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Divide la crisis siria al G20; diez países piden que el ataque no quede impune

*Ni siquiera la reunión bilateral entre el estadunidense Barack Obama, principal impulsor de un castigo al régimen de Bashar al Assad por el uso de armas químicas, y el ruso Vladimir Putin, su mayor detractor, sirve para acercar posiciones. Los líderes de los países más industrializados del mundo escenifican su división y no acuerdan el uso de una misión militar. Alemania se abstiene de firmar

DPA

San Petersburgo

La esperanza de una rápida solución al conflicto en Siria se empantanó ayer en la cumbre del G20 en San Petersburgo, donde los principales líderes del mundo volvieron a escenificar su división ante una crisis que amenaza con consecuencias aún imprevisibles.
El grupo de los 20 países más industrializados y emergentes quedó escindido en los mismos dos bloques que se perfilaban al inicio de la cumbre el jueves, frenando así cualquier paso para resolver lo que diversos organismos califican como “la mayor crisis humanitaria” actual.
Ni siquiera la esperada reunión bilateral del estadunidense Barack Obama, principal impulsor de un ataque al régimen sirio de Bashar al Assad, y el ruso Vladimir Putin, su mayor detractor, sirvió para acercar posiciones.
“Nos entendemos mutuamente, nos escuchamos mutuamente, pero no estamos de acuerdo”, comentó el ruso tras la bilateral de 20 minutos. Obama describió la conversación como “abierta y directa”.
La tensión entre ambos quedó patente en la foto de familia, cuando Putin pasó junto a Obama para unirse al resto del grupo. El estadunidense bajó la mirada intentando evitar al anfitrión, que también miró hacia otro lado.
Los líderes del G20 coinciden en que el 21 de agosto se produjo un ataque químico que dejó más de mil muertos en las afueras de Damasco y la mayoría cree que la masacre fue perpetrada por el gobierno de Al Assad. Pero muchos disienten en el modo de reaccionar al ataque y en el papel que debe asumir la ONU.
Francia, Reino Unido, Turquía o Arabia Saudí mantienen su apoyo a una misión militar. La Unión Europea (UE) y emergentes como Brasil, India o Argentina insisten en la vía diplomática y piden esperar un informe de inspectores de la ONU antes de tomar cualquier decisión.
Un grupo de diez países, entre ellos Francia, Italia, Reino Unido y España, firmó un comunicado pidiendo que el ataque no quede impune y apoyando el esfuerzo internacional por impedir el uso de armas químicas, pero no especificó si se plegaría a una misión militar e insistió en pedir el informe de la ONU.
Alemania, que viene trabajando por mantener abierto el canal diplomático y que avisó que no se implicará en ningún caso en una misión, fue el único país europeo miembro del G20 que no firmó la declaración.
La crisis siria no figuraba en la agenda del G20, un grupo de vocación sobre todo económica, pero se impuso en la práctica y centró sobre todo la larga cena que los líderes mantuvieron el jueves y que se extendió más allá de medianoche.
El largo debate, lejos de alimentar el consenso, sólo escenificó lo que el italiano Enrico Letta describió como una “dolorosa división”.
El último día de cumbre se convirtió así en un cruce de acusaciones y advertencias con creciente tensión.
Mientras el premier británico, David Cameron, acusaba a Putin de estar a “años luz” de entender la verdad de lo que ocurre en Siria, un portavoz del Kremlin describía a Reino Unido como “una islita que nadie escucha”, el chino Ji Jinping advertía a Obama contra cualquier acción militar y la argentina Cristina Fernández de Kirchner acusaba a Estados Unidos de “cinismo”.
También llovieron críticas al G20 de organizaciones humanitarias como Oxfam, que se mostró “profundamente decepcionada” con los resultados de la cumbre.
“Es una ocasión perdida”, lamentó el portavoz Jörn Kalinski en San Petersburgo. El activista consideró “absolutamente incomprensible” la “inacción” de los líderes mundiales pese a la crisis humanitaria y de refugiados que provocó la guerra en Siria.
Una cumbre paralela celebrada ayer en San Petersburgo para analizar la situación humanitaria en Siria puso cifras a la crisis.
La guerra civil que desde hace dos años y medio sacude el país dejó ya más de 100.000 muertos, según el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso.
Además, 6,8 millones de sirios necesitan ayuda, entre ellos 3,1 millones de niños. En el país hay unos cinco millones de refugiados. Más de dos millones de personas abandonaron el país huyendo del conflicto.
“Pedimos a nuestros socios del G20 y del resto de la comunidad internacional que ofrezcan apoyo humanitario y apoyen a las organizaciones humanitarias internacionales”, reclamó Barroso.
“La comunidad internacional tiene la responsabilidad de hacer todos los esfuerzos para encontrar una solución política al conflicto”, sostuvo el portugués. “Pero también es nuestro deber responder al inmenso sufrimiento de la población civil siria”.

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