A pesar de sus protestas nadie los apoya, reclaman comerciantes de Revolcadero

Óscar Ricardo Muñoz Cano

A pesar de los reclamos, de las mantas y bloqueos que han hecho en el bulevar de Las Naciones, decenas de comerciantes de Revolcadero aún esperan ayuda para reiniciar sus actividades, al tiempo que la gente que vive en El Pueblito, cerca de 50 personas, continúan aisladas tras el derrumbe del puente que, antes de las lluvias, los unía con el lugar.
Asimismo, el acceso desde ahí hacia el bulevar Las Palmas permanece cerrado debido a que la Dirección de Protección Civil, a decir de los policías que resguardan la zona, dictaminó que el pavimento está socavado y resulta peligroso para el tránsito de los vehículos.
Luego de recorrer la zona que hace tan sólo dos semanas rebosaba de turistas y comerciantes, y previo al puente vacacional, la situación actual es que decenas de personas intentan recuperar la mercancía que se puede de entre las toneladas de lodo y basura que a paladas se levantan del piso mientras se respira un olor a fetidez.
Para la comerciante Josefa Martínez la situación es crítica porque además de perder su mercancía, artesanías y ropa de playa, y hasta su puesto, no ve para cuándo pueda regresar el turismo y poder salir adelante. “Todo se lo llevó el río mire, hasta la loza y el puente; la gente de El Pueblito tiene que cruzar en los cayucos”.
Mientras tanto, Carolina González señaló que cuando bloquearon hace una semana el bulevar “sólo vinieron, pararon un carro con despensa que iba para otro lado y aquí nos las repartieron, pero hasta ahí de la ayuda”.
Otra de las afectadas, que no proporcionó su nombre, narró que además de la desgracia por las lluvias, su tía murió luego de que la rescataron los marinos y aún no le dicen nada sobre si la van a ayudar o no.
“Dijeron que vendrían a ayudarnos, a censar, en Revolcadero y en el Pueblito somos como cincuenta negocios, pero no han venido”, agregó.
Al llegar a la playa, la situación no cambia: varias toneladas de basura aún permanecen sobre la arena puesto que sólo una máquina y un puñado de personas trabajan para limpiar la zona.
Sin embargo, se notan diferencias a tan sólo unos cuantos metros: al llegar a las playas de los hoteles Princess y Mayan, así como a las de los condominios privados, éstas se encuentran ya listas en su totalidad y si bien aún no cuentan con el mobiliario completo, no hay rastros de lo que pasó hace dos fines de semana.
Y sobre el bulevar Las Palmas la situación es la misma, cuadrillas de trabajadores laboran con normalidad en el mantenimiento de la zona que inicia en Revolcadero y termina en la parte de atrás del centro comercial La Isla.
Pareciera que en esta apartada zona del Acapulco Diamante no hubiera ocurrido ninguna contingencia luego de las lluvias, cosa que confirmó la señora Rosario, trabajadora del condominio Costa Bambú, al afirmar que “ni cuenta nos dimos, hasta que vimos la televisión”.