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Escasa la ayuda oficial en colonias del otro lado del río de La Sabana

*Los vecinos solicitaron la construcción de un puente provisional porque el caudal no ha bajado y sólo a nado y en lancha pueden cruzar

Daniel Velázquez

En las colonias asentadas al otro lado del río de La Sabana, en la zona suburbana del puerto y que también fue afectada por las lluvias de la tormenta tropical Manuel, la ayuda del gobierno estatal y municipal es escasa y la información de prevención inexistente.
Por televisión los colonos sólo escuchan que deben alejarse de cauces de ríos pero no saben a dónde acudir porque la comunidad está aislada y ninguna autoridad ha acudido a orientarlos.
A 12 días de que el caudal del río de La Sabana subió su nivel, los vecinos piden a las autoridades que construyan un puente “provisional” para que puedan salir a trabajar, para que llegue la ayuda o puedan huir en caso de inundaciones.
Los anuncios que el gobierno federal y estatal han hecho como el programa de Empleo Temporal como un paliativo para atender a las familias que perdieron sus bienes, no llega y sólo lo han escuchado por televisión.
De la promesa de que el gobierno ayudará a los damnificados a comprar refrigeradores, colchones, estufas y televisiones sólo será efectivo en las casas que a 12 días de la lluvia todavía estén con lodo y con los daños visibles, que eso fue lo que le dijeron a los vecinos los brigadistas que fueron a censar.
En la colonia Nueva Revolución y Donaciano Rivera los vecinos se quejaron de que a muchas casas acudieron los brigadistas a censar, pero no a todos les entregaron “folio” ni pegaron en sus puertas una etiqueta para señalar que ya había sido revisados, y que cuando los vecinos preguntaron porqué les explicaron que sus casas estaban limpias.
A la colonia Donaciano Rivera los brigadistas de Sedesol acudieron el miércoles, pero sin importar que las casas están a cuatro metros de distancia del río les informaron a las familias que ya limpiaron que no recibirán el beneficio.
A Elvia Reyes Flores y Jorge Ramírez Reyes, quienes viven en la colonia Donaciano Rivera, entre las calles del Río y Hortensia, los brigadistas les dijeron que ellos no recibirían el beneficio porque su casa estaba limpia, “ni modo que no limpie”, dijo la afectada.
Los vecinos de la colonia Nueva Revolución y su ampliación, La Gloria, La Cámara, La Laguna y Arboledas están aislados, su vía de acceso se la llevó el río y ahora lo cruzan a nado o en panga.
En tres ocasiones ha ido un helicóptero a entregar despensas pero han sido insuficientes. Los vecinos dicen que les entregan 40 despensas y se van, que les prometen volver pero en 10 días solo han ido en tres ocasiones.
Se quejaron de que no tienen agua para beber, ropa y que hace falta comida.
Los colonos caminan entre lodo, en sus pies hay granos y los problemas de la piel son evidentes.
Están cercados por el río de La Sabana que desde hace 12 días no baja su nivel y por sus vecinos de La Frontera, que no permiten que llegue ayuda a otras colonias que forzosamente tendrían que pasar por ahí al ser la única vía de acceso.

Cruzar el río a nado

A la 1 de la tarde, Jeremías Barragán Solano saltó al agua. Estaba en El Capire y su intención era cruzar el río para llegar a la colonia Nueva Revolución, pero la fuerza de la corriente lo agotó y lo arrastró, pero se aferró a la raíz de un árbol.
La situación alertó a los vecinos que se congregaron en la orilla del río mientras un grupo de hombres buscaba mecates para rescatar al aventurero.
Los mecates tardaron en llegar y Jeremías Barragán recuperó fuerzas y de nuevo se lanzó al río para nadar y llegar a la orilla y finalmento lo logró.
Al salir del agua visiblemente agitado y casi sin poder hablar, dijo que la fuerza de la corriente lo cansó y por eso lo arrastró el río, que tuvo dificultades para nadar porque su playera se llenaba de agua y los guaraches le estorbaban, por lo que dejó que se los llevara la corriente.
Los vecinos contaron que situaciones como las que vivió Jeremías Barragán son cotidianas desde que el caudal del río se llevó el puente y se arriesgan a cruzan el río “porque no queda de otra”.
No quieren caminar hasta La Sabana porque en La Frontera los asaltan y les quitan lo que compran.
Para resistir la fuerza de la corriente del río han instalado un alambre que va de un extremo a otro y, cuando la corriente baja, un vecino en una lancha los cruza a la Nueva Revolución y a El Capire para que compren garrafones y provisiones.
En la colonia La Cámara vive José Luis Sánchez Marroquín con su familia que la integran siete personas. Se dedica a la venta de ejote, flor de calabaza, guaje, y calabaza, sus ingresos son de 150 o 180 pesos al día.
Las lluvias anegaron sus cultivos y “hasta lloré”, dice cuando recuerda las lluvias del 13, 14, 15 y 16 perdió todos sus cultivos y sólo alcanzó a recuperar unas seis calabazas, en su mayoría pequeñas y sólo una de mayor tamaño que podrá vender en 50 o 60 pesos.
Confía en que el maíz que sembró no lo dañen las lluvias.
Su casa está construida con madera y la lluvia dañó todas sus pertenencias dos roperos, la ropa y los colchones.
En las colonias al otro lado del río de La Sabana como La Frontera, Nueva Generación, Donaciano Rivera y Acapulco 2000, llegan integrantes de iglesias cristianas con comida para alimentar  a los damnificados.
En La Frontera, en cuanto la gente ve pasar un camión del Ejército se arremolina para detenerlo pues esperan que les entreguen despensas y colchonetas.

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