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Siguen en el abandono las colonias Nueva Revolución, La Frontera y El Capire

*Es poco el apoyo y principalmente viene de fundaciones que han llevado comida e instalado comedores comunitarios, se quejan los vecinos

Carlos Moreno A.

El panorama en las colonias Nueva Revolución, La Frontera y El Capire sigue siendo desolador a una semana de la tormenta Manuel, debido a que la zona continúa siendo intransitable y tampoco han recibido ayuda por parte del gobierno, se quejaron los vecinos.
Indicaron que es poco el apoyo que han recibido en estas colonias y que principalmente viene de fundaciones que han llevado comida e instalado comedores comunitarios y se retiran.
Aceptaron que el sábado llegaron dichas fundaciones a repartir 50 despensas para 800 familias.
Los colonos se quejaron principalmente de que el líder de la colonia Nueva Revolución, el señor Catalino, se quedó con “muchas despensas y sólo las reparte a su gente, no a quienes en verdad las necesitamos, las tiene en otra casa que no tiene en esta colonia”.
En un recorrido a pie se observaron las marcas de la inundación en las pocas vivienda de cemento, debido a que el nivel del río subió y causó que los colonos se trasladaran a los albergues cercanos.
Las colonias ubicadas al otro lado del río de La Sabana, Nueva Revolución y La Frontera quedaron inundadas, y una semana después la mayoría de sus colonos regresaron a sus viviendas a tratar de recuperar lo perdido a pesar de que las calles están enlodadas, destruidas y con olores fétidos.
En la cara de los vecinos se observó miedo, resignación y mucha necesidad, sobre todo de agua y alimentos.
Algunas camionetas que circulaban en la colonia Miguel Terrazas, que es colindante con Nueva Revolución, las personas se acercabana ellas y las rodeaban para percatarse si traían alimentos.
Se observó que en esta zona desde el viernes llegaron brigadas médicas a pesar de los encharcamientos en las calles.
En la colonia Nueva Revolución y La Frontera los vecinos dijeron que apenas llegó la energía eléctrica.
La mayoría de los colonos que están en sus casas ubicadas en huertas comenzaron a limpiarlas.
En las calles, que son de terracería y ahora con un grosor de lodo de hasta 15 centímetros de altura, fueron puestos la mayoría de los colchones mojados y echados a perder, al igual que sus trastes y ropa.
En estas colonias se observó a los vecinos hacer labores de limpieza en sus casas, con la poca agua que tienen y escobas sacaban el lodo; algunas casas tenían muros caídos o sin techos.
Algunos de los habitantes ya muestran infecciones en la piel y en particular en los pies, debido a que no son atendidos médicamente.
Una de ellas es doña María Enriqueta, quien tiene asma y perdió su vivienda en la colonia La Frontera.
Contó que ella vendía chilate y tepache y al ver que perdió todo, improvisó un toldo hecho con lonas de plástico como techo y paredes para cubrirse unas 15 personas, entre ellos 5 niños, en uno de los cruces de camino al río en la colonia Nueva Revolución, a unos metros de la entrada a los campos de futbol Arroyo Seco.
En el río de La Sabana, donde se ubica un puente inconcluso, los pobladores tienen que cruzar al otro extremo en lancha, que es sostenida por una cuerda que atraviesa el caudal y suben el muro deslavado por la corriente para llegar a la colonia El Capire.
En el río, que luce particularmente sucio, se observó a dos hombres pescando tilapia y carpa, quienes dijeron que ante la falta de comida pescan para llevar alimento a sus casas.
En la colonia El Capire también sufrieron afectaciones y los vecinos indicaron que tiene que cruzar el río en lancha para ver a sus familiares y llevar un poco de ayuda a “los nuestros”.
La mayoría de las viviendas de las colonias referidas son humildes, pequeñas, hechas de madera y lámina de asbesto, y una minoría construidas de cemento.
Al lugar llegaron dos camionetas con tortas y botellas con agua y al verlas los pobladores corrieron con una sonrisa en el rostro y se formaron al pensar que eran del gobierno, sin embargo al consultar a una de las personas que repartieron las 3 mil tortas y las 2 mil 200 botellas de agua, informaron que eran de la Fundación Guerrero con la empresa Costa Line.
Uno de los vecinos se le acercó a uno de los repartidores y le preguntó si darían esos alimentos al líder de la colonia Nueva Revolución, el señor Catalino, a lo que les respondió el trabajador que los alimentos serían repartidos a los pobladores personalmente, no a los líderes y aseguraron: “nosotros no venimos de ningún partido ni del gobierno, esto lo hacemos por ayudar”.
Por su parte, el secretario de Desarrollo Social municipal, Rodolfo Monreal Ávila, informó que en la parroquia San Isidro Labrador en el poblado La Sabana, a un costado del mercado, reciben en promedio a 165 personas diarias, unas 95 mujeres, 70 hombres y 55 niños, en el comedor comunitario que instalaron, lo que representa unas 800 comidas diarias, indicó el funcionario, aunque en el supuesto de que hicieran las tres comidas no serían ni 500.
Esta parroquia ha sido utilizada como refugio para los afectados.
El funcionario indicó que también se han repartido en este lugar 600 colchonetas para que duerman los damnificados, pero al regresar la mayoría de los vecinos se las llevan a sus viviendas.

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