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Con palas colonos de Renacimiento buscan rescatar lo que quedó de sus viviendas

*Alberga el refugio del Polideportivo de esa colonia a 646 damnificados de diferentes colonias y poblados, además de turistas de Tlaxcala, Puebla y ciudad de México

Carlos Moreno A.

El panorama en Ciudad Renacimiento era desolador en la mayoría de sus calles ayer, pues todavía se veían los árboles caídos y los vecinos, con palas, quitaron los montones de lodo de las vías y banquetas y otros más de sus casas; en otros puntos hubo encharcamientos.
Otro cuadro triste es en el Polideportivo de Ciudad Renacimiento, que ha refugiado a 646 personas damnificadas de las diferentes colonias de la periferia y poblados, e incluso turistas de Tlaxcala, Puebla y ciudad de México.
Ayer en Ciudad Renacimiento y las colonias de su jurisdicción, vecinos fueron a sus viviendas, varias inundadas aún como en el Sector 2, para rescatar lo que les quedó.
Unos más se quedaron en sus viviendas y con palas en mano sacaron el lodo y otros lo quitaron de las calles y banquetas, donde los pies se hundían hasta la pantorrilla.
En un recorrido a pie, las calles aledañas al Circuito Interior de la colonia continuaban escondidas entre el lodo. Allí los vecinos demostraban el miedo, enojo y solidaridad ante la contingencia que pasaron, luego de que aumentó el nivel del agua y se inundaran.
Algunos vecinos consultados dijeron que algunos puntos de la zona no tuvieron energía eléctrica por algunas horas ni tampoco agua potable.
Los colonos reprocharon que las autoridades estatales y municipales sólo acudieron a otros lugares “en Punta Diamante” y en los albergues, pero “a nosotros que aún estamos en las casas, también los necesitamos, nos quedamos sin nada, la casa se enlodó, perdimos nuestras cosas”, externó el señor Daniel mientras juntaba el lodo en un extremo de la banqueta, en el Sector 2.
En otras calles aledañas del Eje Central y este mismo que en su mayoría estaba enlodado, se vio la solidaridad de los vecinos quienes acompañaban a otros a buscar a sus familiares en el albergue del Polideportivo.
Otros colonos expresaron que la necesidad en ese momento eran la comida y el agua potable porque están escaseando; “también el gas para cocinar, calentar las cosas, si vas no te venden porque no tienen y otros le están subiendo el precio”.
Dijeron que en las pocas tiendas que están abiertas de la colonia ya se está acabando las provisiones.
También el transporte público hacia esta colonia y sus colindantes es escaso, por lo que algunas personas tienen que caminar desde la unidad deportiva Jorge Campos hasta el bulevar Vicente Guerrero.

El Polideportivo

Por otra parte, en el Polideportivo de Ciudad Renacimiento se ha refugiado a más de 660 personas damnificadas (hasta las 3 de la tarde) de las diferentes colonias de la periferia y poblados, e incluso turistas de Tlaxcala, Puebla y ciudad de México.
El ingreso al albergue es por la puerta 2 del Polideportivo que se ubica en la calle Juan R. Escudero, a unas dos cuadras del bulevar Vicente Guerrero en Ciudad Renacimiento.
Para que una persona damnificada ingrese al albergue, los marinos, que resguardan el lugar, piden a los afectados que se registren en unas hojas blancas y pongan la colonia de donde venían, nombre y edad.
Consultado, el trabajador Salvador Benítez informó que el domingo por la noche habían llegado unas 500 personas al polideportivo, pero que ayer ya eran más de 650.
Indicó que los damnificados provienen de las colonias Arroyo Seco, Ciudad Renacimiento, Sector 2 y 1, Nueva Capire, Libertadores, Juan R. Escudero, Ampliación Arroyo Seco, Nueva Revolución, La Frontera, Real Hacienda y El Quemado.
También llegaron turistas de la ciudad de México, Puebla y de Tlaxcala, quienes están desde el domingo por la noche en el albergue. Afuera de las instalaciones se colocaron nueve hojas con los nombres de las personas que se encuentran en el refugio.
Los afectados fueron instalados en una cancha techada, donde les proporcionaron colchonetas que pusieron en el suelo y otras más en las gradas.
En un extremo de la cancha las personas eran formadas para llevarlas al centro de las gradas y les proporcionaran ropa que algunos escogían y otros los “encargados” se los daban.
Para darles el alimento, los marinos formaban a los damnificados para llevarlos a otra área en el auditorio que se habilitó para ese fin. Otras canchas fueron usadas para la cocina.
Entre los damnificados se observó a niños y una mujer marino indicó que recibieron unos 150, 200 mujeres y el resto hombres.
En el albergue estuvieron los médicos de la Secretaría de Salud revisando a las personas y proporcionándoles medicinas.
La unidad deportiva Jorge Campos, ubicada en la misma colonia, a un costado del Ministerio Público, no fue habilitada como albergue para recibir a los damnificados y ayer estaba completamente vacía.

