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Mantiene la crecida del río incomunicadas a muchas comunidades nahuas del Alto Balsas

*Esos pueblos tienen una vía que es conocida como Carretera de los Santos, la que está dañada en varios puntos

Fernando Hernández

Chilpancingo

El crecimiento del caudal del río Balsas mantiene incomunicado al pueblo indígena de Analco, perteneciente al municipio de Mártir de Cuilapan, de la región Centro.
Las lluvias que trajeron los huracanes Manuel e Ingrid provocaron el desbordamiento del río, en el que confluyen los pueblos nahuas del Alto Balsas, mismo que alimenta de un circuito de afluentes que vienen desde la región de La Montaña.
Esos pueblos están comunicados por una vía que es conocida como Carretera de los Santos, porque es la columna vertebral de decenas de comunidades nahuas.
En un recorrido que se hizo por comunidades indígenas de los municipios de Tepecoacuilco de Trujano, Mártir de Cuilapan, así como Huitzuco de los Figueroa, se observaron afectaciones en la carretera.
Entre la comunidad de Tula del Río, a la cual llega por una desviación que está en la Autopista del Sol, y el pueblo de San Agustín Oapán, hay afectaciones en por lo menos 12 kilómetros de ese segmento de la Carretera de los Santos.
Desde el viernes cuando –de acuerdo con testimonio de habitantes de la zona– se registraron incrementos anormales del caudal del río, las aguas del afluente comenzaron a socavar la carretera pavimentada con una capa de desgastado chapopote.
Entonces, en el transcurso del fin de semana y hasta el pasado lunes, comenzó a desgajarse la carretera que está debajo del Puente Solidaridad, en algún tiempo considerado como el más grande de América Latina.
Desde su inicio, ubicado en la comunidad de Xalitla, y hasta su fin en la comunidad huitziquense de San Francisco Ozomatlán, la Carretera de los Santos tiene una extensión de 56 kilómetros, de los cuales la mayoría tiene afectaciones que van desde deslaves y deslizamiento de rocas, así como socavamientos que terminaron por romper la carpeta asfáltica.
Las lluvias, el reblandecimiento de la tierra, así como el desbordamiento del río y el crecimiento de varios arroyos, derribaron al menos 12 postes de energía eléctrica.
Por lo que las comunidades indígenas de San Juan Telelcingo, San Agustín Oapán, San Miguel Tecuiziapan, San Marcos Oacatzingo,  Analco, San Francisco Ozomatlán, San Agustín Oztotipán y San Juan Totolcintla, entre otros, están sin luz.
Además, las comunidades llevan una semana sin servicio de telefonía móvil y de transferencia de datos e internet móvil, que son las vías mediante las cuales mantienen comunicación con sus familiares que viven en los Estados Unidos, los puertos de la Rivera Maya y los campos de cultivos de los estados de Michoacán y Jalisco, principales destinos de migración para los indígenas de Alto Balsas.
Debido a las afectaciones en los tramos carreteros, los víveres comienzan a escasear en las comunidades de San Agustín Oapán y de San Miguel Tecuiziapan, que son las localidades más grandes de la zona, y de las que se abastecen otros pueblos más pequeños.
A los pueblos afectados no han llegado ni las autoridades estatales, ni federales; por esa razón comisarios municipales y ejidales de las localidades se han organizado y comenzaron a levantar los primeros censos de la población afectada.
Las primeras estadísticas, que fueron levantadas por las autoridades tradicionales y comunitarias, reflejan que en San Marcos Oacatzingo por lo menos 35 casas de adobe y madera, principalmente, fueron afectadas y derribadas por la crecida del río.
Mientras que se tiene conocimiento de daños en por lo menos 22 zonas de cultivos, que representan 100 hectáreas de tierras de labranza.
En San Miguel Tecuiziapan y San Agustín Oapán, ambas de Tepecoacuilco de Trujano, el sistema de bombeo de agua potable fue destruido y hay unas 96 casas que fueron afectadas.
En la comunidad de San Juan Totolcintla en Mártir de Cuilapan, se reportan 22 viviendas derribadas. Este pueblo, junto con el de Analco están incomunicados debido a la crecida del río y para llegar a ellos se tiene que tomar una lancha del lado sur de la rivera, pero la tarde de este viernes no pudo transportar personas, debido a una nueva crecida del caudal.
Se conoció que entre el domingo y el lunes unas 2 mil personas abandonaron sus viviendas, en San Juan Tetelcingo y San Marcos, y se refugiaron en casas de amigos y familiares las comunidades de Ahuelicán, Ameyaltepec y Ahuehuepan, que están en lo alto de unos cerros, y que  pertenecen al municipio de Eduardo Neri (Zumpango). Durante la semana las personas volvieron a sus lugares de origen.

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