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Llaman consejeros de la CRAC a la unidad en la presentación de los 19 comunitarios liberados

*Diversas intervenciones sostienen la resolución de la asamblea del 31 de agosto sobre el reconocimiento a la Casa de Justicia de El Paraíso, llaman a apoyarla y a no tener pleitos internos ante la represión del gobierno. Eliseo Villar insiste en que la desconoció porque con sus acciones iba a causar un desarme para todos

Mariana Labastida

San Luis Acatlán

En la presentación de los 19 policías comunitarios liberados, los consejeros y coordinadores de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de San Luis Acatlán llamaron a la unidad y trabajar en solucionar los problemas internos para fortalecer el proyecto que en octubre cumplirá 18 años.
El coordinador de la Casa de Justicia de San Luis Acatlán, Eliseo Villar Castillo insistió en que el respaldo a la Casa de Justicia de El Paraíso fue acuerdo de unos cuantos y no de asamblea, y los asistentes propusieron tratar el tema en asamblea el 22 de septiembre y enfatizaron que lo importante es coordinarse para resistir los embates del gobierno estatal y federal a la CRAC.
Después de que no hubiera quórum para realizar la asamblea regional convocada para ayer en la Casa de Justicia de San Luis Acatlán, se realizó una reunión informativa para presentar a los 19 policías ciudadanos que han sido liberados por la intervención de los coordinadores de la CRAC.
Los policías comunitarios liberados después de salir del reclusorio y el hotel donde estuvieron arraigados fueron trasladados a la Casa de Justicia de San Luis Acatlán. Según dijo Eliseo Villar, pidió a las autoridades de El Paraíso que estuvieran presentes para entregados, pero solamente enviaron a una persona.
El enviado, Ernesto Abarca Rodríguez quien dijo ser colaborador de la Casa de Justicia de El Paraíso, leyó una carta elaborada en reunión por comisarios y delegados de comunidades de Ayutla el 1º de septiembre, en la cual se indica que decidieron “pedir una disculpa a los coordinadores y consejeros y al mismo tiempo solicitar apoyo para resolver el caso de la Casa de Justicia de El Paraíso”, también acordaron asistir a la asamblea que se realizó en dicha casa y que enviarían una comisión a San Luis Acatlán y finalmente que sólo participarían en los mítines acordados en asamblea.
Los reunidos en la Casa de Justicia de San Luis Acatlán después de discutir diferentes propuestas conformaron una comisión que llevaría a los policías comunitarios a El Paraíso, donde se entregarían de manera formal.
Asistieron 19 autoridades de comunidades de San Luis Acatlán y cinco de Zitlaltepec, no acudió nadie de Espino Blanco.
El primero en solicitar el micrófono fue el consejero, Sabás Aburto Espinobarros, quien fue el presidente de la mesa de debates de la asamblea del pasado 31 de agosto y quien firmó junto con el secretario de dicha mesa el respaldo a la Casa de Justicia de El Paraíso como acuerdo de asamblea.
Convocó a que se revise el acta de la asamblea pasada en la próxima reunión, para ver si se cumplió y aclaró que como presidente de la mesa de debates, “nos vimos obligados a emitir un pronunciamiento que se había aprobado por la asamblea general de los compañeros, por las contradicciones que había y la situación externa del golpeteo del gobierno federal y del estado contra nuestra organización, por eso lo hicimos”, indicó.
En una intervención posterior, informó que estaba recibiendo amenazas de un “coronel” vía mensaje de texto a su teléfono, problema que dijo buscará resolver e informara del mismo posteriormente.
Después intervino el consejero Juan González Rojas quien cuestionó que no se haya actuado en  la fuga del abogado Fidel  quien abandonó la casa de Justicia de San Luis Acatlán cuando la asamblea había determinado que tendría que cumplir un periodo de reeducación de dos años por la agresión a una joven, aun cuando  hizo un acuerdo con los familiares. También convocó a los consejeros a no dejar solos a los coordinadores con los problemas que tiene la CRAC, sino apoyarlos y discutir entre todos las soluciones a los mismos.
Armando Zavala Felipe, consejero, también pidió no dejar a los coordinadores solos, que se aplique el reglamento vigente y llamó aplicarlo para resolver los problemas que tiene dicha organización indígena.
Al intervenir, el coordinador Eliseo Villar insistió en que la información difundida en los medios de comunicación “no son los acuerdos de la asamblea, que se tomaron son acuerdos de algunos” lo que consideró no válido.  El coordinador puntualizó que “razones hay por las cuales nos opusimos,  y la desconocimos, porque iba a haber un desarme para todos”.
Enfatizó que se tiene “suficientes” pruebas de las anomalías, violaciones al reglamento interno y acuerdos tomados por los líderes de la Casa de Justicia de El Paraíso que rebasaron a los coordinadores,  y cuestionó que ellos no son los que están pasando las consecuencias, sino “gente inocente”.
El consejero pidió que se esclarezca la situación con la Casa de Justicia de El Paraíso porque el problema cada día de va haciendo más grande,  “no sabemos para que estamos, si solamente para grillar o para velar verdaderamente por nuestro proyecto, ser consejero es actuar con el cerebro frío”, enfatizó. Convocó a unirse por el bien del proyecto de la CRAC, luego de que han tenido que enfrentar primero la UPOEG de Bruno Plácido con los grupos de autodefensa, después la separación de Cirino Plácido que dividió a la Coordinadora y “ahora viene otro grupo a dividir encabezado por el compañero Pablo Guzmán y Valentín Hernández”.
Uno de los fundadores de la CRAC, Francisco Santos Martínez puntualizó que el asunto importante es el ataque del gobierno contra la CRAC y se debe de ver cómo salvar las cosas “y no pelearnos entre nosotros”.
En respuesta a lo dicho por Eliseo Villar, el consejero Crispín de la Cruz cuestionó si los de San Luis Acatlán no han cometido delitos, que lo hicieron cuando detuvieron a un juez y un Ministerio Público para exigir la liberación de Máximo Santiago Tranquilino; que el  8 de mayo nuevamente se movilizaron deteniendo y desarmando a policías ministeriales y preventivos para exigir la liberación de los coordinadores y policías comunitarios detenidos en Acapulco.
“¿A poco eso no es delito?” cuestionó De la Cruz, y agregó que han actuado para presionar porque son pueblos unidos y organizados, “que estamos aquí para defender a una institución que es un sistema de seguridad y justicia comunitario, pensemos con claridad y paciencia, reorientemos nuestro trabajo, no podemos permitir que nos sigan fincando delitos”, dijo y se pronunció a favor de la Casa de Justicia de El Paraíso.
El comisario de Cuanacaxtitlán, Nicolás de la Cruz Manzano, después de enfatizar que en esa comunidad fue donde nació la Policía Comunitaria, dijo que se debe de “apoyar a los compañeros de El Paraíso, porque mañana podemos ser nosotros”, recordó que hay una amenaza del secretario de gobierno, Jesús Martínez Garnelo,  y pidió que no se siga haciendo más grande el conflicto al interior de la CRAC con una guerra de declaraciones.
“Vienen otras acciones bien fuertes que va a emprender el gobierno federal, ha habido errores también pero los errores se tienen que enmendar de otra manera compañeros, no atacarnos públicamente”, dijo y agregó que se debe de defender el proyecto, porque de “entrada nuestro estado no es de derecho sino de injusticia, cuando quieren atacar a una gente indefensa o humilde el gobierno lo va hacer, defendamos a todos los compañeros de El Paraíso”.
En su segunda intervención Eliseo Villar recordó que las acciones que han emprendido son por acuerdos de asamblea, “no de algunos cuantos y accionar de esa manera que se ha hecho algunas veces”, enfatizó que a los pueblos se les ha dado el respeto y confianza que se merecen.
Dijo que no puede quedarse callado cuando se le está atacando y grillando, que por guardar silencio hubo confusión de los grupos de autodefensa con la CRAC, “quieren que lo mismo pase y quedemos callados, no estamos para eso, tenemos la capacidad para defender nuestro proyecto pero con la frente en alto”.
Villar Castillo dijo que están conciente de que el gobierno estatal y federal quieren explotarlos como organización y que si es acuerdo de asamblea regional emprender una lucha, “adelante, no hay miedo, tenemos la lealtad, valor civil de hacerlo pero si es decisión de todos y no de unos cuantos que exponen al último a la gente inocente que nada debe”.
El coordinador consultó si la mesa negociadora para exigir la liberación de los 13 policías comunitarios aun detenidos se sigue por la vía pacifica o se emprende un movimiento, en respuesta le dijeron que será en la próxima asamblea regional cuando se decida.

