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Mueren dos niños y cuatro adultos al caerles un cerro encima en la Unidos por Guerrero

*La señora Natividad, madre de los pequeños, relató que sus hijos desayunaban con su abuelo y sus tíos, cuando fueron sepultados

Aurora Harrison

“Me quedé sola”, lamentó la señora Natividad, quien perdió a sus dos hijos Kevin Yahir, de 10 años y Osvaldo, de 8, la mañana del domingo, después que un alud de tierra cayó sobre su casa en la colonia Unidos por Guerrero, en la zona suburbana.
Ella estaba lavando los trastes en una esquina de la casa, hecha con paredes de madera y techo de lámina de cartón, cuando de repente se vino el montón de tierra y la cubrió totalmente; sus hijos, quienes desayunaban con su abuelo y sus tíos, quedaron sepultados.
Los vecinos al escuchar el estruendo y los gritos de la señora acudieron a ayudarla y con palas empezaron a escarbar para sacar los cuerpos de los niños, el de su abuelo Jesús Gallegos Martínez, de 65 años, sus dos tíos Francisco y Jesús Gallegos y su tía Carla Patricia Castro, además de que auxiliaron a los dos lesionados.
Una vez que sacaron los cadáveres fueron llevados a una casa a unos metros de donde se suscitó el incidente, donde los cubrieron con sábanas mientras llegaban los féretros; los vecinos no quisieron que se los llevaran los empleados del Servicio Médico Forense.
“Ya no tengo a mis bebés ¿quién me acompañará a misa?”, lloraba la madre de los menores al ver los cuerpos tendidos en el suelo; “ya no vamos a ir a misa, los voy a extrañar mucho, porqué me dejaron sola”.
Los menores iban a la escuela primaria Francisco Javier Mina, la cual se ubica en la misma colonia. El mayor estudiaba quinto año y el otro el tercer grado.
“Eran unos niños tranquilos y les gustaba la escuela”, dijo su madre, quien recordó que uno era parte del coro de la iglesia.
“Estaba lloviendo muy fuerte y mis hijos estaban sentados desayunando cuando nada más de pronto se cayó la tierra y cubrió a mis hijos, a mi papá, quien estaba tomando café” explicó Natividad.
“Todo fue muy rápido, no dio tiempo de nada”, agregó la señora, quien es de escasos recursos económicos, misma que fue apoyada por sus vecinos y familiares en su dolor por la pérdida de sus dos hijos.
La casa quedó totalmente cubierta de agua y sólo se asomaban un ropero y el baño que estaba fuera de la construcción, así como los uniformes escolares de los niños en el tendedero; en la parte alta, desde donde se deslavó el cerro, quedaron suspendidos los cimientos de una casa en construcción.
Alrededor de la casa de la señora Natividad, en la parte alta de la Central de Abastos, hay otras cinco viviendas que corren el riesgo de que queden cubiertas con tierra en caso de continuar las lluvias.
“Toda la tierra se vino sobre la casa y cubrió a mi tío, a los niños, uno de ellos, el menor, al parecer corrió sobre mi tío y lo abrazó porque estaban juntos cuando los sacamos”, contó el señor Fredy García, quien dijo ser sobrino del señor Gallegos Martínez.
Agregó que estuvieron marcando a los números de Protección Civil pero no les contestaron, además de que se quejó porque ningún trabajador de esa dependencia los ha ido a visitar para que les digan cuáles son las precauciones que deben tomar o si es zona de riesgo.
Una vecina contó que el señor Jesús Gallegos era pepenador y sus hijos eran albañiles, que tenían más de 25 años viviendo en esa casa; “cuando el huracán Paulina ya vivían aquí y no les pasó nada”, y que llegaron al puerto procedentes del municipio de San Marcos.
“Ellos veían de un pueblo de Rancho Nuevo, municipio de San Marcos, pero ya tenían varios años en esa casa. La mamá de los niños que murieron trabajaba en el mercado y el abuelito era pepenador”, explicó una de las vecinas.
Indicó que fueron los vecinos quienes ayudaron a sacar los cuerpos de las víctimas con palas y picos porque “nada más vinieron dos trabajadores de Bomberos y de la Cruz Roja, pero llegaron ya que los habían sacado de su casa donde quedaron enterrados”.
Otros colonos que ayudaron a escarbar pidieron apoyo de las autoridades porque dijeron que hay otras cinco casas que podrían correr el mismo riesgo si continuaban las lluvias, y pidieron que los reubicaran en otra zona donde estuvieran más seguros.
“Queremos que nos ayuden también a nosotros porque tenemos miedo de seguir en nuestras casas, queremos que el gobierno nos reubique en otro lugar a las cinco familias que estamos en la misma zona donde se deslavó el cerró de la vecina”, concluyó.

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