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Inconformidad causó a turistas y porteños el cierre de la Costera por la competencia ciclista

Salvador Serna

Innumerables molestias y disgustos causó ayer en cientos de turistas y residentes de los fraccionamientos Farallón, Condesa, Club Deportivo y Costa Azul porque no pudieron hacer uso de sus automóviles debido al cierre de la Costera debido a la primera etapa de la Vuelta México-Telmex.
“Esto es un auténtico Vía crucis automovilístico y no sé porqué se les ocurre hacer un evento deportivo en pleno puente. En el hotel no nos avisaron de esto, vamos a la playa Bonfil y es un caos, no me querían dejar pasar la camioneta los policías. Les expliqué que ya teníamos un compromiso familiar pactado y ni modo que nos fuéramos caminando hasta allá”, se quejó el turista originario del Distrito Federal, Guillermo Bermúdez.
Desde las 7:30 de la mañana, la Costera fue cerrada a la circulación vehicular, desde el tramo de la glorieta de La Base Naval hasta el Zócalo y por esta razón, las avenidas Costera Vieja, Farallón, Cuauhtémoc y Universidad se colapsaron por el cierre de 3 horas y media de la principal arteria vial de Acapulco.
“Pues que atorón nos dieron. Nos tuvimos que ir caminando al restaurante para desayunar y ya tenemos atraso de una hora por el cierre de la Costera, a nadie avisaron. Es inconcebible y luego en pleno fin de semana largo. Lo hubieran hecho más temprano, a partir de las 7 de la mañana, pero lo hacen a las 9, pues no, ya es tarde. Casi nos echan a perder el día”, señaló Esperanza Alcocer, turista originaria de Querétaro.
Por supuesto que no faltaron las fricciones entre automovilistas, policías viales y agentes del grupo Lobo que custodiaban los 82 mil 400 kilómetros de vallas metálicas puestas en ambas aceras de la Costera para impedir el paso de todo tipo de unidades motrices y causando contratiempos a miles de personas.
“Tuve que salir de urgencia a la farmacia de Walmart a las 8 y 30 de la mañana. Bajé por la calle de Rocasola para salir a la Costera y pues que no se puede, me regresaron los del grupo Lobo y para atrás. Por toda la Costera Vieja, pero como era muy temprano llegué tranquilo hasta Icacos aunque el regreso fue puro sufrimiento desde las 9 y media de la mañana. Me hice un trayecto de 45 minutos hasta mi casa cuando lo normal son 12 minutos. Parecía que había una marcha, fue un auténtico caos”, dijo finalmente Víctor Antuña, colono del fraccionamiento Club Deportivo.

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