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Maltratan trabajadores a viajeros varados en las terminales de autobuses de Chilpancingo

*Les venden los boletos a pesar de que saben que no hay paso en la carretera, no los dejan recostarse en el suelo ni les permiten descansar en los autobuses

Paseantes que se quedaron atrapados en Chilpancingo por las afectaciones a las carreteras a consecuencia de la tormenta Manuel, denunciaron abusos y malos tratos de los gerentes y operadores de las empresas de transporte en las terminales de autobuses.
Unas 200 personas, entre paseantes, estudiantes y trabajadores que pasaban por Chilpancingo fueron detenidos en la ciudad porque quedaron bloqueadas las carreteras a la Ciudad de México, Acapulco, Chilapa e Iguala por los derrumbes, deslaves y cortes de las carreteras que provocaron las corrientes de agua.
Los usuarios de las líneas de autobuses se quejaron del maltrato y falta de información de los gerentes.
Hasta las tres de la tarde del domingo se seguían vendiendo boletos de autobús a los usuarios a pesar de que ya se conocían las afectaciones, por lo que los viajeros tenían que quedarse en la terminal a esperar a que hubiera salidas.
Los usuarios estaban muy molestos por la falta de respuesta de las empresas que no los atendían.
La molestia es porque las empresas no les ofrecieron soluciones, para salir de Chilpancingo “estamos dispuestos a caminar a donde no puedan pasar los autobuses, sólo que nos garanticen que nos van a esperar del otro lado, pero no nos solucionan, nos tienen aquí sin ningún servicio”, reprochó María de los Ángeles Virafuentes, de Queretaro.
Para las tres de la tarde Marcela Rivera Pérez de 92 años originaria de la Ciudad de México, quien se dirigía a Acapulco a vacacionar con uno de sus hijos, tenía 24 horas en la terminal de autobuses Estrella Blanca, donde no le permitieron acostarse en el piso “porque da mal aspecto”.
A Renato Nava Luna de 48 años lo levantaron del piso por el mismo motivo, el usuario originario de Acapulco está enfermo de cirrosis, regresaba de la Ciudad de México visiblemente agotado por el vuelo desde Austin, Texas en donde le tratan su padecimiento.
También hubo quienes tuvieron que comprar sus boletos de regreso a sus lugares de origen sin que las empresas cumplieran con llevarlos a sus destinos, como fue el caso de Mahema Bello Cienfuegos de Irapuato Guanajuato que se dirigía a Acapulco pero no pudo llegar y se vio obligada a pagar nuevamente 826 pesos para regresar.
Algunos usuarios no podían hospedarse en hoteles porque la instrucción de los trabajadores era que estuvieran al pendiente porque saldrían autobuses en cuanto las autoridades autorizaran el tránsito por las carreteras, por lo que no se podían mover del lugar por la falta de servicio telefónico que también fue suspendido debido a las lluvias.
Los usuarios con sus boletos en manos solicitaron utilizar los autobuses para descansar, por lo menos para que los adultos mayores pudieran dormir, lo que fue negado y tampoco se les proporcionaron cobijas para cubrirse del frío, mucho menos alimentos.
Incluso a las 12 del día del lunes les cobraban 4 pesos para poder pasar a los sanitarios, cobro que se suspendió debido a que los pasajeros se organizaron y se manifestaron hasta que se les permitió el paso libre, pero aún les seguían cobrando 5, 7 y hasta 10 pesos por hora para guardar los equipajes cuando tenían que moverse de la terminal a buscar alimentos.
Había por lo menos 100 personas que no tenían dinero para comprar comida y esperaban a ciudadanos solidarios que el sábado, domingo y lunes llevaron dos comidas al día, y por las noches pan y café.
Como la familia Ramírez Mendoza y Bailón del barrio de San Mateo y la fundación católica Padre Humberto Osorio que se dedica a atender a enfermos terminales y niños de la calle.
Integrantes de la fundación se quejaron de que elementos del Ejército no los dejaron pasar a la comunidad de Petaquillas a entregar víveres y comida a las personas que están incomunicadas, pero tampoco les recibieron la ayuda “y nos pidieron que mejor nos retiráramos”.
Los usuarios se amotinaron en las taquillas de la terminal de autobuses para exigir que se les permitiera subir a los autobuses a descansar, se les reembolsara el costo de sus boletos debido a que no les garantizaron llegar a su destino y que ofrecieran soluciones como llevarlos lo más cercano posible a sus destinos sin importar que tuvieran que caminar en zonas accidentadas, pero la respuesta fue negativa en todas sus solicitudes. (Rosalba Ramírez García/Chilpancingo).

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