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Excavan en la arena en Omitlán en busca de sus casas sepultadas desde el domingo

*Jesús Carvajal es uno de los vecinos que perdieron totalmente sus viviendas en esta comunidad del municipio Juan R. Escudero al paso de la tormenta tropical Manuel

Zacarías Cervantes

Omitlán/Juan R. Escucero.

Las copas de lo que antes eran altos tamarindos, mangos y ahuejotes parecen matorrales. Se ven a ras del suelo arenoso. Entre esas ramas, don Jesús Carvajal Millán, como otros vcinos del lugar, abre desde hace tres días con pico y pala un hoyo enorme en busca de su casa que desde la mañana del domingo quedó sepultada con tierra y arena. Ese día, con las lluvias que trajo la tormenta tropical Manuel, el río Omitlán inundó el pueblo, y al bajar las aguas quedó sepultado en lodo, que ahora es tierra y arena
“Quiero rescatar aunque sea mi herramienta mecánica, soy electricista. La que era eléctrica seguro ya se dañó”, dice mientras  observa el pozo de más de 3 metros de largo por dos metros de ancho que ha escarbado y que lleva ya una altura de más de 2 metros pero apenas ha descubierto la lámina de su casa sepultada.
Don Jesús es uno de los más de 60 habitantes que perdieron totalmente sus viviendas en esta comunidad, como consecuencia de las lluvias que arrojó la tormenta tropical Manuel el fin de semana pasada.
Su tenacidad y persistencia por llegar a descubrir de arena y tierra su vivienda construida de tabique y lámina de asbesto,  conmovió a muchos de los vecinos y ahora algunos de ellos, la mayoría familiares suyos se han sumado a su labor. Sin embargo, a tres días de que comenzaron a escarbar hasta ayer al medo día apenas habían descubierto la lámina que hasta el sábado 14 de septiembre era el techo de su casa.
“También quiero recuperar la base de mi cama de cedro que alcancé a amarrar arriba, en las viguetas”, dice, mientras se limpia el abundante sudor que escurre por sus mejillas. A su alrededor hay vecinos, adultos y niños que, pese a la tragedia entre risas divertidas le ayudan a buscar su casa que se encuentra a por lo menos 3 metros bajo tierra.
Su casa estaba ubicada por lo menos 800 metros arriba del nivel natural del río Omitlán, y, sin embargo, la crecida de caudal la cubrió toda y al bajar del nivel dejó sobre ella escombro y tierra arenosa.
“Fue la noche del domingo cuando el agua se subió hasta arriba, porque el sábado comenzó despacio. Yo la vi (el agua) cuando estaba allá, como a 6 metros y ya después, el domingo, subió hasta arriba”, dice y mira hacia el cielo, como si todavía estuviera viendo de abajo el techo de su casa.
A pesar de que debajo de sus pies quedó enterrado todo lo suyo, don Jesús Carvajal se ve resignado. “Yo, después, me salí con mis carnales para acá arriba”, agrega señalando la parte alta del pueblo por donde se encuentra la comisaría.
“Pensé que no iba a llegar hasta arriba, amarré mis cosas con reata de las viguetas, como mi cama, ropa, ventiladores. Bueno, todo lo que se pudo subir hasta el techo. Yo pensé que no le iba a llegar, pero le llegó, y cómo no, sí llegó hasta la casa de mi hermana que está hasta por allá arriba”.
Comenta que otras de sus pertenencias pensó llevarlas a las casas de sus hermanos, “pero me agarró un derrumbe y me tiró para abajo, a mí sí que me pasó re feo”.
–¿Así como quedó sepultada su casa, espera encontrar todavía algo bueno?, –pregunta el reportero incrédulo.
–Yo pienso que sí, porque la dejé cerrada. Yo pienso que como decir el martillo, pinzas, desarmadores. Todo eso pienso que va a estar bien.
–¿Cuánto tiempo ya lleva escarbando?
–Aquí ya llevo tres días.
–Pero de aquí para abajo todavía le falta mucho.
–Sí, porque allí donde ve que asoma la lámina hasta al ras (de la casa) son 3 metros.
–¿Piensa llegar hasta abajo?.
–No, una parte nomás, como a la mitad, si acaso, nomás para rescatar algunas cosas, las que sean de fierro. Como yo soy eléctrico tengo harta herramienta.
Y luego, entre sonrisas burlonas de sus vecinos que le ayudan en la faena, agrega: “también quiero rescatar la base de mi cama, es de madera buena, es de cedro”, declara cuando ya está nuevamente en el fondo del pozo escarbando con el pico.

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