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Panathinaikos se disculpa por los disturbios en derbi griego

DPA

Atenas

Panathinaikos se disculpó ayer por los graves disturbios acaecidos el domingo en su estadio durante el derbi del futbol griego ante el Olympiakos Pireo, que se saldaron con 20 policías heridos y 57 detenidos.
“Nos sentimos obligados a dar las gracias a las decenas de miles de sensatos aficionados y al mismo tiempo pedir disculpas por uno de los más vergonzosos momentos en la historia de nuestro club”, señaló el club griego en un comunicado difundido ayer.
El gobierno reaccionó también con dureza. El secretario general del Ministerio de Cultura, competente para el deporte, Panagiotis Bitzaxis, no descartó la cancelación de la próxima jornada y declaró: “Si algunos aficionados del Panathinaikos quieren abocar a su equipo a la catástrofe entonces no podemos hacer nada”.
En la víspera del encuentro, “hooligans” del equipo local provocaron la interrupción del partido entre el Panathinaikos y el Olympiakos.
El duelo entre el primero y el segundo de la tabla en el estadio olímpico de 2004 tuvo que ser suspendido once minutos ante del pitido final con el resultado de 1-0 a favor del Olimpiakos.
Furiosos aficionados arrojaron numerosos “cócteles molotov” a los graderíos y tribunas ocupados por 50 mil espectadores así como al terreno de juego.
Según medios griegos, había fuego en al menos 30 puntos del estadio. Es “una vergüenza para la historia del club”, declaró el Panathinaikos. Por motivos de seguridad sólo se autorizó la entrada a seguidores del club local.
Según comunicó la policía, 20 agentes resultaron heridos, cuatro de ellos de gravedad. 57 personas fueron detenidas provisionalmente y 23 de ellas habrán de comparecer ante un tribunal. La policía habló de un plan organizado.
A fin de impedir los controles de seguridad, antes del comienzo del partido los “hooligans” agredieron a la policía con piedras y petardos. Los controladores, presas del pánico, abandonaron sus puestos, hecho que fue aprovechado por otro grupo para entrar en el estado con botellas incendiarias.
“Estoy consternado. No es un día para sentirse feliz”, dijo el entrenador del Olympiakos, el español Ernesto Valverde, que cree que los desórdenes pudieran estar relacionados con la grave crisis financiera de Grecia.
Dos horas antes del comienzo del partido y durante el descanso centenares de aficionados intentaron entrar en el estadio sin boleto y atacaron a la policía, que respondió con gases lacrimógenos.
La segunda parte comenzó con casi media hora de retraso ya que oleadas de gases penetraron en el estadio.
El árbitro, Anastasios Kakos, reunió a todos los jugadores y les pidió su ayuda a fin de poder terminar el partido. “No entiendo porque pasó todo esto” dijo el entrenador del Panathinaikos, el portugués Jesualdo Ferreira. El defensa español Josu Sarriegi, del equipo local, exigió: “¡Cambiad de una vez el futbol griego!”.
Tras el 1-0 del Olympiakos, por mediación de Djamel Abdoun, la situación empeoró aún más. Decenas de “cócteles molotov” volaron a las tribunas y al terreno de juego. El árbitro, los jugadores y los asistentes huyeron al vestuario. Los periodistas también fueron atacados con botellas.
Varios vehículos de bomberos entraron en el campo para extinguir los incendios. En torno al estadio prosiguieron los disturbios y se oyeron varias detonaciones.
Antes del encuentro de la fecha 25, el Olympiakos lideraba la tabla con cuatro puntos de ventaja sobre el Panathinaikos.
El Panathinaikos puede ser sancionado ahora con varias medidas. Puede perder 3-0 el partido con el Olympiakos, se le pueden retirar tres puntos en este campeonato y dos en el próximo, informaron medios griegos. Las decisiones serán tomadas por el comité disciplinario correspondiente.

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