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Llegan 617 afectados, entre ciudadanos y visitantes, al albergue del Centro de Convenciones

Salvador Serna

El albergue habilitado en el Centro de Convenciones recibió ayer a cientos de damnificados de las colonias cercanas y de turistas nacionales, quienes llegaban para protegerse de los lluvias causadas por los remanentes de la tormenta tropical Manuel, ahora ya degradada a depresión.
Hasta las 6 de la tarde de ayer, soldados, trabajadores de Protección Civil estatal y del DIF Guerrero, así como voluntarios habían atendido a 617 personas, en su mayoría mujeres, niños y adultos mayores, quienes buscaban refugio en el salón Teotihuacan.
Dicho recinto tiene capacidad para albergar a más de cuatro mil personas.
Por la mañana, algunas personas llegaron a buscar a familiares y amigos, y al no obtener éxito se retiraban para dirigirse al albergue de la unidad deportiva Jorge Campos de Ciudad Renacimiento.

Turistas buscan alojamiento

Desde la noche del domingo, los soldados habilitaron el salón Teotihuacan para que ciudadanos y turistas que se quedaron varados por el cierre de la Autopista del Sol y la carretera federal Acapulco-México, tuvieran un lugar seguro donde pasar la noche y poder recibir comida hasta que finalice el meteoro.
En un principio hubo carencia de colchonetas, especialmente para los adultos mayores, y cientos de ellos tuvieron que recostarse en el piso por más de cuatro horas debido a que la llegada de cobijas y colchonetas se atrasaba por la falta de transporte.
Minutos después se observó venir por la Costera Vieja una caravana de ayuda humanitaria, provista de cobertores y víveres, fuertemente custodiada por patrullas de las policías municipal, estatal y acreditable.
A las 4 de la tarde llegaron tres autobuses de las empresas Estrella Blanca, Costa Line y Futura, del cual descendieron unos 100 turistas que dijeron venir de la terminal de autobuses Papagayo y también de otros albergues como el de la unidad habitacional Las Gaviotas porque ya estaba lleno.
Cientos de turistas entraron al albergue del Teotihuacan, unos se quedaron por un par de horas y luego se retiraron para ir a buscar una hospedería “barata” –según algunos dijeron–, otros eligieron quedarse y otros más se resistieron a entrar prefiriendo quedarse afuera.
Hubo turistas que al llegar a bordo de sus automóviles y camionetas prefirieron quedarse a dormir dentro de sus unidades, en virtud de que no se sentían cómodos y temían que les robaran sus pertenencias.
Mientras otros visitantes optaron por retirarse para dirigirse al albergue de la unidad deportiva Vicente Suárez, en la colonia Morelos, argumentando que tenían amigos y familiares esperándolos en dicho lugar.
Otros turistas de plano también se regresaron a los hoteles, como por ejemplo, el Grandhotel, donde se habían hospedado previamente, argumentando que iban a exigir una indemnización por el mal clima y también quedarse a dormir en el lobby.
Un grupo de visitantes informó que ayer se habían comunicado vía telefónica a las oficinas de la Procuraduría Federal del Consumidor para solicitarle su intervención para obligar a las hospederías para permitirles pernoctar por una noche más.
Los soldados encargados de la logística del albergue fueron apoyados por trabajadores de Protección Civil estatal y del DIF Guerrero, quienes daban prioridad a mujeres, niños y adultos mayores.
Hasta las 6 de la tarde, trabajadores de Protección Civil, así como ciudadanos voluntarios habían contabilizado la entrada de 617 personas que solicitaban el ingreso al albergue.

Damnificado sufre ataque de epilepsia

Cuando transcurría la hora de la comida, un señor de la tercera edad, residente de la colonia Alta Icacos, sufrió un ataque de epilepsia, por lo que de inmediato médicos del Ejército llegaron a asistirlo y reanimarlo.
Mientras sufría las convulsiones, sus familiares comenzaron a llorar, por lo que trabajadores del DIF llegaron a calmarlos y darles orientación psicológica. Pasado el trance todo volvió a la normalidad.
Al ver el inusual panorama, cientos de turistas optaban por abandonar el salón Teotihuacan y sólo quedaban vecinos de colonias como la Hermenegildo Galeana, Ampliación Llano Largo, Vicente Guerrero, Icacos, Amalia Solorzano y Piedra Roja.
La principal inquietud de los turistas era saber a qué hora iban a reabrirse la Autopista del Sol así y la carretera federal Acapulco-México, a lo que trabajadores municipales les informaban que la instrucción la iban a dar en su oportunidad los directivos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
En cuanto a reclamos, los visitantes señalaron que los gerentes de las hospederías de la zona Dorada se negaban a darles uno o dos días más de estancia gratuita por motivo de no poder salir del puerto, a lo que los trabajadores los invitaban a registrarse y pasar al albergue.
Algunos damnificados llegaron con sus mascotas y a partir de las 4 de la tarde, los soldados informaron que ya no se admitirían animales domésticos, por lo que se tenían que quedar amarrados afuera del salón.
Finalmente, trabajadores de Protección Civil indicaron que se iban a montar guardias las próximas 48 horas para salvaguardar la integridad de todos los damnificados hasta esperar que finalicen los efectos del meteoro.

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