Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Eduardo Pérez Haro

Táctica y estrategia

Para José Antonio Mendoza Zazueta.

Después de que en agosto pasado se entregara a la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados la iniciativa de ley para la reforma energética, de que la Secretaría de Hacienda anunciara el ajuste en la expectativa de crecimiento económico de 3.1% a 1.8%, y de que Cuauhtémoc Cárdenas se pronunciara en contra de la reforma energética propuesta por el Ejecutivo, el domingo 1° de septiembre el secretario de Gobernación entregó el primer informe de gobierno, a la vez que se aprueba la Ley General de Servicio Profesional Docente que se desprende de la reforma educativa y al otro día Enrique Peña Nieto pronunció un discurso alusivo al primer informe de gobierno en el que, al decir del mismísimo Carlos Loret De Mola, destacó la “minimización de los problemas” “con una visión cargada de optimismo”  en un “formato exageradamente rígido y viejo” dentro de un “cuadro tedioso”.  Un día después el Presidente emprendió su viaje a San Petesburgo, Rusia, a la reunión del G20, y una vez cubierto el compromiso decidió anticipar su regreso para preparar la presentación de la reforma hacendaria.
Sin duda una cargada agenda de trabajo que se desahoga en medio de la contrastante orquestación de movilizaciones de los maestros de la CNTE y pronunciamientos y juegos de opinión en los medios de comunicación condenando la perturbación del flujo de personas y vehículos, en síntesis un clima agitado que pareciera revelar la inquietud por el decaimiento de la economía y la inconformidad de los maestros en contra de la reforma educativa. Confrontación de fuerzas en la búsqueda por hacer transitar las “reformas estructurales“ o por detenerlas. ¿Acaso es una lucha entre liberales y conservadores? Pareciera que así han querido colocar el momento los opinadores preferidos de gran parte de los medios de comunicación, un intento por crear el garlito en el que la opinión pública pueda ruborizarse al oponerse y que mejor que se inconforme ante los inconformes. Una treta burda pero no tonta ni inocua tiene su efecto y muy nocivo, es lo que muchos denuncian en las redes sociales y algunos medios como “manipulación de la opinión pública” y lo es. No ha faltado una persona cercana a uno, incluso alguno de los alumnos, que se colocan en tal disyuntiva y no sin desconcierto, pues estar a favor del gobierno no es siempre simpático pero estar en contra podría suponer complacencia por los actos de bloqueo y vandalismo de la CNTE, pero seamos ciertos ese es la trampa del juego fácil al que se dedican los medios tradicionales impresos y de telecomunicación. Se usan fotos y personajes y hasta payasos para montar esa propaganda, pero cualquiera que se respete a sí mismo puede informarse con mayor detenimiento y reconocer una discusión de fondo y explicarse que incluso los términos del diferendo en el ágora virtual o en la calle resultan leves manifestaciones de un diferendo sobre asuntos de la mayor importancia.
La disyuntiva entre estar a favor o en contra de las “reformas estructurales” es falsa, por supuesto que estamos a favor de las reformas estructurales pero estamos en contra de las que se han propuesto por el gobierno de Enrique Peña Nieto. No es conservador el que se opone a reformas que distan de las que se requieren en un proyecto de cambio modernizador que incluya a la población nacional con empleo digno en una perspectiva de crecimiento del ingreso nacional y de las familias de los diferentes estratos sociales, empero ese no es el signo claro de lo que ha colocado el régimen de gobierno en curso. Se han propuesto reformas que en lo laboral se dirigen a abaratar las obligaciones patronales y se promovieron con el engaño de que servirían para generar empleo, la reforma en telecomunicaciones se ofreció no sólo como rompimiento del duopolio sino como cumplimiento con la demanda de democratizar los medios de comunicación que el movimiento estudiantil  “# yo soy 132” encabezó durante su cuestionamiento de la campaña del hoy Presidente pero todos sabemos que no tiene esos alcances sino el de abrir el juego a los mismos y a otros jugadores internacionales y hasta ahí, no más no hay acceso social a las nuevas tecnologías ni acceso a la información ni mucho menos acceso a la opinión libre y abierta, la reforma educativa a pesar de ser presentada con la espectacularidad del encarcelamiento de la otrora aliada Elba Esther Gordillo no deja de estar lejos muy lejos aún de la revolución en la educación sólo por hablar de calidad y cobertura, lo que ha procedido es cambiar el liderazgo de control en el SENTE como simple proceso de renovación y hacer de la evaluación un prurito para facilitar la depuración de las filas del gremio que salió de control y se ha convertido en un fastidio y la reforma energética un mal negocio de la renta petrolera con el pobre argumento de asociarnos para conseguir el dinero que no se tiene para la explotación de los hidrocarburos de difícil explotación sin importar lo poco que luce tan pobre imaginación y argumento.
