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Diputados y senadores, en la organización de la entrega de víveres en Tierra Caliente

Gregorio Urieta

San Miguel Totolapan

Finalmente, luego de una espera angustiante, ayer comenzó a regularizarse la entrega de víveres en las comunidades afectadas por la tormenta Manuel, que dañó severamente poblaciones de los municipios de San Miguel Totolapan, Ajuchitlán, Coyuca de Catalán y Zirándaro, ubicadas en la margen izquierda del Río Balsas en relación a su corriente.
Durante una reunión realizada por la mañana en el 40 Batallón de Infantería entre el comandante Hermelindo López y los diputados Catalino Duarte y Nicanor Adame Serrano; los senadores Armando Ríos Píter y  Sofío Ramírez y la secretaria de Educación, Silvia Romero, el comandante les informó que lanchas y helicópteros están listos para servir de puente aéreo entre los dos lados del río.
Durante la reunión se fijaron los puntos en donde cada uno de los legisladores se haría responsable de coordinar el envío de los alimentos.
San Miguel Totolapan le correspondió a Nicanor Adame Serrano, quien a la salida del siniestrado puente de San Miguel contó con el apoyo y organización que ya tenían maestros de Arcelia, coordinados por José Luís Pelcastre Nava, oriundo de San Miguel.
En ese lugar se contó con el apoyo de tres helicópteros, uno enviado de la ciudad de México por el gobierno federal, uno del Ejército y otro del gobierno estatal, que apoyaron para la realización de cuatro viajes cada uno.
De esa forma se enviaron alimentos a la cabecera municipal, a Santa Catarina, El Remance, Valle Luz, Los Guajes y El Terrero, comunidades ubicadas a las orillas del río Balsas que fueron severamente dañadas con casas derribadas y en el aislamiento.
Se enviaron más de dos mil despensas y agua a las diversas comunidades, al tiempo que de aquellos lugares se evacuaba a personas que estaban varadas desde el viernes pasado, y a niños y adultos enfermos que fueron trasladados a albergues y centros de salud.
Al bajar de los helicópteros algunos de los evacuados señalaron que no se estaba haciendo bien la repartición de los víveres, puesto que el alcalde Saúl Beltrán los estaba almacenando y que sólo repartía a los priístas de la localidad, y exigían que fuera el Ejército el que entregara los víveres.
Informaron también que se han dado varios casos de pillaje en casas abandonadas por los afectados, sin que la policía municipal intervenga a pesar de darse cuenta.
A  San Miguel llegaron los distintos coordinadores de la distribución con el comandante del 40 Batallón, y al regresar de la localidad informaron que ya se había regularizado la repartición de alimentos.
Hasta ese lugar llegaron continuamente alimentos para los afectados, principalmente de ciudadanos de Arcelia, pero también llegaron de la Escuela Normal de Teloloapan, de la Universidad Autónoma de Puebla, de la ciudad de Morelia, Michoacán, y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por su parte, el diputado Nicanor Adame gestionó con Telecable de Altamirano un rollo de cable de acero para crear una polea y de esa forma mantener el flujo constante de los víveres a la cabecera municipal, pues los helicópteros sólo trabajan dos horas.
Por la tarde, ante la insistencia del diputado, el 40 batallón envió una lancha hacia San Miguel Totolapan y otra más hacia el antiguo embarcadero de Corral Falso.

Aglomeraciones en el embarcadero

En donde hace varios años estuvo el embarcadero que comunicaba a Tlapehuala con Corral Falso, del municipio de Ajuchitlán, se pusieron a funcionar  dos barcos viejos que ya estaban arrumbados, según dijeron los barqueros.
Comenzaron cobrando 30 pesos por persona el pase, pero luego aumentaron a 50 pesos. No obstante el abuso, hubo cientos de solicitantes que se aglomeraron de un lado a otro y los viejos barcos muchas veces estuvieron a punto de naufragar por el peso de los pasajeros y los víveres.
En ese lugar, por la tarde, llegaría una lancha solicitada por Nicanor Adame, y enviada por el 40 Batallón para apoyar en el traslado de víveres. Hasta ese lugar llegaron donantes de Palmar Chico, estado de México, con una camioneta de tres toneladas, y otros de Arcelia y Tlapehuala.
Más abajo del Río Balsas, en el llamado Puerto de Changata, se puso nuevamente en funcionamiento el embarcadero de Changata, en donde igualmente se aglomeraban cientos de familiares que deseaban enviar sus víveres a Changata, Villa Nicolás, Amuco y Ajuchitlán.

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