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Reprochan afectados por el sismo en la Ampliación Chinameca la falta de apoyo de autoridades

*Sólo han recibido del Ayuntamiento una notificación de desalojo porque viven en una zona de alto riesgo

Karla Galarce Sosa

Vecinos de la colonia Ampliación Chinameca dijeron que lo único que han recibido del Ayuntamiento, es una notificación de desalojo porque viven en una zona de alto riesgo. Protección Civil (PC) municipal derribó las dos casas que fueron parcialmente destruidas después del sismo de 6 grados en la escala de Richter que se registró el miércoles pasado en la mañana.
Aunque los vecinos afectados habían advertido que impedirían que las autoridades de los tres ámbitos de gobierno derribaran lo que quedaba de sus viviendas, ayer comenzó la demolición de los restos para evitar daños en otras casas ubicadas en la parte baja de la ladera.
Los vecinos afectados reprocharon la falta de apoyo de autoridades para dotarlos de alimentos, cobijas o agua porque viven de la caridad de sus vecinos, de los feligreses de la iglesia donde duermen y visten ropa que la gente les regaló.
Se trata de seis familias que habitaban las viviendas que el sismo destruyó casi por completo, pero que ayer por la tarde ya fueron demolidas.
Desde el pasado miércoles duermen en la capilla de Santa María de Guadalupe, sobre seis colchones que los feligreses les regalaron. El espacio donde se erige la capilla, consta de paredes hechas con fajillas de madera que están cubiertas en algunas partes con láminas galvanizadas. Durante el día se alojan bajo la sombra de dos árboles: un almendro y un árbol de zapote que la señora Juana Gaudencia Vázquez Lorenzo sembró hace más de 20 años que llegó a esa colonia. La vista de ese terreno, ubicado frente a su casa, a un costado de la pobre capilla, ofrece una espectacular vista de la zona hotelera del puerto. Corre un viento apaciguador.
Bajo la sombra de los árboles, las mujeres de las familias lavan las sábanas que sus vecinos les regalaron, cocinan en una parrilla de gas que apenas ayer les prestaron, porque durante dos días cocinaron para casi 20 personas, en un par de anafres con carbón; comen en una larga mesa cubierta con un plástico floreado y colocan platos y vasos de plástico, en un mueble de madera que también les fue regalado hace un par de días. Sobre hileras de block, colocaron un pequeño lavadero y utilizan agua almacenada en tres garrafones que utilizan para la limpieza más elemental de los niños que forman parte de las familias.
Por las noches, los hombres hacen guardia para velar el sueño de sus esposas e hijos, e intercambian sus veladas cada dos horas con los demás hombres, pues buscan cuidar lo poco que les queda.
Ayer al mediodía acudieron empleados de Protección Civil Municipal, soldados de la Novena Región Militar, así como empleados de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, encabezados por Manuel Malváez Rosillo y policías municipales.
Caminaron por el andador Calandria y recorrieron la zona, entraron a las casas más afectadas. Más tarde, pasada la 1 de la tarde, llegó el titular de Protección Civil de Acapulco, Efrén Valdés Suárez, quien declaró: “logramos platicar con los vecinos, se les invitó a desalojar, se les ofreció un área a donde refugiarlos y siguen siendo las instalaciones de bomberos y la gente de aquí, de la parte alta decidió refugiarse en la capilla; la gente de la parte baja quedaron de acuerdo que iban a permanecer allí en la otra capilla”.
Agregó que como autoridades sabían que había resistencia de algunos vecinos de la parte baja y otros de la parte alta que no querían desalojar las viviendas.
“Ahorita seguimos viendo la resistencia de las personas, es una franja considerable de varias viviendas consideradas con riesgo; son aproximadamente 17 viviendas, la mayoría están en la parte alta. En esta línea hay una falla local, yo creo que por esto se da esta situación. Es de mucho riesgo que se queden a habitar esas casas”, agregó el funcionario municipal.
Dijo que corresponde a Invisur ofrecer alternativas de vivienda a las familias afectadas, que ya fueron notificadas del riesgo que corren al habitar en esa área.
A pregunta expresa de qué hará Protección Civil ante la negativa de desalojar las casas, Efrén Valdés respondió que la dependencia que dirige se limita a hacer un “resguardo y demolición, notificar, desalojar y ya lo de la situación de la vivienda o de la tierra, es de otras personas”.
Cuando se le preguntó por qué el ayuntamiento no habían llevado apoyos a las familias dijo: “desconozco si haya quejas y si las hubiera, no nos las han hecho llegar, anoche (viernes) estuvimos platicando con una sola persona que fue la que se acercó a nosotros, que es precisamente la dueña de esa vivienda que está colgando y que está muy preocupada, habló con el coordinador de Servicios Públicos, pedimos que se acercara con nosotros y aquí estamos”.
Explicó que para derribar las casas se requeriría de maquinaria pesada, de trabajadores para disminuir el peso y desmantelar poco a poco lo que quedaba de esas viviendas.
Los soldados de la Novena Región Militar, les ofrecieron llevar una cocina comunitaria hoy o el lunes.
Más tarde, cerca de las 7 de la noche, el encargado de despacho de la Presidencia municipal, Ricardo Tapia, quien estuvo acompañado por la secretaria general, Madgalena Camacho, y por el titular de la Secretaría de Seguridad, Jesús Cortés, entregó despensas a los afectados después de tres días de que ocurrió el sismo.

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