Atiende el comedor universitario a diario a mil 500 jóvenes que pagan 15 o 5 pesos por sus alimentos

Todos los días en el comedor universitario en Acapulco se atienden a mil 500 jóvenes de las diversas unidades academias de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), informó el responsable de este espacio, Daniel Ecatzin Vega Vázquez.
Indicó que la comida se les vende en 15 pesos, mientras que los moradores de las casas de estudiantes sólo pagan 5 pesos y el resto lo subsidia la UAG. Mientras que para el público en general es de 20 pesos.
En una visita al lugar se pudo observar un comedor universitario lleno, en donde este día el menú consistió en albóndigas con arroz, frijoles y un platón de frutas, así como agua de jamaica.
Vega Vázquez informó que la anterior administración del comedor universitario nada más daba servicio hasta las 3 de la tarde, pero que actualmente el comedor está abierto más horas para que los estudiantes obtengan sus tres comidas por 15 pesos cada una. Dijo que el comedor universitario está expidiendo credenciales, donde las que tienen una tira roja significa que viene de una casa de estudiantes y el costo de su comida es de 5 pesos.
Informó que se tiene alrededor de 700 jóvenes viviendo en las casas de estudiantes y que se ven beneficiados con este apoyo; que hay otra credencial que tiene una franja azul, destinada a estudiantes que viven con algún familiar o rentan, que pagan 10 pesos. Indicó que el déficit que genera lo barato de la comida lo absorbe la UAG, pues semanalmente les dan 17 mil pesos para comprar los ingredientes de la comida.
Vega Vázquez informó que se logró que la actual administración, que encabeza el rector Javier Saldaña Almazán, aumentara 2 mil pesos, pues antes les daban 15, y además que la Rectoría absorbiera el gasto de los proveedores de carne y pollo, pues eso se llevaba mucho el presupuesto del comedor universitario y “eso permite tener un menú más amplio, no nada más darle a los universitarios salpicón”.
Informó que la actual administración le ha invertido al comedor universitario, donde apoyó con cien sillas y 20 mesas nuevas, así como renovó los utensilios comprando 200 platos, igual número de vasos y cubiertos; también se pintó el lugar. (Karina Contreras).