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Casas bajo el agua, animales flotando y familias sin comida, en la Alborada

*En un recorrido se observó que en esa colonia sólo se veían los techos y que la escuela y el panteón quedaron destruidos

Karina Contreras

A causa del paso de la tormenta tropical Manuel, cientos de viviendas del fraccionamiento Alborada quedaron bajo el agua y los habitantes tuvieron que salir huyendo a refugiarse con familiares y a albuergues.
El panorama era desolador pues apenas y se veían los techos de lo que eran las casas de cientos de familias, además de arboles caídos, perros y otros animales muertos, incluso serpientes nadaban el agua estancada.
En un recorrido, primero a pie, con el agua a la cintura, se observaron flotando utensilios, sillones y tanques de gas en el patio.
Para entrar se tuvo que utilizar una lancha que ocho jovenes cargaban para llevar a la gente a ver sus casas o lo que quedó de ellas.
La colonia Alborada prácticamente desaparecio, del panteón del lugar no queda ni rastro, la escuela y el jardín de niños sufrieron la misma suerte que los hogares.
La gente, triste, reprochó la falta de ayuda de las autoridadess.
En el albuergue de la colonia 19 de Noviembre se encuentran 320 familias que salieron huyendo cuando los niveles del agua subieron varios metros.
En el albuergue apenas y tienen de comer y hay gente con fiebre. Clamaron ayuda de la autoridad porque, como dijeron, han quedado en la calle.
Don Felipe de Jesús Cruz hace una año se mudó a la colonia Alborada con su familia y, ahora, la tristeza embarga su rostro pues ha perdido todo.
Su casa, como la de cientos de familias quedó bajo el agua de la tormenta tropical Manuel.
“No tengo nada, mi casa se inundó y no sacamos nada. Mire esta ropa que traigo me la regalaron anoche aquí. Necesitamos la ayuda de nuestras autoridades”, pidió deseperado don Felipe.
Y en esa situación, de acuerdo con el censo de los encargados de ese albergue, hay 320 familias que hasta el medio día de ayer no habían tenido ninguna ayuda.
La encargada del albergue, Cecilia Cabrera Carmona, explicó que a los damnificados se les dio de comer de lo que recaudaron con los vecinos, quienes dieron aceite, huevos y hasta un chivo que se murió. Indicó que a pesar de eso necesitan la ayuda.
Uno de los afectados señaló que ellos salieron de sus viviendas en la madrugada, cuando empezaron a ver que el nivel del agua subía.
Los damnificados pidieron que les envien agua, ropa y medicamentos porque hay peronas con fiebre al haber pasado varias horas en el agua.
La carretera Cayaco-Puerto Marqués quedó intransitable pues el nivel del agua subió varios centímetros, lo que provocó que los carros quedaran varados. Ante la falta de transporte la gente tuvo que caminar con el agua hasta la rodilla en algunas partes.
La zona más afectada es por donde se ubica la empresa Pepsi, y precisamente allí se encuentra la entrada de lo que era el fraccionamiento Alborada.
La calle está totalmente inundada y varias personas tuvieron que caminar hacia una lancha que cargaban ocho jóvenes que usaban como remos pedazos de tablas y palos, y quienes sin cobrar llevan a sus vecinos a ver sus casas.
Ellos apoyaron a pesar de que también traen su pena pues sus casas también quedaron bajo el agua. Los jóvenes accedieron a llevar a los reporteros a ver cómo la tormenta tropical Manuel dejó sus viviendas.
Los niveles del agua son tan altos que los cables de luz se pueden tocar y, precisamente, para evitar algún accidente la CFE cortó el servicio en esa colonia.
Durante el trayecto por lo que antes fueron amplias calles y ahora son canales de agua los jóvenes se convierten en improvisados guías de turistas.
Uno señala un punto y dice: “Ahí, donde no se ve nada, era el panteón”. La primaria Alfonso García y el jardín de niños Tlacaelel también quedaron bajo el agua.
Se pudo observar varios toldos de carro y una camionete de tres toneladas también bajo el agua.
Conforme se avanza nada más se puede pensar que esos cientos de familia que están vivas de milagro. Ahí, ya todos esponjados, se puede ver a cerdos y perros flotando, pero también comenta uno de los improvisados guías que puede haber cocodrilos y culebras y, efectivamente, una culebra como de unos 50 centímetros pasó cerca de la lancha y otra estaba enrollada en una mata de limón.
Durante el recorrido se pudieron observar a perros en las azoteas de algunas casas.
Ahí, en medio de lo que era la colonia, en un cuarto de madera que le prestaron están la pareja de adultos mayores, doña Evelia Cholula García y don Agripino Niño Solano.
Don Agripino dice que siguen en ese cuarto prestado porque su esposa está enferma.
Indicó que su casa se tapó completamente, “no hay nada que salvar”, pues el nivel del agua subió los casi tres metros.
Se quejó de que nadie ha ido, que todo el domingo y la mañana de este lunes no habían comido, pero que gracias a los jóvenes de la lancha su hija les alcanzó alimentos.
Manifestó que está peligroso el lugar porque se pueden encontrar con cocodrilos y culebras, y pidió ayuda a la autoridad pues no puede sacar a su esposa que padece insufisiencia renal.
Comentó que estaba muy triste porque perdió todo su patrimonio.
Mientras que doña Evelia Cholula manifestó que estaba triste porque perdió su casa, pero además estaba enferma y no se podía mover para ningún lado y, llorando, comentó que sus medicinas se las llevó el agua. “Me siento mal, no habíamos comido hasta hoy un poquito;nadie nos viene a ver, hasta ahorita que vinieron; pasa el helicóptero le hacemos señas y nada, qué vamos a hacer”.
“Perdí toditito, nada de ropa, nada de comida, nada de nada, nos quedamos sin nada todo se perdió”, lamentó.
Solicitó a las autoridades que aunque sea comida les manden porque no tienen ni gas ni energía eléctrica.
Otro de los afectados comentó que se siente desesperado pero que confía en Dios de que va salir adelante.
Mientras la autoridad llega los vecinos de la colonia Alborada siguen dando vueltas a sus casas, pues temen que aunque están bajo el agua se vayan a meter a robar.
Se pudo ver a personas que iban en lanchas infables, tablas de surf o pedazos de unicel a dar vuelta a lo que es su casa, aun cuando esté debajo del agua.
Y también los ocho jóvenes, despues de dejar a los reporteros, regresaron a su tarea de llevar a sus vecinos en una lancha vieja y remos improvisados que han servido de mucho en estos momentos de desgracia.

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