Policías liberados

Al finalizar la asamblea, una vez que les dijeron que serían llevados a la Casa de Justicia de El Paraíso, los policías comunitarios liberados relataron que cuando se encontraron rodeados por las patrullas y vehículos del Ejército, Policía Federal, Ministerial y Estatal lo que menos pensaron fue en correr, “no sentía miedo porque decía yo, no estamos haciendo nada malo, yo iba a declarar lo que sé y la gente del pueblo nos puso”, dijo Gregorio Pacheco Castro detenido el 21 de agosto.
Tampoco los de Quiahuitepec tuvieron miedo cuando los rodearon en la comisaría donde resguardaban a una joven detenida, la cual saben fue la que informó de su ubicación cuando la llevaron al médico a Ayutla, imaginaron que iban por ellos porque dos días antes habían detenido a sus compañeros en El Paraíso.
A todos los policías les quitaron sus uniformes, tanto a los que fueron detenidos por el Ejército cuando corrieron luego de que empezaran a desarmarlos en la marcha en Cruz Grande  y los acusaran además de portación de armas, de obstrucción de vías de comunicación,  como a los que estuvieron arraigados en un hotel en Acapulco.
“Nos quitaron todo, uniformes, arma, dinero, celular”, dijo Aurelio Jiménez, aunque todos traían consigo bolsas de plástico y es que durante su estancia en Acapulco les dieron para que se cambiaran dos playeras, un pantalón y un short, además de cepillo de dientes y pasta dental.
“Estábamos bien no nos maltrataron eso si no podíamos asomarnos ni tantito sólo abrir cuando ellos nos tocaban aunque nunca tuvieron las puertas con seguro”, recordó otro de los liberados.
Sixto Soto Nava, fue de los detenidos en Cruz Grande, recuerda que estuvieron detenidos en otro lugar dos días antes de que los llevaran al reclusorio, a él y sus otros nueve compañeros, de los cuales continúan detenidos tres, y dijo que una familia les regaló ropa, que es la que llevaban.

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