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En el primer comedor de la Cruzada contra el Hambre, cocineras piden apoyo por su labor

*En La Soledad, municipio de Tlapa, las voluntarias dicen que han tenido  que llevar de su casa condimentos y cooperar para el gas, y que todos los alimentos que preparan que lleva la Sedesol son enlatados o empaquetados

Carmen González Benicio

Tlapa

Las voluntarias que operan el comedor comunitario en  La Soledad de este municipio pidieron un apoyo a las autoridades porque “es mucho trabajo el que se hace y sólo nos ganamos la comida, nos cooperamos para comprar el gas y traemos la cebolla, el ajo y otras cosas de nuestra casa porque no hay recursos”, contaron.
Durante una visita al poblado nahua que se encuentra a unos 30 minutos de la cabecera municipal, las integrantes del comité se disponían a recoger las sillas y los platos después de terminar la comida programada para el día, que no debe rebasar los 150 platillos y de los cuales han dado entre 120 y 130 diarios en promedio desde hace un mes.
Las mujeres contaron su experiencia y mencionaron que se integró un grupo de 16 personas para atenderlo y para una mejor  coordinación se dividieron en dos grupos de ocho personas “aunque nosotras somos seis ya se salieron dos por asuntos familiares y porque no hay ningún apoyo”,  dijo una.
Las integrantes se mostraron resignadas, por el momento, a no recibir ningún apoyo del gobierno municipal, estatal o federal por su trabajo que inician a las 5 de la mañana, para preparar el almuerzo que debe estar listo a las 7 y la comida, a las 2  y  terminan  como a las 5 de la tarde con sus actividades “aunque estaría bien un apoyo, es mucho esfuerzo y por eso algunas ya se salieron, como no ganan se van, aunque apenas estamos empezando, esperemos más adelante”, remarcaron.
Dijeron que Sedesol federal les dota los insumos para preparar los alimentos basados en una lista y que todos son enlatados o empaquetados como sardinas, atún, carne seca de res, soya, arroz “si vamos a usar jitomate para eso está el puré en empaque, si falta alguna cosa para sazonar, pues la traemos de la casa porque no hay recursos para comprar”.
“Por ejemplo se acabó el gas y tuvimos que cooperar para comprar otro mientras nos dicen de Sedesol cómo lo vamos a resolver, porque no tenemos ninguna relación con el Ayuntamiento y aunque en asamblea se comentó que los beneficiaros iban a cooperar no sabemos cómo quedó eso”, dijeron.
Mencionaron que los beneficiaros pagan 2 pesos, sólo por la tortilla que consumen porque ellas llevan la Maseca a una tortillería de la Providencia donde se las hacen y les cobran 5 pesos por kilo.
Dijeron que fueron electas en una asamblea del pueblo, donde también se designó a los ancianos, mujeres embarazadas, niños  y población que necesita el alimento “tienen que venir aquí, no se saca comida, es la regla y su excepción es para quien no puede caminar”, dijeron.
La secretaria de Desarrollo Social federal, Rosario Robles Berlanga, arrancó aquí el programa de los comedores comunitarios enmarcados en la Cruzada Nacional contra el Hambre del gobierno federal y en la comunidad empezaron el pasado 10 de agosto con sus funciones.

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