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Un muerto y calles destrozadas y deslave de cerros que incomunican la Jardín

Carlos Moreno A.

En la zona poniente del puerto, rumbo a Pie de la Cuesta, Manuel dejó un hombre muerto, calles destrozadas, deslaves de casas y cerros, además del colapso de postes de energía eléctrica.
Los deslaves obstaculizaron el tránsito vehicular en la carretera Acapulco-Zihuatanejo, que incomunicó a las colonias Jardín, Pie de la Cuesta y Barra Vieja por más de 20 horas, desde el domingo a las 7 de la tarde hasta ayer a las 4 de la tarde.
Miles de personas tuvieron que caminar casi un kilómetro para llegar a la entrada principal de la colonia Jardín, debido a que en tres puntos de la carretera Acapulco-Zihuatanejo hubo deslaves de cerros que bloquearon la vía, además de cientos de vehículos quedaron varados y otros más se regresaron.
Un ejemplo de las afectaciones ocurrió en la calzada Pie de la Cuesta, frente al fraccionamiento Mozimba, donde hubo un deslave de tierra y piedras que ayer hasta las 4 de la tarde no habían sido retirado; de igual manera aun costado del Infonavit que está frente a la calle Cantiles colapsó un poste que cayó en la carretera con tierra y que fue retirado a las 2 de la tarde.
Otro sucedió en la avenida Granjas, del mismo fraccionamiento y a un costado del sanatorio Sagrado Corazón, donde se reportaron aguas estancadas, además de alcantarillas abiertas que obstaculizaron el tránsito vehicular.
Otro sitio afectado fue en el punto conocido como El Derrumbe, donde otro pedazo de  cerro de unos 50 metros se deslavó y cubrió toda una capilla morada que tenían los vecinos del lugar, lo que abarcó dos carriles de la carretera con dirección a Pie de la Cuesta.
En ese mismo lugar, pero a unos 20 metros adelante de Balcones de Mar, los choferes de los camiones urbanos comenzaron a bajar a los pasajeros debido a que la vía estaba incomunicada en tres puntos por los deslaves y piedras que cayeron del cerro.
En la zona sobrevolaron dos helicópteros de la Policía Federal.
Aunque en las calles hubo encharcamientos, el servicio de transporte público fue escaso e incluso hubo choferes de taxis azul con blanco que cobraban 10 pesos al Centro para personas que venían de la colonia Jardín.
La calzada Pie de la Cuesta, al quedar bloqueada e incomunicada, los ciudadanos caminaron unos 300 metros hacia adelante del punto referido y asombrados observaron cómo otro poste colapsó y cayó sobre la carretera, junto a una gran piedra de unas 10 toneladas y 2 metros de altura, la cual encima tenía montones de tierra y árboles que bloquearon por completo la vía.
Unos 300 metros más adelante, los colonos se encontraron con otro cerro de unos 50 metros de altura que se deslavó y se cayó encima de una malla ciclónica, junto con gruesos cables de Telmex y de CFE que incomunicaron por completo la vía. En ese mismo cerro una casa quedó sostenida por un pilar de cemento que estaba encima de una piedra de unos cuatro metros de ancho a punto de caerse.
Algunos vecinos se quitaron sus sandalias y huaraches para caminar por encima del bulto de piedras y árboles enlodados que obstruían la vía, mientras que otros cargaban bolsas de mandando, cajas con verduras, bolsas de plástico con víveres, entre ellos agua y comida, que compraron en el Mercado Express de Soriana y que tuvieron que caminar casi un kilómetro para eso.
Los colonos, ya desesperaros con paraguas en mano, la ropa mojada y a pesar de las caídas, cruzaron por encima de las piedras que estaban a punto de caer en un barranco y los pies los hundían en el lodo.
La mayoría de los vecinos se quejaron de que desde el domingo a las 7 de la tarde fue reportado el deslave en esa parte de la vía que se ubicaba a unos 300 metros antes de llegar a la colonia Jardín, y fue hasta ayer cuando acudieron las autoridades.
Para poder cruzar desde donde se ubica Balcones al Mar hasta la entrada de la colonia Jardín, los ciudadanos caminaron unos 700 metros y de ahí abordaban taxis colectivos amarillos que los llevaban a sus viviendas en la parte alta de la colonia o en los poblado cercanos como San Isidro o Pedregoso.
Una camioneta del Ejército llegó al lugar pero estaba parada con dirección al Centro, mientras unos 15 efectivos trasladaban en los hombros víveres y despensas de una camioneta a otra.
Al lugar también llegó una patrulla de la Policía Vial con tres agentes que informaron a las personas que transitaban a pie que, por el bloqueo de la carretera, tenía que desviarse y subir una empinada calle llamada La Joya de unos 50 metros, para seguir su trayecto a la colonia Jardín y después caminar 500 metros para llegar. Los policías preventivos sólo estuvieron 20 minutos y se retiraron.
