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Se refugian mil 500 vecinos de San Marcos, Chilapa, en Xicaixtlahuac; temen que se desgajen los cerros

*Reciben víveres de las comunidades vecinas, pero necesitan atención médica

Luis Daniel Nava

San Marcos Majada de Toro, Chilapa

?La diarrea y las enfermedades respiratorias comenzaron a propagarse y falta atención médica para 23 embarazadas en el campamento que unos mil 500 pobladores de San Marcos Majada de Toro instalaron para refugiarse por temor a que el desgajamiento de los cerros los sepulten en su pueblo, en la vecina Xicaixtlahuac.
A ocho días de estar albergados en una comunidad ajena, los damnificados seguían sin recibir ayuda del gobierno del estado menos del gobierno municipal,  sobreviviendo con el poco alimento que les llega, sin atención médica y sin material para instalar sus viviendas provisionales en la intemperie de los cerros.
La ayuda en alimentación que han recibido es de los pueblos vecinos como El Jaguey, Loma Larga, Llano Grande y principalmente de Tlanicuilulco, perteneciente a Quechultenango; además de los maestros de la comunidad y de contados voluntarios de Chilapa.
El martes 17, unos 2 mil pobladores decidieron abandonar San Marcos Majada de Toro, porque no dejaba de llover intensamente y los cerros se desgajaron y algunas viviendas se derrumbaron y otras más se cuartearon.
Señores, señoras, jóvenes, niños, niñas, bebés y ancianos caminaron entre la lluvia hacia la comunidad vecina de  Xicaixtlahuac, también conocida como La Laguna, una comunidad de unos 150 pobladores, que los recibió en sus pequeñas viviendas y en un campamento.
La comunidad de San Marcos Majada de Toro y unas tres decenas de comunidades, en pobreza extrema y ubicadas en la parte alta, quedaron incomunicadas vía terrestre. Para llegar desde la cabecera de Chilapa por la ruta de El Jaguey, en vehículo se hacen dos horas hasta la comunidad de Tlanicuilulco, del municipio de Quechultenango.
En los límites de Tlanicuilulco y la comunidad de El Jaguey, perteneciente a Chilapa, el primer puente de concreto fue derribado por la fuerza de tres ríos que confluyen por lo que los pobladores improvisaron el paso con un puente hecho con una estructura metálica, tubos de acero y tablas.
Unos 500 metros más adelante, otro puente de concreto fue arrastrado totalmente por la corriente del rio, por lo que los pobladores instalaron una garrucha o polea para cruzar unos 20 metros por aire, en una improvisada tirolesa.
Pasando esos puntos a la comunidad de Xicaixtlahuac, pasando por El Jaguey, donde está el campamento se hacen unos 40 minutos en los vehículos que quedaron atrapados.
Pero de Xicaixtlahuac, donde están los desplazados, a San Marcos Majada de Toro, únicamente se puede llegar caminando más de una hora, bajando y escalando por dos cerros en una distancia de unos 8 kilómetros. El camino de terracería de Xicaixtlahuac a San Marcos y viceversa quedó destrozado por un río.
Este lunes, en una visita a las familias que viven amontonadas en los cuartos que les han prestado y en el campamento al aire libre de la comunidad de La Laguna,  se vio que proliferan ya los casos de los niños que sufren enfermedades gastrointestinales debido a que los alimentos que consumen están al aire libre, a la falta de agua clorada para consumo humano y a la falta de drenaje y fosas para hacer sus necesidades fisiológicas.
También muchos niños ya tienen calentura, tos o gripa, a causa del frío y la lluvia que no deja de caer diario a cualquier hora del día.
Asimismo,  entre más de mil 500 damnificados y desplazados de San Marcos Majada de Toro se pudieron contabilizar a 23 mujeres embarazadas que necesitan atención médica de urgencia debido a las complicaciones que presentan.
En San Marcos Majada de Toro y Xicaixtlahuac, desde que comenzaron las lluvias el viernes 13 no hay casas de salud operando ni medicamento, pues los encargados no se han presentado, por eso cuando voluntarios suben a dejar de comer o a entregar víveres de inmediato las señoras preguntan si entre ellos viene alguna enfermera o médico para que revisen a sus niños o a las embarazadas.

Tlanicuilulco no ha dejado de abastecer a los desplazados

Horas antes de llegar al campamento de los damnificados, en la comisaría de Tlanicuilulco, los pobladores reclaman a los voluntarios de Chilapa que llevan ayuda apenas el domingo por la tarde, seis días después.
“¡¿Dónde está su presidente (municipal Francisco Javier García González)?!, la gente allá arriba ya no tiene qué comer y no ha traído ni madres. Puras vergüenzas con Chilapa”.
Ese domingo en Tlanicuilulco, se convocó a la población a llevar ayuda para los damnificados de San Marcos Majada de Toro. En la cancha principal tan sólo en cuatro horas se juntó una gran cantidad de cubetas, utensilios de cocina, ropa, cobijas, maíz, frijol, arroz, huevo, azúcar.
Un día antes, las mujeres de Tlani prepararon una gran cantidad de comida y mandaron a hacer 300 kilos, más tortillas hechas a mano, para que los hombres subieran a dar de comer a los damnificados. La comida destinada para más de mil personas no alcanzó.
El comisario Eutimio Castro y el regidor Crisóforo Astudillo, quienes también coordinan la ayuda, comentan que desde que supieron que sus vecinos no tan cercanos necesitaban ayuda, la gente de Tlanicuilulco se ha organizado para llevar de almorzar y comer, además de ayudar en las labores para pasar gente de un lado a otros de los ríos.
El lunes en el campamento, voluntarios provenientes de El Jaguey y de Llano Grande  llegaron para darles de almorzar, frijoles, arroz, chiles en vinagre, tamales de frijol y atole de grano, a las familias damnificadas.
A la hora de la comida, un grupo de jóvenes de Tlanicuilulco también llevaron de comer. Y también recordaron al alcalde de Chilapa. “Díganle que vale madres”.
Por la tarde del mismo lunes, un helicóptero del Ejército causó expectación y alegría entre los desplazados; de la nave sólo descendieron dos personas que fueron a tirar 60 cajas de despensa con el logotipo de la Secretaría de Gobernación del gobierno federal.

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