Bajo esos términos, las reformas estructurales denotan que no provienen de una conciencia clara de la inminente necesidad perfilar un proyecto modernizador del aparato productivo que se asuma en la tarea de innovar para arrojar una nueva generación de productos con los cuales ser reconocidos en el mercado interior y exterior con un nuevo valor de intercambio y condición competitiva, condición sine qua non para suponer elevar el ingreso que suele llamarse crecimiento del PIB o simplemente crecimiento económico, y que en la práctica representa nuevas áreas de oportunidad que los economistas reconocemos como ampliación del mercado o reproducción ampliada del capital y que dista del engolosinamiento de los enquistados grupos y personajes del poder económico que sí en cambio promueven reformas a modo para acrecentar verticalmente fortunas sin reparar en las consecuencias de atraso, desequilibrio y desigualdad nacionales. Una circunstancia que se da en el plano internacional, con sus particularidades y personajes pero que se reproduce con sus particularidades en el plano nacional. El Presidente Peña Nieto viene regresando de la reunión del Grupo de los 20 países más importantes de la economía mundial, “el Foro de países ricos y emergentes que logró contener el desplome de la actividad económica, y ha impulsado todo tipo de medidas para devolver la estabilidad a la banca y los mercados. Pero apenas ha aportado nada a la lucha contra el desempleo y la desigualdad social”, según escribió Alejandro Bolaños en la sección de Economía del periódico español El País del sábado pasado.
Los países ricos que escenificaron la salida a la crisis petrolera y la recesión industrial de los años 70 y que se reembobinaron en los circuitos financieros y se revivificaron en el auge de la globalización pero que ahora son los mismos en los que estalló la crisis y tienen que apalancarse con los países emergentes pero que ahora también frenan se evolución tirándoles de los pies impidiéndoles descollar. En la reunión del G20, ningún acuerdo o medida para el crecimiento o superación de las desigualdades (que deberían de entenderse como sinónimos pero que en la ecuación económica no lo son y hay que insistir en ello para romper el mito del crecimiento económico per sé) eso sí se insiste en las “reformas estructurales” y se acentúa el control fiscal internacional para evitar fugas y descapitalización de los Estados nacionales para asistir al pago de sus deudas. De ahí que no es dable trasladar recomendaciones de eficiencia que no trabajan para la creación de estrategias de crecimiento con inclusión del trabajo capacitado de las poblaciones con respecto los nuevos referentes tecnológicos, y arroparles de una promoción discursiva o de mercadotecnia para hacerles pasar como vehículos de progreso para todos cuando se les circunscribe al apuntalamiento de  poderes e intereses creados de dentro y de fuera y que ahora suele aludírseles como poderes fácticos. El proyecto modernizador no puede llevarse a cabo con las recetas de los países que ya fundieron esos paradigmas económicos. México debe evitar la aplicación de viejas recetas para sus nuevos desafíos. El mundo lo debe evitar y México como actor inmerso en el juego internacional debe debatir con una estrategia ejemplar. Si no tiene los tamaños para impostarse en los foros internacionales como el G20 si tiene la capacidad de erigirse desde el poder del Estado en una convergencia de intereses con los diferentes sectores, trabajadores del campo y la ciudad, empresarios y profesionales, hombres y mujeres de México, jóvenes y adultos, en un reordenamiento político e impulsar las reformas estructurales que incluyan la tarea científica y cultural, haciendo de la innovación tecno-productiva un pilar de una estrategia para el desarrollo de la infraestructura de producción y comercio para desencadenar cadenas producción-consumo de nuevos productos con un perfil definido y como proyecto de mediano plazo, superando las desigualdades regionales, productiva y sociales en el territorio nacional.
La reforma fiscal tiene los ingredientes de una definición progresiva pero no puede ser el negrito del arroz, el proyecto de cambio y modernización de inclusión laboral y crecimiento del ingreso no puede soportarse con un crecimiento del 1.5% o 3% del ingreso fiscal, máxime cuando no va acompañado de una reforma socio-institucional que adecue el aparato, los instrumentos y las políticas públicas a un entramado superior de cambios estructurales por así llamar a los cambios y definiciones en la estructura productiva y la super-estructra institucional de los sectores público y privado. No acoplan reformas regresivas con reformas progresivas. La Fiscal no puede ser táctica política para hacer pasar reformas regresivas. Puede serlo pero también puede ser principio de un reordenamiento de medidas que alcancen la talla de una estrategia verdaderamente transformadora, es una oportunidad y podríase, depende de muchos factores por ejemplo la manera en que se trate y se defina la reforma energética puede ser una señal definitoria aunque no definitiva.

[email protected]

468 ad