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Sin avisar a sus trabajadores y de un día para otro cierra el restaurante Amigo Miguel de la Costera

*El negocio habían trabajado con normalidad el domingo, pero ayer al presentarse los empleados se llevaron la sorpresa de que había bajado sus cortinas, denuncia el líder sindical Benjamín Contreras Salgado

Salvador Serna

Sin mediar aviso ni explicación a trabajadores, clientes y proveedores, el restaurante Amigo Miguel, ubicado en la playa Carabalí, cerró ayer sus puertas causando un gran desconcierto entre los más de 25 empleados que se presentaron a laborar a las 10 de la mañana.
La sorpresa fue tremenda al darse cuenta que su centro de trabajo estaba cerrado: “Esto es un verdadero agandalle, un robo en despoblado contra la clase trabajadora porque han cerrado nuestra fuente de ingresos. No sabemos qué está pasando, no entendemos porque la empresa no tiene deudas, es una empresa sana y eficiente. No se vale que la patrona no tomó en cuenta a los delegados ni al comité sindical ni a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje”, se quejó el secretario general de la Sección 12 de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Benjamín Contreras Salgado.
Ante el inesperado cierre y el silencio de la parte patronal, los trabajadores sindicalizados y de confianza decidieron montar guardias permanentes las 24 horas para resguardar los bienes muebles y en espera de que la patrona Adriana Martínez aparezca y dé sus argumentos.
Contreras Salgado, quien labora en esa sucursal como mesero, aclaró que “esto no es una huelga ni tampoco es un cierre por la inseguridad ni por mala relación obrero patronal con la señora Adriana Martínez, tampoco hay emplazamiento a huelga y hasta el domingo trabajamos normalmente y sin contratiempos. Simplemente ella cerró sin decirnos nada, eso es lo que nos desconcierta”.
Como se publicó en mayo del año pasado, el comité directivo de la Sección 12 de la CTM emplazó a huelga al restaurante Amigo Miguel para obligar al representante legal a autorizar un “excesivo” aumento de sueldo para los trabajadores sindicalizados.
Ante tal medida, en aquella ocasión la mitad de los trabajadores no estuvieron de acuerdo en aprobar el estallamiento de la huelga, argumentando que el cierre temporal del restaurante mermaría sus ingresos diarios como propinas y comisiones.
Como parte de la negociación, la parte patronal exigía un cambio de delegado y de comité sindical porque estaban “mal influenciando al resto de los trabajadores”.
De hecho, se manejó la versión de que liquidarían al cien por ciento a aquellos trabajadores –que según los patrones–, que ya no estuvieran a gusto en la empresa, por lo que tendrían plena libertad para marcharse a otra con el apoyo del sindicato de la CTM.
Tras un mes y medio de negociaciones, en aquel entonces por fin ambas partes acordaron no estallar la huelga y seguir trabajando con la promesa de entablar una comunicación de respeto, lealtad y transparencia.
Hoy el conflicto ha regresado a consecuencia de esta medida “unilateral” del patrón, dicen los trabajadores afectados.
“El pasado es pasado, lo del emplazamiento a huelga ya quedó atrás. No tiene nada que ver con esta decisión arbitraria y unilateral porque se violentan los derechos de los obreros del turismo. No me queda más que pedir la intervención del secretario estatal del Trabajo, Alberto López Rosas, porque tenemos que convencer a los patrones de que más de 40 familias están en riesgo de perder sus ingresos”, finalizó el líder sindical.

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