Los damnificados

La señora Silvia Guevara, una de las afectadas de la colonia Nueva Revolución, estaba sentada en una colchoneta y manifestó su impotencia ante lo que vive.
Dijo que en su casa sólo habitaban ella, su esposo y su hijo, pero en otra vivienda en la misma colonia estaban su hijo con su esposa y sus cuatro nietos, dos de ellos de 3 y 5 años.
“Logramos salir de la casa con lo que teníamos, corrimos y nos venimos para acá”, contó Silvia Guevara que aún se le llenaban de lágrimas los ojos al recordar.
Expresó que sintió miedo y deseo de poder ayudar a las personas por las inundaciones de las casas, “perdieron todo, se quedaron y nos quedamos sin nada”.
En otras colchonetas estaba una joven que trataba de jugar con su hijo pequeño que estaba acostado y le daba su mamila, pero se negó a platicar debido a que, según sus palabras, continuaba consternada.
Otro afectado es don Refugio Valdivia Carmona, quien es diabético y usa muletas porque no tiene la pierna derecha, quien junto con su esposa y su hijo llegaron al albergue al perder todo por la tormenta.
Resignado, don Refugio contó que es de la colonia Unidos por Guerrero y que cuando observó que se estaban inundando le dijo a su familia: “hay que salir de aquí”.
Indicó que junto con su esposa y su pequeño hijo estaban tranquilos en su casa viendo la televisión, cuando fueron sorprendidos por una barda de su casa que se cayó.
Agregó que su vivienda quedó inundada y cuarteada: “dejamos todo en el cuarto, no tengo esperanza, cómo le voy a hacer si no tengo dinero ni nada, sólo con la ayuda que me puedan dar ahorita”.
Otro afectado, Alejandro Aparicio, de la colonia Arroyo Seco, explicó fueron sacados por los vecinos y después fueron llevados a una escuela primaria debido al desborde del río de La Sabana. Al día siguiente los trasladaron al Polideportivo.
Indicó que uno de sus familiares no quiso ir al albergue y se quedó en su casa a pesar de lo peligroso de la situación. “De igual manera perdieron todas sus cosas, se llevó casas la corriente, estuvo horrible”.
En un extremo de la cancha colocaron a los turistas de la ciudad de México, Puebla y Tlaxcala, quienes contaron que vinieron al puerto a vacacionar por los días festivos.
La señora Reyna Morales Soto, de Tlaxcala, explicó que el domingo todos se quedaron en el autobús donde viajaban debido a que la carretera estaba bloqueada.
“No teníamos experiencia en esto, ese día al no dejarnos salir por carretera nos trajeron al albergue, pero nos dijeron que entrábamos si acatábamos las reglas que era no estar saliendo a cada rato”, indicó la turista.
Dijo que llegaron al puerto el viernes y tenían planeado estar hasta el domingo pero por la tormenta no pudieron irse; “estamos desesperados por que ya queremos irnos a nuestro estado pero no podemos”.

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