Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Turistas adinerados contratan vuelos privados hacia la ciudad de México

*Pagan  de 10 mil a 20 mil pesos por viajar en jets con capacidad para 10 a 25 personas

Aun en tiempos de desgracia, la clase pudiente del país no pierde el estilo.
Haciendo gala de elitismo, ayer en la pequeña terminal privada aérea de Grupo OMA Aviación General, adjunta al aeropuerto Juan N. Álvarez –que sigue inundado y cerrado– se constató que turistas con recursos están contratando vuelos privados, cuyo costo de asiento es de 10 a 20 mil pesos con destino a la ciudad de México.
Los aviones empleados son tipo Jet, Cessna o Citation, con capacidad de 10 a 25 personas.
En dicho aeropuerto privado no hay conflictos de tumultos, discusiones, confusiones ni malos tratos entre autoridades y turistas que buscan ser evacuados.
Todo transcurre con normalidad y, por ser un ambiente snob, no se respira ni una pizca de estrés. Como si fuera un día cualquiera en Acapulco.
Ya sea por vía celular o por internet, los turistas contratan los servicios aéreos privados, incluidos algunos helicópteros. Después, cómodamente se sientan en la pequeña sala de espera, se beben un café o un refresco, y minutos después tranquilamente abordan los aviones privados.
Mientras unos esperan dentro del recinto, otros prefieren salir a la calle a fumarse un cigarro y chacotear un rato, pareciendo ajenos a la desgracia social que azota a las clases marginadas de Acapulco, víctimas del diluvio del pasado fin de semana.
Dentro del pequeño aeropuerto, los soldados sólo se mantienen vigilantes y en ocasiones brindan información a los turistas, muchos de ellos “juniors” hijos de empresarios.
También se vio a los tradicionales yuppies, ejecutivos que laboran en corporativos transnacionales y que disfrutan de grandes  sueldos.
Por supuesto que también convergen bellas mujeres. Algunas vestidas para viajar con glamour, tal como lo dictan la moda.
El “mayor” contratiempo se observa cuando algunos turistas adinerados llegan medio desorientados y preguntando dónde venden los boletos para los aviones privados.
Los empleados del aeropuerto les informan que deben contratar vía telefónica para acceder al servicio, y por supuesto, contar con tarjeta de crédito.
También llegan turistas extranjeros, como fue el caso ayer de tres mujeres ecuatorianas que buscaban el vuelo de regreso a Houston por medio de United Airlines (UA).
Les explican que en ese lugar no hay vuelos comerciales internacionales, que deben de ir a la explanada de Expo Mundo Imperial y abordar los vuelos de Volaris, socio de UA, y que una vez llegando al aeropuerto internacional de la ciudad de México, podrán hacer conexión con su vuelo original para regresar a los Estados Unidos.
Los empleados informan que durante el día se recibirán vuelos especiales, como el del gobierno de Querétaro, que viene a rescatar a más de cien turistas queretanos que se encuentran varados desde el sábado.
También llegarán vuelos de aviones privados cuyos propietarios han dado la instrucción a sus pilotos de venir a recoger a los hijos de sus amigos. En conclusión, ayer en el aeropuerto privado de Acapulco  todo se arreglaba con tener amigos y conocidos influyentes. (Salvador Serna).

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