Intento de despejar una carretera deja 11 campesinos heridos en el sur de Colombia

DPA / EFE

Bogotá

Al menos 11 personas resultaron heridas ayer en Colombia durante un enfrentamiento que se generó cuando policías antimotines intentaron despejar una carretera del departamento de Caquetá (sur) que era bloqueada por campesinos, que pese a los acuerdos con el gobierno siguen impidiendo el paso de vehículos.
Los cultivadores de esa zona del país, que está completamente incomunicada y ya presenta problemas de desabastecimiento de alimentos y combustible, reaccionaron lanzando palos y piedras contra los uniformados, que por su parte respondieron con gases lacrimógenos y chorros de agua.
El camino que comunica a Florencia, capital de Caquetá, con el aeropuerto Gustavo Artunduaga se convirtió por minutos en un campo de batalla, donde, según líderes campesinos, resultaron afectados niños, mujeres y ancianos.
Entretanto, seis militares y un policía que habían sido retenidos por manifestantes a la altura del municipio de Mojarras, en el departamento de Cauca (suroeste), fueron liberados ayer tras la intervención de una comisión humanitaria compuesta por representantes de la ONU y la Defensoría del Pueblo.
Entretanto, en una universidad pública de Neiva, capital del departamento de Huila (centro), donde también sigue impedido el paso de vehículos, se registraron fuertes enfrentamientos entre policías y protestantes que dejaron 13 encapuchados detenidos.
Por otro lado, el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, que forma parte del equipo negociador del gobierno de Colombia en el proceso de paz que el Ejecutivo lleva a cabo desde noviembre pasado en Cuba con la guerrilla de las FARC, admitió ayer que las conversaciones pasan “por un momento crítico”.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo ayer que el tiempo corre en contra de las negociaciones de paz con la guerrilla de las FARC y que es necesario llegar cuanto antes a un acuerdo que ponga fin al conflicto armado en el país.
Por otra parte, el ex diputado colombiano Sigifredo López, quien estuvo secuestrado durante casi siete años por las FARC, ofreció ayer su Fundación Defensa de Inocentes a Luis Alfredo Ramos, dirigente del movimiento uribista Centro Democrático, para ayudarlo en el proceso que se le adelanta por nexos con el paramilitarismo.