Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Falta de cruces peatonales y señalización vial, entre Cuauhtémoc y la Vía Rápida

Transeúntes se quejaron por la falta de cruces peatonales y señalización vial en la avenida Cuauhtémoc y el cruce de la calle Diego Hurtado de Mendoza, ubicado abajo del puente de la Vía Rápida.
De acuerdo con testimonios recabados, antes de las obras del Acabús había más señalizaciones para los peatones.
Ante la falta de señalización para los peatones que vienen de la avenida Cuauhtémoc y se dirigen la calle Diego Hurtado de Mendoza, abajo del puente de la Vía Rápida los transeúntes tienen que evitar a los automovilistas mientras que los conductores frenan inesperadamente y se derrapan en la artería.
La única isleta que hay se ubica a 10 metros del lugar que funciona como desviación para la calle José Valdez Arévalo. Ahí se observó cómo varios automovilistas han chocado contra ella, pues su perímetro está dañado y muestra residuos de aceite de los daños causado por los autos.
En contraste con la avenida Cuauhtémoc, en la que los automóviles alcanzan una velocidad de 80 kilómetros por hora, todo cambia cuando cuando hacen el cruce a la  calle Diego Hurtado de Mendoza.
“Por la falta de señalizaciones viales uno tiene que ir frenando poco a poco para pasar la calle, porque las personas que circulan por el lugar se atraviesan inesperadamente por la carencia de avisos viales”, comentó el conductor Juan.
En un recorrido por el lugar se observó la escasa señalización, lo que ponen en peligro tanto a los automovilistas como a peatones.
Además en el concreto hidráulico de las obras viales del Acabús no están marcados las líneas peatonales bajo el puente, lo que confunde a los transeúntes y se cruzan repentinamente. Asimismo se constataron las marcas de llantas que quedaron plasmadas luego de que los automovilistas frenaron intempestivamente.
“Todos los días hay un enfrenón de autos en esa desviación, la verdad es muy peligroso y más cuando cruzan los camiones del Maxitúnel, ellos cruzan demasiado rápido”, narró un vendedor de agua. (Argenis Salmerón).

468 ad