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Denuncia oposición siria mil 360 muertos en ataques con gas venenoso; el régimen lo niega

DPA

Estambul /Damasco / Nueva York

Las tropas del presidente sirio, Bashar al Assad, mataron a mil 360 personas en ataques lanzados contra pueblos al este de Damasco en los que emplearon un gas venenoso, informó ayer en Estambul George Sabra, representante de la opositora Coalición Nacional Siria.
El gobierno desmintió el uso de gas venenoso y la comunidad internacional demandó una investigación de las acusaciones por parte de los expertos de la ONU que se encuentran en Siria. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tenía previsto celebrar una sesión especial este miércoles en relación con el tema.
La oposición dijo en la tarde de ayer que hubo mil 360 muertos y varios cientos de heridos. En imágenes televisivas podían verse numerosos cadáveres, entre ellos algunos niños.
Poco antes, otros activistas habían hablado de en torno a medio millar de muertos y 600 heridos en ataques con aviones de combate, misiles y artillería, además de gas venenoso, en los alrededores de la capital.
Los barrios más afectados serían Al Ghuta al Sharkiya, considerado feudo de la resistencia contra el presidente sirio, y Moazamiyat al Sham, en el este de la capital, informaron los Comités Revolucionarios Locales.
El gobierno, por su parte, no desmintió los ataques, pero sí el uso de armas químicas. “Los canales de televisión que participan en el derramamiento de sangre en Siria y el apoyo del terrorismo publican esas informaciones inventadas para desviar la atención del equipo (de la ONU) que investiga el uso de armas químicas y evitar así el éxito de su misión”.
El gobierno sólo ha accedido por el momento a que los expertos visiten tres lugares en los que existe sospecha de su uso.
La opositora Alianza Nacional Siria y la Liga Árabe pidieron que visiten los pueblos bombardeados los expertos en armas químicas de la ONU que se encuentran en el país para investigar el posible uso de ese tipo de armas en la guerra civil siria, del que se acusan mutuamente gobierno y oposición.
El director del equipo de expertos en armas químicas de la ONU que se encuentra en Siria, el sueco Åke Sellström, está en conversaciones con el gobierno en Damasco “sobre todo los presuntos empleos de armas químicas, incluso los informados recientemente”, dijo ayer la oficina del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
En una entrevista con la agencia de noticias sueca TT, Sellström dijo que hasta el momento sólo vio imágenes televisivas del ataque que denunció la oposición. “La alta cantidad de heridos y muertos parece sospechosa. Parece algo que debería ser investigado”, añadió.
La oficina de Ban añadió que el secretario general está impactado por los informes de la oposición. Ban recordó que el empleo de armas químicas “del lado que venga, y en las circunstancias que sea”, es una violación del derecho humanitario. Sellström y sus expertos se encuentran en Damasco desde el lunes.
La embajadora de Argentina en la ONU, María Cristina Perceval, que este mes preside el principal órgano de Naciones Unidas, convocó para las 19:00 GMT a los embajadores de los 15 países miembros del Consejo de Seguridad. La sesión se celebrará a puerta cerrada en el cuartel general de la ONU, en Nueva York.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE), entre otros, pidieron a la ONU una investigación del posible empleo de gas venenoso.
La UE reclamó una investigación sobre las acusaciones hechas ayer por la oposición, y que el gobierno de Bashar al Assad ha negado ya.
“Estoy sorprendido de que se cometa un crimen tan abominable mientras los inspectores internacionales de la ONU están en Damasco”, dijo el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi.
Rusia, tradicional aliado de Al Assad, calificó sin embargo de “provocación” las acusaciones vertidas contra el régimen sirio y pidió una investigación independiente. “Todo apunta a otra provocación planeada”, afirmó el portavoz del Ministerio de Exteriores ruso.

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