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Vive Damasco los peores combates desde el inicio del conflicto; ayer, 80 muertos

DPA

Damasco / Bruselas / Nueva York

La sublevación contra el régimen en Siria golpea cada vez más fuerte Damasco, donde ayer murieron 80 personas, según activistas, en los combates hasta ahora más fuertes registrados en la capital.
El detonante de los choques entre rebeldes y fuerzas del gobierno en el barrio de las embajadas Al Mezzeh fue la deserción de varios trabajadores de los servicios secretos. El fin de semana hubo atentados con coches bomba en Alepo y Damasco contra edificios del gobierno.
Heitham al Abdullah, opositor activo en Damasco, dijo que en los combates registrados durante la noche en el oeste de la ciudad murieron 50 soldados leales al régimen.
Canales de noticias árabes informaron de varias explosiones e intensos tiroteos. En la mañana del lunes, las tropas del presidente Bashar al Assad instalaron bloqueos en las calles y registraron casas en busca de rebeldes.
Los combates se producen tras un sangriento fin de semana en el que una serie de atentados en la capital siria y en Alepo, la segunda ciudad del país, dejaron una treintena de muertos, según informaron los medios oficiales.
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, condenó ayer con firmeza los atentados con explosivos en estas dos ciudades.
“La UE condena todos los actos de terrorismo. No hay justificación para las matanzas indiscriminadas, ni la mutilación de civiles inocentes en ninguna circunstancia”, comentó ayer la portavoz de la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común (PESC).
“Estos sucesos trágicos ponen de manifiesto la urgencia de poner fin a la espiral de violencia en Siria y de proteger la vida de los ciudadanos sirios”, agregó la portavoz de la británica.
Por su parte, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, alertó ayer del riesgo de que en Siria se produzca una “guerra civil”.
“Estoy muy preocupado por el deterioro de la situación, que podría degenerar en una guerra civil”, comentó Al Arabi en el marco de una conferencia sobre jóvenes refugiados palestinos, celebró ayer en Bruselas.
Al Arabi señaló que el Consejo de Seguridad de la ONU debería aprobar una resolución decisiva que “frene los enfrentamientos y aporte un mecanismo de supervisión apropiado” para permitir la entrada de ayuda humanitaria.
Naciones Unidas y la Liga Árabe prosiguen los esfuerzos de negociaciones de paz con el régimen de Al Assad. Una delegación a las órdenes del emisario de ambas organizaciones multinacionales, Kofi Annan, llegó el domingo a Damasco, para entrevistarse con representantes del gobierno.
Hace una semana, Annan se había entrevistado con Al Assad, pero del encuentro no surgieron resultados concretos.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas planea emitir hoy un comunicado apoyando a Annan. El embajador británico ante el organismo internacional, Mark Lyall Grant, señaló ayer que el borrador trabajado por Francia está siendo estudiado por los gobiernos de los 15 miembros del Consejo de Seguridad y que se espera que el mismo sea aprobado hoy.
Por su parte, Rusia está elaborando un documento por separado en relación a los ataques de Damasco y Alepo.
Annan pidió el viernes al Consejo que hable en forma unificada para ayudarlo a lidiar con Damasco. El Consejo está dividido en torno al modo de poner fin a las muertes en Siria; Rusia y China han vetado dos resoluciones condenatorias al gobierno de Al Assad por violaciones de derechos humanos. En cambio, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Portugal y Alemania apoyaban esa condena.
Desde el inicio de las protestas masivas el 15 de marzo de 2011, han muerto más de 8 mil personas, según datos de Naciones Unidas. Los opositores sirios sitúan esa cifra por encima de los 9 mil  muertos.
Muchos sirios han huido del país. En Turquía, la cifra de refugiados superaba ayer las 16 mil personas, según dijo un portavoz del Ministerio del Exterior turco.
En los últimos días se han levantado tiendas de campaña y se han habilitado viviendas prefabricadas para acoger a los sirios, que llegan por la frontera turca. La agencia de noticias Anadolu informó que cerca de Islahiye se ha levantado un hospital de campaña con 70 camas.
En paralelo, Jordania ha completado la construcción del primer campamento para refugiados sirios en su territorio, informaron ayer funcionarios.
El campamento, en las afueras de la ciudad de Mafraq, a unos 60 kilómetros al noreste de Ammán, podrá albergar a unas 3 mil personas, en anticipación a la crisis humanitaria que se avecina, informó una fuente del Ministerio jordano de Obras Públicas.
Sin embargo, fuentes oficiales señalaron que la apertura del campamento se ha suspendido de momento ante el miedo a tensar aún más las relaciones entre Ammán y Damasco.
Un barco de la Marina rusa con una unidad antiterrorista a bordo llegó ayer al puerto sirio de Tartus, según indicaron militares en la base de la flota rusa del mar Negro.
El navío militar se unió al barco de reconocimiento y vigilancia que ya está atracado en Tartus, informó la agencia de noticias Interfax.
Rusia mantiene el barco y la presencia de tropas en el puerto mediterráneo para mostrar la preocupación del Kremlin por la estabilidad de Siria, y asistir en el caso de una posible evacuación de civiles rusos en la región, según la información que cita a oficiales de la Marina. Rusia es un aliado clave para Al Assad, además de un destacado suministrador de armas.

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