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Nadan damnificados de Tixtla entre animales muertos para resguardar sus cosas de la rapiña

Rosalba Ramírez García

Tixtla

En la laguna de Tixtla, que inundó desde el domingo 15 de septiembre siete de los nueve barrios de la cabecera municipal, flotan animales muertos entre los damnificados que nadan a sus casas para resguardar sus pertenencias ante la rapiña.
Las casas están en constante daño, principalmente las de adobe, la mayoría ya se derrumbó y el resto está a punto de colapsar mientras las autoridades estatales informaron que será en seis días cuando terminarán de sacar el agua de la laguna.
Ayer en un recorrido se vio en lanchas a los rescatistas voluntarios que llegaron de Puerto Marqués.
Sobre el agua flotan reses, caballos y pollos.
El alcalde Gustavo Alcaraz Abarca afirmó que sacaron a las márgenes a 20 cerdos y 15 vacas muertas, los rescatistas comentaron que es riesgoso sacar a los animales porque los sacarían despedazados.
Vecinos del lugar informaron que las viviendas de adobe ya no se observan porque se colapsaron tras permanecer más de una semana bajo el agua.
El panteón municipal y el parque del barrio de Santa Cecilia que estaban cerca de la laguna ahora están bajo el agua, en las copas de los arboles que apenas se alcanzan a ver y en algunos techos de lámina y teja hay animales de granja como pollos que desde el domingo esperan ser rescatados o que el nivel de agua baje.
Entre las decenas de casas de adobe que en los últimos días se han derrumbado está la de Isaura Ramírez Chahuita, un personaje de la cabecera municipal reconocido por su gusto por el baile de tarima y su “solidaridad con la gente”, comentaron algunos vecinos.
Chahuita se hizo cargo de un niño que no era suyo, en Tixtla la mujer siempre ha participado en las fiestas del municipio con sus bailes.
En el Ayuntamiento, que fue la casa del General Vicente Guerrero Saldaña, hay un mural de la damnificada en el que se le observa bailando rodeada de músicos, ahora vive en casa de unos familiares mientras espera a que el nivel del agua baje en el Barrio de El Santuario para recuperar lo que pueda de sus pertenencias.
Otra de las casas que se derrumbó fue la de Claudio Morales Muñoz, un joven de 33 años que el sábado por la noche ayudó a evacuar a las personas que vivían en los márgenes de la laguna cuando se percataron que empezó a subir su nivel.
Claudio regresó a su vivienda también en El Santuario de la que no pudo salir el domingo cuando se inundó, las autoridades no saben si estaba dormido y se ahogó o cómo sucedió el deceso, solo saben que murió en su casa después de auxiliar a sus vecinos de la parte más baja.

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