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Denuncian turistas de Puebla varados que condóminos de La Palapa les negaron apoyo

Salvador Serna

Turistas de Puebla se quejaron ayer de que residentes condominales no los quisieron ayudar para alojarse de forma temporal en el hotel La Palapa hasta que terminará la contingencia por la tormenta tropical Manuel.
“Se nos venció el contrato en la casa donde nos hospedábamos, anduvimos deambulando y preguntado por un refugio. Nos enteramos del hotel La Palapa y fuimos a pedirles ayuda para que nos dejaran solo dormir, pero los dueños de los condominios se negaron a ayudarnos”, lamentó el visitante Sergio Orozco.
El condohotel La Palapa está semi abandonado desde hace 2 años y medio por motivo de una huelga de la sección 113 de la CTM, que pide más de 6 millones de pesos para terminarla y poder dar las liquidaciones al 35 por ciento, a los 110 sindicalizados, la mayoría de la tercera edad, quienes sostienen guardias las 24 horas para evitar que los condóminos sustraigan bienes muebles de áreas comunes.
Por la huelga, el hotel La Palapa  tiene un estimado de 200 habitaciones amuebladas vacías.
El visitante, acompañado de otras 20 personas entre familiares y amigos, señaló que también le pidieron permiso a los huelguistas de la CTM, “pero nos dijeron que no podían auxiliarnos porque todas las llaves las tiene el encargado del condominio. Pedimos hablar con él para que nos ayudara y prestara unas cuatro habitaciones, solamente queríamos dormir y bañarnos y dejar nuestras cosas en un lugar seguro, pero nadie nos hizo caso”.
Mientras que la turista Cecilia Paola Velasco mencionó que “nos dimos cuenta que muchos turistas de dinero tienen un departamento en este hotel, el estacionamiento estaba casi lleno. Yo hablé con dos señoras y una de ellas me dijo que sólo me ayudaría a guardar mis cosas pero no quedarme a dormir, que podríamos dormir afuera en la alberca, en los camastros, o que nos fuéramos a la playa, pero le respondimos que eso no es de Dios porque traemos niños, no fueron solidarios con nosotros”.
Por su parte, el vacacionista Gregorio Sámano consideró que “creo que todo fue un problema de confianza, lógico, los dueños de La Palapa no nos conocen, llegamos en un camión rentado y pues a lo mejor les dio miedo y pensaban que éramos turistas rateros, nos juzgaron y pues no nos dieron chance de quedarnos a dormir ni en el lobby”.

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