Para quitar el escombro, tierra, piedras y árboles, los trabajadores de la Dirección de Maquinaria Pesada del municipio utilizaron dos retroexcavadoras y 10 personas que en su mayoría eran hombres que rebasaban los 60 años, quienes con pala quitaron el lodo de la carretera.
Los trabajadores de Obras Públicas terminaron de liberar el tránsito vehicular después de las 4 de la tarde.
Las calles colindantes al Cbtis 14 y Cetis 41 se inundaron y hubo encharcamientos, lo que dificultó el tránsito de vehículos y de las personas.
En la colonia Jardín en sus diferentes secciones, Mangos, Palmas Tehuacán y parte alta sólo presentaron arrastre de tierra y desechos sólidos.
Otro deslave de cerro fue reportado en la colonia Miramar, en la calle del mismo nombre, entrando por la subestación de luz.
Asimismo, en Pie de la Cuesta se reportaron inundaciones en la calle principal que va rumbo a la Barra de Coyuca, además de poco transporte hacia esa dirección.
Unos seis autobuses de las empresas Estrella Blanca y Estrella de Oro quedaron estacionados a un costado de la vía frente a la tienda Elektra en la colonia Jardín, debido al bloqueo de la vía.
Las intensas lluvias de ayer dificultaron el tránsito vehicular y generaron los montones de tierra en la carretera, así como el arrastre de basura que ocasionó el bloqueo de coladeras.
Una de las colonias más afectadas de la zona poniente fue la Venustiano Carranza, donde unas cinco casas se deslavaron al desprenderse la mitad de la calle que sube hacía la parte alta, por lo que los vecinos tenían que caminar unos 800 metros.
En la calle principal de la colonia se observó el arrastre de piedras y escombró que bajó del cerro.
Unos 200 metros rumbo a la parte alta a los vecinos de la colonia se les dificultó bajar caminando debido a la corriente del agua.
Unos 500 metros hacia la parte alta, la calle de unos cinco metro de ancho quedó destrozada y partida a la mitad por la fuerza de la corriente de agua.
Vecinos, algunos ayudados por sus pequeños hijos, tuvieron que quitar con las manos las grandes piedras que quedaron varadas en lo que quedó de dicha calle.
Unos 300 metros más adelante se sitúan, según los colonos, unas 180 humildes y pequeñas viviendas hechas de madera y lámina galvanizada, donde neumáticos son utilizados como escaleras para subir a las casas.
En la entrada a esta parte de la colonia se observó cómo la corriente del agua arrastró camionetas y vehículos compactos, y junto con ellos casas que se deslavaron con personas adentro. Fueron unas nueve y otras más quedaron a punto de caerse.
Uno de los casos es el de Amelia Alonso Roque, quien contó con lágrimas en los ojos que desde el domingo a las 6 de la tarde se salieron de su casa y se fueron con una vecina.
Expresó la angustia y el miedo que sintió como una barda le cayó encima a su vivienda, “yo me espanté porque arriba de mi casa yo tenía un muro que se me vino para abajo y se metió”.
Relató que el domingo por la tarde los vecinos le gritaron que se saliera de su casa debido a que la barda estaba a punto de caerle encima, pero, dijo ella, no los escuchó e ingresó a su vivienda pero horas más tarde se cayó el muro.
Narró que ayer por la mañana, ella, su hijo de 12 años y su esposo se fueron a la casa de su suegra.
Se quejó que el año pasado sucedió lo mismo en esa colonia pero que las autoridades tampoco acudieron a auxiliarlos.
Pidió la ayuda del gobierno del estado y el municipal: “hace un año se me fue mi casa de aquel lado, queremos la ayuda del gobierno, no ha venido aquí. El año pasado también así nos hicieron y nadie vino”.
En otra pequeña casa donde vivían tres personas falleció don Gabriel Medina Rivera, de 62 años, al deslavarse completamente su casa hecha de madera, el domingo por la tarde; sus dos hijos se retiraron de la colonia ese mismo día junto con el cuerpo de su padre. Según vecinos ayer no regresaron a la colonia.
Otro caso es el de la pareja Daniel y Patricia quienes acudieron ayer por la mañana a revisar los daños de su casa y ver si continuaba de pie.
La joven contó que tenían apenas poco más de un año y que compraron “ese pequeño terreno y construimos nuestra casa, sólo vivimos nosotros dos, pero ya le dije (él) que lo material se vuelve a levantar”.
La pequeña vivienda de unos seis metros de ancho por otros seis, también estaba hecha de madera y por las intensas lluvias y el humedecimiento de la tierra quedó inclinada y apunto de caerse.

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