Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Jorge Camacho Peñaloza

Copecol: Legislar para la paz

La paz obtenida en la punta de la espada, no es más que una tregua. Proudhon

Los días 28, 29 y 30 de este mes estamos reunidos en Acapulco las y los diputados de los 31 congresos locales, de igual número de estados y los asambleístas del Distrito Federal, en la Tercera Asamblea Plenaria de la Conferencia Permanente de Congresos Locales.
Estamos reunidos mil 187 representantes de las soberanías estatales, quienes tenemos la alta responsabilidad de representar la voluntad de los habitantes de cada entidad y hacer las leyes fundamentales con las que resolvamos nuestra vida pública, para abordar temas importantes como es el de la participación de las entidades federativas en la transición democrática del país, con mesas de análisis sobre la reforma político electoral, el cuarto ámbito de gobierno, la reforma municipalista y descentralización y la reforma migratoria.
El tema de procuración y administración de justicia, con mesas sobre el sistema penal acusatorio, el mando único policial que tuve el honor y privilegio de coordinar; el sistema de justicia penal acusatorio, el código penal y código de procedimientos penales únicos y el de la protección a periodistas.
También el tema hacia la construcción de un nuevo sistema de coordinación hacendaria, con mesas acerca de la consolidación hacendaria, sobre capacidad recaudatoria de estados y municipios, la de transparencia y fiscalización de recursos y la de políticas públicas.
En fin ha sido un ejercicio democrático, republicano y federalista de reflexión sobre los grandes problemas nacionales, en el que estuvo presente la voluntad soberana representada, de las 32 entidades federativas, con las que las y los diputados estamos comprometidos a legislar en su beneficio.
Independientemente del pronunciamiento final de la asamblea, creo que hay algunos derroteros que brotaron en el desarrollo de las mesas, como la necesidad de trabajar hacia un mismo objetivo de legislar para la paz y el desarrollo, que es lo que nos demandan quienes nos han dado su consentimiento para crear las leyes que resuelvan la vida pública en nuestros estados y en el país.
Legislar para la paz y el desarrollo es el imperativo que tenemos frente a la violencia y la pobreza que amenazan nuestra viabilidad como nación, estados y sociedad, y que exhiben la ineficacia de las leyes que nos hemos dado hasta ahora, para modular, como dijera el generalísimo, la indigencia y la opulencia, y para hacer que entre los americanos nos distinga sólo el vicio y la virtud.
No podrá haber paz ni desarrollo con más de la mitad de los mexicanos en condiciones de pobreza, con altos índices de corrupción, impunidad, déficit de autoridad, opacidad en la función pública, inequitativa distribución del ingreso, pero para legislar para la paz y el desarrollo, más que instrumentos técnicos, lo que se requiere es voluntad política para cambiar el modelo del ejercicio del poder, profundizar la democracia como sistema de vida.
Legislar para la paz es entender que la seguridad pública no es sólo resultado de un servicio policial, sino de la existencia de condiciones de justicia, equidad, legalidad y democracia; legíslese entonces para que estas se cumplan cabalmente en cada uno de nuestros estados y en el país, y si legislamos para ello estaríamos legislando entonces para el desarrollo.
Legislar para la paz es entender que ya no se pueden hacer leyes sin la participación de la sociedad, o formulando leyes desde los escritorios burocráticos u lujosas oficinas de reconocidos consultores, académicos o intelectuales; es ir a recoger el sentir y propuestas de la gente en la formulación de una iniciativa o sentido de su votación en el pleno.
Legislar para la paz es construir un nuevo modelo de federalismo más equitativo, menos centralista y polarizado, basado más en el desarrollo y menos en el ejercicio del poder, es incorporar más a la ciudadanía en el debate y la toma de decisiones de los temas públicos, es legislar con legitimidad y razón y no con revanchismos e intereses partidistas.
Seguramente que la declaratoria que surja de esta tercera asamblea de la Copecol habrá de recoger algunos de estos derroteros, inspirada en las luchas por la nación y la democracia que se han librado de estas tierras del sur, esperemos que así sea por el bien de la nación y nuestros estados.
Vuela vuela palomita: y ve y dile a mis compañeras y compañeros legisladores de todo el país que estamos muy agradecidos de que nos hayan dado el privilegio de ser su anfitrión, que pueden regresar a sus estados, seguros de que en el Sur han dejado sembrada la semilla de la nueva nación.

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