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Deambulan decenas de chilpancingueños en busca de sus familiares y amigos evacuados

*Hay más de 300 casas dañadas y 100 colapsadas en su totalidad, y 50 establecimientos comerciales fueron arrasados por el río Huacapa

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Tania Fierro caminó casi medio kilómetro desde la calle principal para llegar al departamento de su amiga Mariana de la O en prolongación Valerio Trujano, atrás de las instalaciones de la 35 Zona Militar. Llegar allí no fue fácil, brincaba de una piedra a otra para no caminar sobre el lodazal o el arroyo de agua que todavía al medio día de ayer corría por esa calle que desde el domingo y hasta la madrugada del martes se convirtió en una barranca.
Finalmente llegó a la casa de su amiga, entró por un pasillo al edificio y dos perros pequeños le salieron al paso y le ladraron. Le gritó a su amiga varias veces pero no tuvo respuesta. Después llamó cariñosamente a los dos perros para calmarlos y llegó a la puerta. Tocó varias veces y nuevamente nadie le contestó.
Regresó conteniendo el llanto, en la mano traía dos bolsas de pan blanco, una con pollo y una mas con fruta que le llevaba a Mariana. “No hay nadie”, informó a su acompañante que la esperó en el pasillo.
Al salir a la calle preguntó por su amiga que había quedado atrapada en su departamento entre la barranca Alpoyeca y la calle prolongación Valerio Trujano que se convirtió en el cauce del agua. Quienes maniobraban rescatando vehículos que quedaron atrapados entre piedras, lodo y escombros le informaron que algunas familias están en el albergue de la Feria, otros que con palas y picos retiraban piedras y lodo de la entrada de su casa le dijeron que se los llevaron a la 35 Zona Militar y otros que contemplaban el lodazal en la sala de su casa le dijeron que a las familias desalojadas se las llevaron al albergue de la escuela primaria José Martí.
Tania se desesperó, regresó a la calzada Defensa Nacional, se sentó en una jardinera y se soltó a llorar. Entregó la despensa que le llevaba a su amiga al primer indigente que pasó.
Como Tania, decenas de personas deambulaban desde la mañana hasta la tarde de ayer en busca de sus familiares que fueron desalojados de cientos de casas ubicadas en las márgenes del río Huacapa que atraviesa de norte a sur la ciudad, sin que nadie les diera razón del lugar a donde se llevaron a los desalojados.
La situación se agravó porque no hay telefonía celular de Telcel y los teléfonos fijos y el Internet funcionan de manera esporádica.
La contingencia aminoró por el alejamiento de la tormenta tropical Manuel, sin embargo comenzaron a aflorar los resultados que dejó a su paso. En el encauzamiento del río Huacapa, una de las zonas más afectadas en la capital, según datos extraoficiales, (aunque aún no termina el recuento oficial) hubo más de 300 casas dañadas, aproximadamente 100 de ellas colapsadas en su totalidad, así como aproximadamente 50 establecimientos comerciales fueron arrasados, desde las colonias Las Torres, San Rafael Norte y El Amate, al norte de la ciudad, hasta la colonia La Cinca, al sur de la capital.
La corriente había disminuido hasta a la mitad del encauzamiento, sin embargo las familias damnificadas comenzaban apenas a vivir la tragedia ocurrida aquí, lugar que el alcalde Mario Moreno Arcos calificó como “zona de desastre”.
Ayer cientos de personas recorrían, observaban y contemplaban incrédulos la destrucción que dejó a su paso el agua que arrojó Manuel. Frente al Palacio de Gobierno se abrió otro gran hoyo, ahora hay dos en el carril de norte a sur y uno más en el de sur a norte.
La zona más devastada está entre la Zona Militar hasta el barrio de la Santa Cruz, en donde el agua se desbordó en ambos lados e inundó unas 80 viviendas y las familias tuvieron que salir la madrugada del domingo y ayer seguían en refugios, en casas de familiares o amigos.

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