toda nuestra vida juntos, un recuerdo entrañable de Acapulco. No sólo como uno de los más bellos puertos del mundo, sino como un mágico lugar que siempre nos brindó alegrías, las delicias del mar y el descanso que todo viajero busca encontrar en sus playas.
En Acapulco, todos los enamorados entrelazan una mirada compartida que ha de durar para siempre.
Hoy quiero agradecer a todas las personas que han hecho posible la realización de esta exposición, Carlos Fuentes, él mismo, empezando por el presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Cristina García Cepeda, Stasia de la Garza, Rosalía Chavelas y todo el equipo del INBA que logró llevar a cabo esta exposición.
Igualmente, agradezco a la Secretaría de Cultura del estado de Guerrero, al secretario Manuel Zepeda Mata; al subsecretario Arturo Martínez; a la directora de Relaciones Públicas, Monica Sousa; a la directora de Galerías y Arte, Jeanette Rojas. Un especial agradecimiento al gobernador del estado, señor Ángel Aguirre Rivero.
Esta exposición de fotografías permite no sólo celebrar la vida y obra de Carlos Fuentes, sino también enmarcar los muchos valores de su literatura en el renacimiento que amanece ahora para Acapulco: un escritor siempre comprometido con la libertad y el bienestar de sus conciudadanos, un mexicano orgulloso de los paisajes y diversas culturas de nuestra nación y un infatigable promotor de México más allá de nuestras fronteras.
Fuentes fue un asiduo soñador de todos los Acapulcos posibles: el puerto dorado de las estrellas de cine y el escenario, donde busca refugio Filiberto, su personaje del genial cuento Chac mool. Filiberto busca salvarse en Acapulco, huir como loco del Chac, aunque ahí encuentre el final…El deseo de Chac mool se hizo realidad, pero Filiberto tuvo sus soñadas vacaciones en Acapulco.
Seguramente, ustedes saben que Carlos era un gran amante del cine y si alguien sabía cuántas películas mexicanas tienen lugar en Acapulco, era él, que además hacía constantes referencias en sus novelas, donde otros personajes saben bien que será en Acapulco y en ningún otro lugar el embeleso posible de un enamoramiento instantáneo.
Carlos Fuentes soñaba con Acapulco. Conocía bien la región, sus playas y su cocina. Saludó desde sus comienzos a José Agustín, brillante escritor guerrerense, que fue uno de los iniciadores de la renovación de la novela en México.
Carlos Fuentes era un gran amante del cine, pero no sé si ustedes saben que Carlos Fuentes fue un buen bailarín. Fue el rey del mambo, como se dice de joven. Saltaba la pista con agilidad al primer acorde, pero también bailó boleros, tangos, el cha cha chá y le gustaban las canciones que hacían de Acapulco un paraje idílico, desde Elvis Presley hasta Bob Dylan.
Este hermoso lugar merece recuperar y conservar ya para siempre el esplendor que se deletrea en sus sílabas y erradicar todos los dolores que le han causado a sus habitantes, mexicanos ejemplares y trabajadores, hospitalarios y anfitriones de México y del mundo.
En este hermoso lugar, Fuentes encontró fibras para su inspiración literaria y también renovaba energías para las muchas horas que invertía incansablemente sobre el teclado. Ya instalado en otras latitudes, otros climas, pero Acapulco se le quedaba en la piel bronceada y en la palabra de sus párrafos.
Estoy segura que ustedes reconocerán en estas fotografías esos rasgos del carácter jovial, amistoso y hospitalario de Carlos Fuentes. No será ésta su última visita a Acapulco. Está siempre de vuelta cuando alguien conversa con él en uno de sus libros, bajo este cielo con playas, donde el tiempo no pasa.
Hoy he venido a celebrar con ustedes, sus lectores, la literatura incandescente del mejor escritor que yo haya conocido, en un lugar que siempre nos permitió sentirnos como pareja en constante luna de miel.

* Texto leído el viernes 16 de agosto en la inauguración de la exposición Carlos Fuentes, él mismo, en la Gran Galería del Centro Cultural Acapulco

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