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Proponen cineastas visiones sarcásticas y de humor negro del posible fin del mundo

Omar Cabrera / Agencia Reforma

Ciudad de México

El mundo se acaba, es 2012 y el tan anunciado apocalipsis por fin ha llegado…
Decenas de políticos mexicanos intentan salvarse, por lo que abordan un cohete. Llevan sus arcas llenas del dinero que han robado a la nación. Lo malo es que no podrán salvarse porque alguien construyó la nave con materiales de menos calidad por ahorrarse un dinero.
Esa sería una de las películas que cineastas mexicanos filmarían este nuevo año, en caso de que sea el último de la existencia de la humanidad, como han hecho creer a mucha gente diversas teorías.
Que si un meteorito, que si los mayas, que si la invasión extraterrestre, el hecho es que para los científicos nada de eso ocurrirá, pero, por si las dudas, realizadores comparten con Reforma, algunos en tono de broma y otros, totalmente en serio, cuál sería la última película que dirigirían antes del mentado apocalipsis, partiendo de la realidad del México actual.
“En cualquier caso, haría una película donde una ola gigante de políticos se quedan con todo y se quiere subir a un cohete, pero el cohete en el que se quieren ir tampoco se salva porque alguien le puso la gasolina barata o uso varillas delgaditas que no soportan el peso”, compartió Alejandro Lubezki, escritor de Un hilito de sangre y director de Nadie regresa por tercera vez.
Una visión parecida tuvo el director Álvaro Curiel, quien acaba de estrenar su comedia crítica Acorazado.
“Empezaría con los priístas en un círculo, como en la película de Stanley Kubrick, Dr. Strangelove, preguntándose: ‘¿Qué vamos a hacer si se acaba el mundo?’. Sería maravilloso ver a Enrique Peña Nieto preguntarle a los demás: ‘¿Cómo nos lo repartimos?’”, mencionó.
En el caso de Jesús Magaña, director de Eros una vez María y productor de Abolición de la propiedad, su objetivo sería más bien dar un mensaje a la infancia sobre lo que pudo haber sido México si no hubieran ocurrido algunos errores históricos.
“Haría dos películas, una con el efecto visual donde todo sucediera en reversa, para hacer revisión de muchas cosas que hemos hecho, como el deterioro industrial que ha golpeado al planeta. La otra, sería una película para niños, porque acabo de ser papá, donde les muestre un mundo ideal, un México sin violencia, cómo sería el país si no hubiéramos perdido la mitad del territorio, si se hubieran preservado aspectos culturales que perdimos en los proceso históricos”, narró Magaña.

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