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Plasma el pintor Hugo Gallardo hitos de la historia afro-mexicana de Florencio Villareal

Alberto Rodríguez Guzmán

Florencio Villareal

Plasma el pintor de Cruz Grande, Hugo Gallardo, las costumbres y tradiciones de este pueblo de la Costa Chica, donde se mezcla lo afro con lo mestizo, en los muros del Ayuntamiento de Florencio Villarreal.
En entrevista con el pintor Hugo Gallardo, sobre los murales que elabora en el interior del recinto municipal, informó que en un primer mural se plasma al pionero de los sones de artesa en la Costa Chica, el señor Eduardo Gallardo, quien tocaba la guitarra y el arpa.
“Cuenta la historia que este señor fue quien dio inicio con los sones de artesa, y posteriormente se escucharon estos sones en Tixtla, pero el son de la artesana nació en Cruz Grande”, enfatizó el pintor.
Resaltó que dentro de la historia de este municipio hay grandes compositores de música como Carlos Manzo Mejía, quien escribió los versos de Cruz Grande de mis amores, letra que ha servido de fuente de inspiración para muchos otros compositores locales.
En la creación de estos murales no podía faltar el bailarín Epigmenio Martínez, a quien se le considera el mejor danzante de este municipio, famoso por el baile de La Iguana.
“Los abuelos de aquella época cuentan que el pueblo de Cruz Grande siempre fue un pueblo de pescadores, y que al regresar de la pesca por la tarde los paisanos volteaban su canoa y empezaban a bailar sobre de ella, de ahí nace el baile de la artesa a lo largo de los años. Don Meño, como era nombrado por los vecinos, en muchas partes de la república se convirtió en un icono de la cultura villarrealence; a la fecha la plaza principal lleva su nombre para recordarlo a más de diez años de su muerte”, refirió el creador.
En los murales se muestran las comunidades ribereñas como el Llano de la Barra, Chautengo, Pico del Monte, entre otras comunidades, donde también se destaca la pesca como actividad económica y sus mujeres, entre otras imágenes que captan la atención de propios y extraños.
En otro de los murales se plasman tres personajes significativos para el municipio de Florencio Villarreal: el párroco Emilio Vázquez Jiménez, compositor de la canción La Sanmarqueña, quien fuera cura de la parroquia de Cruz Grande, y donde cuenta la historia que sostuvo un romance con Eleuteria Genchi, mujer oriunda de ese lugar; el párroco Víctor Fuentes Landa, quien impulsara el juego de fútbol con los jóvenes en el municipio, y también la primer maestra de Cruz Grande, Marciana Ramírez.

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