Jorge Camacho Peñaloza

El partido diferente

Hay suficiente en el mundo para cubrir las necesidades de todos los hombres, pero no para satisfacer su codicia. Mahatma Gandhi

Los tres partidos que se diputarán la Presidencia de la República ya tienen su candidata y candidatos, han tomado formal protesta ante sus partidos y militantes en actos en los que destacaron los discursos pronunciados cada uno de ellos y el de Josefina Vázquez Mota la candidata del PAN, en ellos dejaron entrever su posicionamiento como candidatos a la dirigir el país en los próximos seis años.
El del candidato del PRD fue un discurso centrado en marcar la disyuntiva, la polarización, el fundamentalismo, o esto o lo otro, presentando el momento de la vida nacional como una coyuntura histórica de la que o salimos bien o salimos mal, en el que se va a elegir más que la presidencia, un proyecto, el verdadero o el falso, entre más de lo mismo o el paraíso que él ofrece, por supuesto, para él todo lo malo es lo que está fuera de su proyecto y todo lo bueno lo que tiene que ver con él.
En el discurso del candidato perredista el diagnóstico principal es la corrupción y la solución la honestidad. Sabiendo que en la campaña del 2006 peleó con todos hasta con sus más cercanos colaboradores ahora plantea la reconciliación, confiesa que no odia a nadie como liberándose precisamente de un sentimiento negativo que no lo deja reconciliarse consigo mismo. Llama a convencer a todos los mexicanos como si no existiera la pluralidad, la diferencia en ideologías, culturas, formas de pensar y de ser, como en los tiempos monolíticos del PRI en los que el gobierno consideraba a todos los mexicanos y mexicanas priístas ligados a alguno de sus rancios sectores, algo le queda de su origen priísta.
El candidato del PRI pronunció un discurso tratando de convencer de que los males del país empezaron hace doce años cuando la ciudadanía mexicana les arrebató la presidencia de la república, como no supiera que los mexicanos y mexicanas hicimos conciencia del mal gobierno con los gobiernos surgidos de su partido como el de Salinas, el de Zedillo, o el de Miguel de la Madrid, o el de José López Portillo o Luis Echeverría ni digamos el de Gustavo Díaz Ordaz, raya en el cinismo.
El priísta critica la situación de nuestro sistema educativo como si el sindicato de maestros no hubiera nacido al seno del PRI y funcionado como una correa de control y represión a las expresiones y exigencia de democracia de los verdaderos trabajadores de la educación, como si Carlos Jongitud Barrios no hubiera sido un soldado del priísmo a lo largo del siglo XX y la maestra no hubiera sido apoyada por Carlos Salinas de Gortari para ascender al poder sindical.
El candidato que no lee critica la pobreza, la situación económica y la falta de oportunidades para los jóvenes como si no supiéramos que fue el priísmo el que procreó los desequilibrios estructurales en la economía, en la distribución del ingreso, que originaron la pobreza que venimos arrastrando desde siempre y que nunca la pudieron resolver al frente del país, y termina como debe ser un candidato que más que nada vende su imagen exaltándose a sí mismo como si el destino de todo un país dependiera del compromiso de un solo hombre.
El de Josefina Vázquez Mota fue un discurso que le salió del corazón no de un telepronter, convocó a seguir construyendo y refrendando la democracia con la que desde hace doce años los mexicanos tenemos mayor bienestar social, a seguir diferenciado al PAN de las propuestas demagógicas, fundamentalistas, populistas y mesiánicas,  a seguir por el camino que ordena la ciudadanía, por el de las convicciones y la congruencia, el de la paz y la libertad, para cerrar la puerta al autoritarismo de quienes pretenden dirigir al país con sus visiones absolutistas.
La propuesta de Josefina Vázquez Mota convoca a la unidad, a arreglar las diferencias con apego a la democracia, a construir una patria generosa para todos, esa patria que son nuestros hijos, padres y abuelos, a construir entre todos, con todas las mujeres, los hombres, los indígenas, los jóvenes, los adultos mayores, la esperanza de un porvenir mejor.
La propuesta de Josefina es la de un México posible, como nosotros haremos la de un Guerrero posible, de progreso, trabajo, organización y acuerdos, y estamos convencidos de que sí es posible porque el PAN es el partido de los ciudadanos de este país, el partido de la democracia, el partido diferente.
Vuela vuela palomita: Y ve y dile a aquellos que creen que llenando plazas se ganan las elecciones, que en realidad gana quien llena el corazón de los electores y que este no se llena no con odios ni con guiones de telenovela sino con propuesta verdadera.