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Critica el arzobispo Carlos Garfias Merlos las “dinámicas irracionales de fuerza” en el estado

Sobre el conflicto con la Policía Comunitaria, llama a abrir los “canales de diálogo, tan indispensables en casos como el nuestro”. Ofrece su mediación entre el gobierno y la organización social, “con mucho gusto, en lo que podamos participar”

Aurora Harrison

El arzobispo Carlos Garfias Merlos lamentó la “confrontación” suscitada entre autoridades y policías comunitarios, y solicitó que haya diálogo para que se llegue a acuerdos y puedan ser reglamentados los ciudadanos que quieren colaborar con la autoridad.
Incluso dijo que si se necesita que sea mediador, “con mucho gusto, en lo que podamos participar”.
En conferencia de prensa, a pregunta expresa sobre la advertencia del gobernador Ángel Aguirre Rivero de que continuará el desarme, esta vez con los grupos de la autodefensa de la UPOEG, el arzobispo de Acapulco declaró que debe darse de manera pacífica y en acuerdo mutuo con los grupos.
En otro tema habló sobre la situación de los desplazados de Tierra Caliente y Costa Grande y señaló que deben generarse las condiciones de seguridad en sus lugares de origen.
“Un llamado a las partes confrontadas que asuman actitudes responsables ante la sociedad y den pasos claros de buena voluntad para generar un ambiente de entendimiento y de apego al derecho, que ayude al diálogo y promueva la reconciliación para construir la paz”, dijo el arzobispo, y criticó que se impongan “dinámicas irracionales de fuerza en lugar de canales necesarios de diálogo, tan indispensables en casos como el nuestro”.
Agregó que la violencia, venga de donde venga, ya sea por parte del crimen organizado, de las instituciones públicas o de las organizaciones sociales, causa estragos que después luego se lamentan, por eso insistió en que “es tiempo de volver a la ecuanimidad y a la búsqueda del bien común, en este camino fundamental que es el diálogo y la reconciliación”.
Sostuvo que en la exhortación pastoral los obispos mexicanos han expuesto la necesidad de la reconciliación en los procesos sociales, porque reiteró que las policías comunitarias y los grupos de autodefensas surgieron como “alternativa de colaboración ciudadana, una forma de cómo la sociedad está ofreciendo el poder colaborar con las autoridades”.
Abundó que el gobierno del estado, el Ejército, los policías comunitarios y los grupos de autodefensa deben dialogar para que exista una adecuada coordinación, porque “hasta este momento están en actitud de convertirse en colaboración ciudadana, y que todavía puede rescatarse y ser una alternativa válida en medida en que se esté en diálogo pertinente”.
Cuando se le preguntó su opinión sobre el enfrentamiento del pasado martes entre efectivos del Ejército y policías comunitarios en Cruz Grande, donde mujeres resultaron golpeadas, Garfias Merlos dijo que “creo que es evidente que cualquier expresión de violencia, cualquier forma de agresión y en su momento de no respeto de derechos de personas es reprobable”.
“El Ejército mexicano cuando está en su desempeño debe actuar con cuidado y con respeto para las personas, que se dialogue y la forma oportuna para que no haya estas expresiones que se violenten los derechos de las personas”, aseveró.
Y sobre el desarme, dijo que debe darse de forma pacífica y en mutuo acuerdo.
A pregunta expresa de un reportero sobre si existe participación de sacerdotes en los grupos de autodefensa, el arzobispo respondió que no, que los sacerdotes dan “acompañamiento pastoral, no hay sacerdotes que estén integrados en los grupos”, y negó que el sacerdote Mario Campos sea parte de la Policía Comunitaria.
Sin embargo, sostuvo él que podría ser mediador,  “si se necesita, con mucho gusto en lo que podamos participar para que prevalezca el diálogo, lo vamos hacer”.
Y respecto al traslado de la coordinadora de la CRAC en Olinalá, Nestora Salgado, a un penal de Nayarit, opinó que “las autoridades tendrán que dar las razones del porqué, ellos deben dar las razones”.

Acompañamiento a los desplazados

Durante la conferencia, Garfias Merlos leyó un comunicado de los obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco, donde manifiestan su preocupación por los desplazamientos masivos de personas en las regiones de Tierra Caliente, Costa Grande y la sierra, por lo que urgió para que se “implementen los auxilios necesarios y suficientes para los pueblos y familias”.
“Es preciso generar condiciones de seguridad en los lugares de origen de las personas y de los pueblos desplazados para que puedan regresar lo más pronto posible a sus hogares, normalizar sus actividades productivas; lo más conveniente es que la intervención de las fuerzas de seguridad sea para construir espacios seguros”, puntualizó.
Sostuvo que la Iglesia está dispuesta a colaborar en programas diseñados para fortalecer el tejido social en las regiones afectadas que se encuentren en condiciones de riesgo.
Dijo que diseñaron un acompañamiento en tres fases: prevención en las comunidades vulnerables ante los desplazamientos forzados, asistencia y promoción.

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